Norah Soruco de SalvatierraDesempleo, empleo disfrazado y desarrollo
2014-05-28 - 11:02:31
Cada vez con más frecuencia, asistimos a enfrentamientos de grupos de personas por puestos de venta en ferias y mercados, los que al final terminan en que unos y otros exijan a los gobiernos municipales el ‘derecho’ a que les solucionen el problema dotándoles de más espacios para su asentamiento, pese a que los centros de abastecimiento viejos y nuevos y las calles están llenos.
En lo local, esto demuestra que no bastan ni bastarán las edificaciones, remodelaciones o reordenamiento de los mercados, si siguen en aumento las personas con empleo disfrazado en el pequeño comercio, de una manera realmente vertiginosa.
Pero en lo nacional, es un síntoma altamente preocupante, de la creciente falta de empleo permanente en todos los departamentos del país, en especial en aquellos que se han convertido en ‘expulsores’ de su población, por falta de la suficiente actividad económica y productiva.
Nos hemos convertido en un país con economía ya no sólo primaria -explotación y exportación de materias primas-, sino de alto dinamismo del sector terciario-prevalencia del comercio y los servicios-. La opción del uso intensivo de mano de obra o el uso intensivo de tecnología en actividades distintas a las tradicionales, es una decisión de alto nivel que realizan los países, interpretando su realidad y la fase en que se encuentra su proceso de desarrollo, para entrar a una fase superior.
Ciertamente, no es posible el desarrollo de un país, volcando a toda la población a los departamentos del eje; y cuando se habla de desarrollo integral, debe ser para para todos y en todos los sentidos, requiriendo más que nunca y precisamente por nuestras condiciones económicas actuales, de políticas nacionales que alcancen y favorezcan a todo el territorio nacional, más necesarias cuando los principales ingresos fiscales provienen de actividades de baja generación de empleo, como la minería y la explotación gasífera; ingresos que debieran ser ‘sembrados’ en otras actividades de empleo masivo y estable como la agricultura, la industria y el turismo por ejemplo, para multiplicarse y menguar esta tendencia perniciosa.
Por el momento, el problema está entre grupos de personas que gritan su ‘necesidad de trabajar para vivir y sostener a sus familias’en el comercio de cualquier cosa sin requerir capacitación alguna, pero esta situación nos está llevando a extremos insostenibles que pueden acabar en una eclosión social, si nuestras autoridades no le prestan la necesaria y oportuna atención.
*Ex Presidenta de la H. Cámara de Diputados
