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Alejandro Villegas Campero

¿Quién puede entender de sus errores?


2012-04-11 - 18:15:02

Errar es no acertar e ir en una dirección incorrecta por encontrase el alma perdida o extraviada en una forma errada de entender la verdad de las cosas, viviendo en grandes errores que ni aún ella misma puede percibir.

Esta realidad, muy frecuente entre los cristianos es algo que nos acontece a todos, por no tener la capacidad de percibir nuestros propios errores, de los cuáles sólo por la gracia de Dios y su Palabra, podremos ser librados para vivir en la libertad plena de Jesucristo.

“¿Quien podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. Salmo 19:12

¿Quién puede entender sus propios errores?, solo aquel cuyo corazón es alumbrado por la luz de Dios, porque solo Dios puede manifestar y poner en evidencia lo desconocido.

“Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son echas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo” Efesios 5:13

Por esta verdad manifestada a través de la Palabra, es que podemos ver y reconocer aquello que nos es oculto. Dios nos impulsa a esto con el único propósito de ser libres de aquello que sin saber nos hace daño, cosas que no podemos ver, pero que para muchos otros son visibles.

Uno de esos grandes errores por los cuáles el cristiano es arrastrado a caer lentamente en el error de su corazón, viendo las cosas conforme a su propia opinión, considerando muchas veces su propia justicia, apartándose del camino de la verdad.

Puede sonar muy duro, pero este error en el corazón nos conduce con mucha facilidad en una dirección extremadamente peligrosa, creyendo que aún con una conducta de pecado encubierta bajo muchos justificativos de error, podamos creer erradamente que llegaremos a heredar el reino de Dios.

“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios” 1 Corintios 6:9

Por esta causa debemos entender que nada oculto o engañoso puede proceder de Dios, y si somos entendidos, aceptaremos con mansedumbre la exhortación, que muchas veces es necesaria para ser librados del error de nuestros caminos.

“Amados hermanos míos, no erréis. Toda buena dávida y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de la luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” Santiago 1:16-17

Otro aspecto de error que debemos considerar, es aquel que nos lleva a caer de nuestra firmeza en Dios, por seguir el consejo errado de otros. Así es, porque tal vez en la actitud de consentir malos principios por agradar al hombre, dejamos que la influencia de personas sin Dios o sin temor de Él, nos arrastren sin percibirlo a cometer grandes errores.

“Así que vosotros, oh amados, sabiendo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza” 2 Pedro 3:17

Similar error que  difícilmente podemos reconocer se encuentra en el área de los pensamientos,  cuando la maldad que se ha mantenido oculta en el alma, se manifiesta a través de ellos, sin duda llevándonos al error de pensar mal.

“¿No yerran los que piensan el mal?. Misericordia y verdad alcanzarán los que piensan el bien” Proverbios 14:22

Asimismo, y tomando en cuenta aspectos quizás más simples de nuestra vida cotidiana pero que en realidad producen muchos males, debemos saber que aquellos errores  que de manera inofensiva son asimilados en el alma sin tener cabal entendimiento de sus efectos, son las malas conversaciones, chismes, o las charlas infructuosas de distracción, de las cuales con frecuencia somos tentados a participar  sin percibir el daño que podemos recibir o hacer, corrompiendo de esta manera nuestras buenas costumbres.

“No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres” 1 Corintios 15:33

Finalmente es necesario entender, que si el Señor permite que veamos nuestros errores, es porque ama de tal manera nuestras almas que solo quiere lo mejor para cada uno de sus hijos. El nunca nos va a dejar en la oscuridad o vagando en lo oculto del corazón, Dios es nuestro Padre y no nos dejará extraviarnos de la verdad, al contrario, propiciará todos los medios posibles e imposibles a nuestros ojos para encaminarnos nuevamente en la verdad y librarnos del error. Haciendo no sólo que permanezcamos en El, sino aún más, que seamos, instrumentos útiles para buscar y ayudar a otros que en el camino se han extraviado, librando sus almas de la muerte.

“Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados” Santiago 5:19-20

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