Mauricio AiraLetra menuda en los contratos
2014-08-30 - 09:24:39
Cursaba sobre Negocios Internacionales en la Escuela Superior de los Trabajadores de Gotemburgo y a la hora de las prácticas intentamos comprar “un mil de barriles de petróleo que vendía YPFB en alta mar”.
Adentrados en el intento reparamos el contenido de la letra chica del eventual contrato que sobrevendría al acuerdo de compra y venta, esto ocurría en 1995 siendo presidente de la estatal Mauricio Gonzales. Cuando leímos la letra menuda, la figura comercial cambió del todo.
En efecto, allí aparece Todas las disputas que surjan de o que guarden relación con el presente contrato, se resolverán mediante arbitraje, de acuerdo con el Reglamento de Arbitraje Comercial Internacional, ya que todo empresario para tener éxito en sus negocios internacionales establece un árbitro que comparte con el contratante, lo que constituye un mecanismo clásico en la solución de controversias.
Imposible concebir la firma de un convenio serio, sin antes establecer las reglas, la más importante fijar por consenso un tribunal, en este caso un árbitro que pueda dirimir los casos de incumplimiento de las obligaciones pactadas. Este concepto está ya incorporado en todas las legislaciones vigentes y es recomendado establecer mecanismos efectivos, que gocen de la confianza de los involucrados en la ejecución de los convenios. Es más los códigos de comercio de la mayoría de las naciones, tienen prescrito este arbitraje a cargo de un tercero, cuando tratan de disposiciones vinculan a la inversión internacional.
Algunos gobiernos omiten referirse a la eventual controversia de un convenio, consideran que jamás se presentará una situación tal que obligue a utilizar la herramienta legítima del arbitraje, lo que hoy en día no es aceptable, probado como está, que no hay negocio posible de cierta envergadura. Abandonado a su suerte, más tarde que temprano sobrevendrá el arbitraje, la mediación de un tribunal que busque la mejor solución para los conflictuados.
Porqué temerle a la solución de lo controvertido por medio de un dirimidor? El tema ha sido objeto de sendos estudios tanto de las Cámaras de Comercio, como de los Gobiernos, especialmente en nuestro subcontinente bajo características tales como flexibilidad, reducción de tiempos y costos, confidencialidad porque se tramita con discreción y reserva, evitando los riesgos de inoportuna publicidad, arbitraje profesional con experiencia sólida y conocimientos de árbitros y mediadores en el área comercial y en este caso industrial.
No tan conocidas las convenciones que existen sobre el arbitraje, firmadas por decenas de países para favorecer el cumplimiento de las Sentencias Arbitrales, la más conocida la Convención de Nueva York adoptada por más de 150 naciones.
Los códigos de comercio modernos incorporan otras novedades como la elección de más de un árbitro en la firma de acuerdos, lo que se formaliza en la voluntad de someterse mediante la inserción de una cláusula expresa en el contrato, o mediante un acuerdo arbitral independiente.
Lamentable que de un largo tiempo a esta parte, se cubra de un manto negro, el texto de los convenios, o al menos su difusión sea tan reducida que la ciudadanía no llegue a conocer ciertos detalles importantes para formar opinión. El proceso de arbitraje en la mediación para solucionar los conflictos. Determina que las partes reciban asistencia para llegar a un acuerdo amigable.
Llegar a una solución razonable debería ser la mira común y la fluidez en la relación entre partes debería mantenerse hasta el fin del trámite. Lo que no es dable, es distorsionar la verdad y los alcances del proceso, como se ha pretendido en el diferendo Jindal (la empresa hindú comprometida en la explotación del hierro de El Mutún) y el Gobierno de Bolivia. Todos los bolivianos quisiéramos que Bolivia gane los litigios, siempre y cuando sus protagonistas actúen en el marco del Estado de Derecho y el respeto a los compromisos internacionales.
