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Boris Santos Gómez Úzqueda

Venezuela: y su futuro energético II


2012-01-12 - 23:53:46

(Continuación de parte I) Varios políticos venezolanos de oposición democrática no están de acuerdo con ésas operaciones financieras complejas que ponen en riesgo el futuro de nuevas generaciones venezolanas y que, de manera directa, abre la posibilidad de una nueva hegemonía financiera china en Venezuela. Bienvenida la inversión pero cuidando que no sea esclavizadora. A los traspiés del “socialismo del siglo XXI” en la conducción de la poderosa potencia Venezuela deben agregarse que el régimen socialista realizó -como dice la prensa- “masivas expropiaciones" que lógicamente dio por resultado en demandas de más de 20 arbitrajes ante diferentes instancias internacionales con un costo de imagen y en dinero que será devastador para Venezuela y sus finanzas en el futuro mediato.

El gran ejecutor de toda la política hidrocarburífera venezolana es la estatal del petróleo venezolano, cuyos presupuestos están hoy bajo lupa por académicos y entendidos de política interna venezolana por dilapidación de ingentes recursos fiscales dirigidos a actividades (costos) políticos y no así a costos operativos propios de una compañía de la talla de la venezolana. Todo el gran ingreso que tuvo Venezuela producto de exportación de crudo no sirvió, sin embargo, para evitar incrementos a tributos a algunos sectores productivos del país, ni a evitar devaluaciones de la moneda (Bolívar ocho devaluaciones en el transcurso del régimen!) agregados a la disposición de dineros en proyectos ideológicos han generado una situación de  “descapitalización” de la entidad que la ponen en riesgo de enfrentar las nuevas cotas de producción por lo que se obligan a ir a préstamo-en-préstamo a China. La estatal de petróleo no estaría hoy con capital por caída de la inversión, que tampoco le sería suficiente si quiera para atender campos denominados “en declinación”. Cosa rara en la primera potencial petrolera de éste lado del mundo: que su principal compañía estatal no tenga capital suficiente.

Sumar a ello la creación de muchas subsidiarias, inclusive en países satélites de pensamiento ideológico alineado al régimen del “socialismo del sigloXXI” como Cuba y Bolivia en donde ciertamente se “invierte” (a fondo perdido, claro está) ingentes cantidades de dinero o para sostener regímenes o para ayudar a sus presupuestos.

Muchos analistas y académicos venezolanos han criticado abiertamente los “costos” que significa la ideología del Presidente que echa mano, cuando le da la gana, de dineros provenientes de la exportación de crudo para contribuciones, subsidios y aportes de índole político y que nada tiene que ver con la actividad petrolera per se.

Resulta, en ese contexto, entendible pero paradójico que el país sufra diariamente racionamientos eléctricos. Quien diría que la potencia petrolera con capacidad de ser autosuficiente en combustibles, gas, electricidad y petroquímica tenga racionamientos eléctricos!! Y los que “pagan los platos rotos” del mal manejo estatal de la política energética son en su mayoría residentes de ciudades medianas de otros estados para atender a Caracas con electricidad las 24 horas. Y lo que es más grave: están importando electricidad!  Cosa de locos!

Venezuela y Bolivia están en el mismo mal camino: están manejando mal sus recursos de hidrocarburos, en petróleo y gas respectivamente, y están empobreciendo a sus ciudadanos, no están desarrollando nuevas industrias de valor agregado y lo peor es que sus cotas de producción, de petróleo y gas, respectivamente, no están creciendo y requieren de inversión externa.
En el caso boliviano están tocando puertas hasta de Irán para el desarrollo de hidrocarburos y en el caso venezolano a China. Como en ambos países no existe una política energética de largo plazo, técnicamente bien sustentada ni tampoco existe una ley de hidrocarburos moderna y atractiva de capitales de libre competencia, las cosas para Venezuela se van a poner feas, como también para Bolivia, de no dar un golpe de timón urgente e importante.

La reflexión final es que Venezuela –y Bolivia, claro está- tienen por vocación productiva la energía. Ni son países agrícolas, industriales ni mineros en gran volumen, si no todo lo contrario tienen compo eje de sus economías e ingresos gracias a la amabilidad de la madre naturaleza que les provee petróleo y gas pero que “gracias” a las erráticas decisiones autocráticas y totalitarias han convertido al petróleo –y al gas- en herramientas políticas para internamente conculcar derechos humanos, borrar la democracia, desinstitucionalizar el país y colocar a Venezuela y Bolivia como nuevos “paradigmas” del despilfarro de recursos naturales y de alta retórica comunista y militarista –en el caso venezolano que se está armando con armas rusas-.

El futuro energético venezolano dependerá que en 2012 haya un golpe de timón democrático y se cambie el modelo socialista por un modelo de democracia plena que permita a Venezuela captar capitales externos, utilizar los propios y con una visión latinoamericanista convertirse -junto a su aliada Bolivia- en los suministradores de energía de éste lado del globo.

Dios quiera, con la fuerza de la Democracia, que Venezuela retorne a la racionalidad en 2012 y que Bolivia a más tardar en 2013 tenga nueva administración democrática porque no es justo que las hijas predilectas de nuestro respetado y hoy manoseado Libertador Simón Bolívar estén siendo manejadas a libre antojo por una pseudoideología de un mesianismo vesánico autoritario.

* Consultor en Hidrocarburos, Máster en Administración de Negocios Síguelo en twitter: @bguzqueda

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