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Boris Santos Gómez Úzqueda

Sobre las controversias y arbitrajes


2013-02-17 - 22:42:24

La política de nacionalizaciones implementada desde 2006 en el país es un acción política que –física y económicamente- generaron una obvia reacción: hay causas judiciales surgidas ante tribunales internacionales.

Conforme se conoce –aunque no se conocen las cifras de arreglos con asesores y abogados- hay como 12 causas internacionales que sean procesos de arbitraje o dinámicas alternativas directas de solución de controversias, en donde los afectos exponen sus reclamaciones por saber sus derechos vulnerados.

Para ello señalan montos a ser indemnizados –previas evaluaciones técnicas y peritajes- que deben ser sometidos a conciliación o arbitraje en organismos internacionales.

Lamentablemente estas causas dicen mal de un país. Sólo Venezuela tiene tal cantidad de reclamaciones internacionales por montos millonarios. Igual que Bolivia. Y la imagen del país es la que se deteriora al final.

Recordemos que el actual régimen sometió a nacionalizaciones a capitales de una veintena de compañías privadas que tiene sus sedes principales fuera del país, y que tiene capitales e inversiones en todo el mundo. De manera que la experiencia de haber invertido en Bolivia, y que posteriormente sean confiscadas sus propiedades o nacionalizadas sus acciones- seguramente no sólo les causó disgusto, pérdida, costos, sino además un costo de oportunidad por haber venido a Bolivia en vez de a otros estados con mayor seguridad jurídica.

De esa veintena el estado boliviano pagó cerca 615 millones de dólares. Eso muestra que las nacionalizaciones no son un buen negocio porque al final hay tres tipos de pérdida: primero por el pago persé de la indemnización; segundo por la pérdida de imagen del país; y tercero por la pérdida de oportunidad de atracción de otros capitales a invertir.

Muchos analistas aseguran, además, que éstos procesos nacionalizatorios tampoco han generado utilidades adicionales al país.

La política de nacionalizaciones seguramente va a continuar en otros escenarios de la economía boliviana. Primero fue en hidrocarburos, luego en electricidad, minería y seguramente el agro, la industria y el comercio que tiene fuertes capitales externos en inversiones seguramente podrían ser parte de ese esquema de nacionalizaciones.

Al margen de los procesos, las controversias judiciales, internacionales, etc. la reflexión es sencilla: la imagen que se da de Bolivia al exterior es que es un estado forajido, que no respeta las reglas, los pactos y los contratos y que difícilmente va a recobrar una buena imagen –particularmente en el mundo del capital y de las inversiones- porque hablar de derechos humanos, democracia e institucionalidad ese es otro tema.
* Analista

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