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Álvaro Riveros Tejada

Delincuentes confusos


2014-03-19 - 09:35:57

Mientras en el viejo continente surge una desvergonzada corriente liderada por Vladimir Putin dirigida a retornar al más absorbente y discrecional zarismo, llegando al extremo de invadir naciones extranjeras de la misma forma que Hitler lo hizo con Polonia en 1939, en nuestra querida Bolivia, rebelde como es, se ha desatado un éxodo de zares que ponen contra las cuerdas al gobierno que los cobijó, como es el caso del zar antidroga Gral. René Sanabria, preso en Miami por narcotráfico; del zar anticorrupción My. Fabricio Ormachea, preso por corrupto y, del zar anti terrorismo Marcelo Soza, exiliado en el Brasil por terror a sus propias bellaquerías.

Ante este éxodo masivo de tan linajudos personajes, nuestra capacidad de comprensión de los hechos que caracterizan la administración de justicia en nuestro país ha saltado por los aires, con la misma sensibilidad de un fusible. Es incomprensible constatar por ejemplo, que los organismos policiales, después de una ardua búsqueda del abogado del ex fiscal,similar a la del avión de “Malaysia Airlines”,  lo localicen y capturenen su propio domicilio, donde suponemos que debió iniciarse la pesquisa. Salvo que este león haya sido enjaulado, sólo para desviar nuestra atención de las tropelías de su mandante.

Sin embargo, la gravedad del alejamiento o posterior detención de dichos personajes nobiliarios radica en que su presencia en los países donde recalaron, no tuvo el carácter protocolar de una visita a las cortes de la realeza europea o del imperio ruso, sino ante la Corte judicial de Fort Lauderdale de Miami, donde la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) de los EE.UU produjo filmaciones y grabaciones que muestran a estos zares cantando mejor que Pavarotti; demostrando que las redes de extorsión son mucho más extensas que las del gas domiciliario y que sus cantatas involucran a toda una pléyade de funcionarios de gobierno, que el día de mañana podrían ser llamados a declarar ante dichos estrados, por más antiimperialistas que se reconozcan. Empero, ello no significa la debacle total, mientras la economía formal o informal nos esté dando un pie de amigo para un buen pasar a los 10 millones de incautos que nos convencieron que con plata hasta la pobreza es llevadera y la vergüenza es un complejo pequeño burgués, pues está probado que en Bolivia pasa todo y no pasa nada.

El Vice acaba de señalar que las declaraciones de Ormachea, de Soza, así como las del Gral. Sanabria son de simples delincuentes,que la oposición de derecha las utiliza para atacar al gobierno. En buen romance, ello significa que hasta hace poco estábamos a merced  de estos delincuentes que estaban al frente de los cargos más importantes llamados a precautelar la seguridad jurídica y personal de los bolivianos por tanto, sus testimonios no pueden ser banalizados sólo por estar ellos ahora detrás de rejas y sus antiguos camaradas afuera. Es más, los funcionarios que han quedado todavía indemnes de la corruptela, se apartan de este desastre aduciendo la compra del satélite, el éxito del Dakar, la presidencia pro témpore del G77 etc. Logros que pueden absolver a algunos malhechores confesos, pero siempre quedarán aquellos, a los que se refiere el lapsus linguae de S.E. que son los  delincuentes confusos.

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