Dante N. Pino ArchondoEn la hora de las verdades
2013-05-10 - 18:41:18
Nunca me imaginé que podría escuchar a la radio Patria Nueva, dedicarle programas a la mismísima COB denigrando a sus dirigentes y acusándolos de ser traidores, maleantes y reaccionarios, afirmando que buscan instaurar un gobierno de transnacionales. Esto no era imaginable solo hace un año atrás. ¿Qué pasó?
Resulta que esos movimientos sociales que fueron el bastión sobre el cual se erigió en gobierno el MAS ahora le acusan de ser un gobierno anti obrero, hambreador y represor. Estamos sin duda ante el cambio de cara de los calcetines. Ayer los traidores eran los neoliberales ahora lo son los mismos obreros, ayer los enemigos de la clase obrera eran los neoliberales ahora lo es el gobierno socialista, comunista y comunitarista.
Si los enemigos de hoy son los amigos del ayer, entonces ¿contra quién lucharon?, ¿quién era el enemigo ayer? ¿Alguno de los dos ha cambiado tanto para que la alianza que los unía sea ahora el instrumento que los separa?
Por supuesto que ambos han cambiado, mudaron de color. El gobierno que nunca tuvo consistencia ideológica ni programática, que fue una pluma en el aire, muestra ahora sus fragilidades, las mismas que ocultaba con malabarismos parlanchines, sobre socialismo, justicia y dignidad. Del socialismo que nunca tuvieron, revelan ahora la cadena de errores que construyeron más con el capricho que con las convicciones, de la justicia que reclamaron se convirtieron en déspotas inmisericordes de su prostitución y de la dignidad que dijeron defender tenemos ahora al gentilicio boliviano calificado de narcotraficante.
Por su parte la histórica dirigencia obrera, que defendió junto con Juan Lechín, la independencia de clase, tiene ahora una dirigencia que se ufanó por entregarse al gobierno del MAS que perdió sus objetivos de clase y se convirtió en el instrumento que el gobierno se acostumbró a usar para tener una careta obrera que se pueda poner según la conveniencia.
El gobierno logró corromper a gran parte de los dirigentes obreros, campesinos y empresarios, a base de prebendas, de legalización del contrabando, de permisividad en el blanqueo de dinero proveniente del narcotráfico y de pegas en las instituciones públicas. Es decir de uso ilegal de sus facultades administrativas con fines políticos.
Entonces lo que no pueden ahora es pretender ser lo que nunca fueron. Ni el gobierno socialista ni los dirigentes obreros independientes. Ambas mentiras se diluyen cuando las maletas de dinero comienzan a mostrarse más livianas. Resulta que el gobierno no tiene todo el dinero del que hizo alarde ni los dirigentes obreros tienen toda la autoridad moral para exigir el uso social de esos dineros después de haber bendecido con su silencio la cuantiosa malversación que se hizo.
Es la hora de las verdades, no cabe duda. Y es entonces el momento de la rendición de cuentas. Evo Morales muy suelto de cuerpo reclama responsabilidad a la COB, pero se gasta cientos de miles de dólares en viajes innecesarios, en partidos de futbol, en asambleas políticas, en venta de bonos, en aviones de lujo, en satélites, en donaciones de arroz y en empresas deficitarias, en compras gubernamentales con sobre precio y en reparto de pegas públicas. Todo este derroche ha servido como ejemplo para despertar ambiciones y querer ser los dueños de la chequera.
Y para conseguir este objetivo la COB se plantea convertirse en partido político. Si Evo Morales ideó el instrumente político MAS ellos creen que usando similares maneras llegarían al Palacio. Es decir, unos y otros desean tener el poder que el dinero otorga, para repartirlo como sus caprichos le dicten. Esa parece ser la manzana de la discordia. Y las movilizaciones lanzadas al calor de reivindicaciones jubilatorias en realidad están sirviendo para preparar las plataformas electorales de unos y otros.
