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Rolando Hurtado Ortiz

Oración y ayuno


2013-09-12 - 00:10:57

Mateo 6:16-18
Muchos cristianos están desmotivados acerca de la oración. Ellos conocen las promesas del Señor: "Pídeme y te daré..." (Sal 2:8); "Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré" (Jn. 14:14); "...pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido" (Jn. 16:24)... pero están frustrados y piensan: "Yo pedí al Señor y no me dio". Por eso han dejado de orar.

La Biblia registra un caso en que los discípulos de Jesús no podían echar fuera un espíritu maligno que se había adueñado de un jovencito. El padre le dijo a Jesús: "Señor, ten misericordia de mi hijo que es lunático...y muchas veces cae en el fuego... y yo le he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar" (Mt. 17:15,16).

Usted puede imaginar la frustración de los discípulos al congregarse alrededor de este muchacho que se retorcía incontrolablemente en el suelo. Habían orado y reprendido al demonio, pero no se efectuó la liberación. Entonces vino Jesús y reprendió al demonio del muchacho, y quedó sano desde aquella hora (Mt. 17:18).

Más tarde los discípulos hablaron con Jesús aparte y le preguntaron: ¿Por qué nosotros no le pudimos echar fuera? Y Jesús les respondió: Por vuestra poca fe" (Mt. 17:19,20).

Pero luego añadió: "Pero este género no sale sino con oración y ayuno" (Mt. 17:21).
Hermanos, hay situaciones y casos difíciles en que es sabio combinar el ayuno con la oración. El ayuno es un instrumento de victoria. Por eso Jesús dijo que ayunaríamos (Mt. 9:14-17).

Ayunar es negarse a sí mismo los placeres y las distracciones, - como la bebida, la comida y el sexo -, para poder centrarse en Dios. Como ejemplo de este principio, el apóstol Pablo les da un consejo específico a los casados: "No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración..." (1 Co. 7:5).

En el momento en que usted comienza a orar por una gran necesidad, entra en conflicto con los poderes de las tinieblas en el mundo espiritual (Ef. 6:12).

El ayuno le dará más poder a su oración. Aumentará su fe y lo ayudará a estar más alerta espiritualmente porque su corazón, cuerpo y alma tendrán toda su atención centrada en Dios.

Durante los días de la reina Ester, en el año 479 A.C., Amán el malvado consejero del rey Asuero, tramó la muerte de todos los judíos. La reina Ester que era judía se enteró del plan de Amán, y convocó a todo su pueblo para ayunar y orar por tres días. Era un momento de gran crisis y Ester quería estar segura de que sus oraciones tuvieran poder (Est. 4:16).

Moisés ayunó cuarenta días y cuarenta noches cuando el Señor le dio los Diez Mandamientos (Ex. 34:28).

Jesús ayunó y oró cuarenta días en el desierto antes de comenzar su ministerio, mas note lo que dice Mt. 4:1,2: "...Jesús fue llevado por el Espíritu"¨.

Amado, antes de lanzarse a un ayuno prolongado, asegúrese que es el Espíritu Santo quien lo está dirigiendo. El ayuno no es para bajar de peso, corregir la columna o para mostrar a la iglesia que somos espirituales. Algunas personas lo hacen con esos objetivos, pero no ayudan a obtener victorias espirituales (Mt. 6:16-18).

En el tiempo del ayuno su espíritu se vuelve muy sensible a la dirección del Espíritu Santo, llegando a un alto grado de perfecta comunicación con Dios.

¡Hermanos, verdaderamente hay poder en el ayuno! Mediante el ayuno se rompen las ligaduras satánicas (Is. 58:6).

El ayuno es una manera de recordarle continuamente al cuerpo que el Espíritu es el que va a dominar, y que el hombre espiritual va a prevalecer sobre los deseos carnales.

El ayuno nos recuerda también que hay que orar. Cuando usted esté ayunando y sienta hambre, utilice esta aguda molestia como un despertador que le recuerda que tiene que orar más fervientemente.

Cuando se encuentre en una situación difícil, un ayuno de 2 ó 3 días le añadirá una nueva dimensión a sus oraciones.

Si usted es un cristiano escéptico, o un cristiano tibio, y la idea del ayuno le parece tonta y anticuada, ore pidiendo que Dios le de el deseo de ayunar porque dice la Palabra: "Dios es el que en vosotros produce el querer como el hacer, por su buena voluntad" (Fil. 2:13). Jesús dijo: "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados" (Mt. 5:6). Es decir, usted solo será saciado espiritualmente si tiene hambre y sed de Dios.

El A.T. nos habla de una mujer llamada Ana que no tenía hijos. Era tan firme su decisión de orar por un hijo que dejó de comer y lloraba constantemente (1 S. 1:10). ¿Dio resultado el profundo deseo de Ana? La Biblia dice: "Jehová se acordó de ella... y aconteció que dio a luz un hijo" (1 S. 19:20). Su hijo fue uno de los más grandes profetas del Señor, Samuel.

Cuando usted ora y ayuna, el Señor le dice: "Pídeme y te daré". Dios le dice: Es tiempo de ayuno y oración...pide y te daré.

Dios está llamando a nuestro pueblo a ayunar y orar por un gran avivamiento, primero en nuestras vidas, en nuestra casa, luego en la iglesia, nuestra ciudad, Bolivia y el mundo. Si bien el diablo en estos días postreros no quiere que usted ayune (Lc. 21:34), Dios quiere que ore y ayune. “Pídeme y te daré”.

De acuerdo a la programación recibida de Brasil se ha iniciado un ayuno por el periodo de 40 días podrá usted hacer un ayuno normal; absoluto, o parcial, en los días que el Espíritu Santo lo guie.
* Pastor Iglesia Cristiana de la Familia
Tel 3540639

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