PresentaciónTurísmoBlogshoybolivia | FacebookJuegosRSSYoutubeTwitterMóvil
Sábado 20 de abril 2024 Contacto
InicioPortadaDestacadasEspecialesBoliviaTemas
CuriosidadesEspectáculosArte y CulturaHoy EventosMujer

           
Carlos Rey

Salvados por fuego


2014-11-05 - 11:27:33
UN MENSAJE A LA CONCIENCIA
Don Juan era un anciano de setenta y cuatro años que participó cuando joven en la guerra del Paraguay. El gobierno le encargó de un trabajo de medición poco tiempo después de la campaña del general Roca contra los indios. Como el trabajo era peligroso, uno de los jefes expedicionarios le envió quince soldados aptos para medir la tierra y para defenderse del enemigo.

Los veinte que componían el convoy de carretas y animales trabajaban de día. Para dormir más tranquilos, de noche hacían campamento rodeados por las carretas unidas con lazos. Se suponía que al centinela lo mantendría despierto el peligro de un ataque sorpresivo.

Una noche los indios les cayeron en número crecido, pero en lugar de atropellarlos, se contentaron con incendiar el pajonal. No demoraron las llamas en alumbrar aquel sitio. Los soldados temblaban de miedo. ¡Estaban a punto de morir asados!

De pronto don Juan recordó la laguna donde el día anterior les habían dado de beber a los animales. Dio la voz, y sus hombres se echaron a correr. Impulsados por el calor que les picoteaba el cuerpo, llegaron en tropel al agua luminosa y se tiraron de cabeza. Al ver llegar las llamaradas, se sumergieron para evitar quemarse la cara. Pero pronto se dieron cuenta de que las llamaradas se demorarían en su paso por la laguna, y que la única defensa que les quedaba era zambullirse una y otra vez, conteniendo el aliento hasta sentirse reventar o hasta sentir que el fuego se alejaba.

Al amanecer salieron del agua, colorados como flamencos y sin embargo tiritando de frío. Con todo, no podían dejar de reírse al pensar que el fuego encendido para su muerte los había salvado al ahuyentar a los indios.

¡Por algo será que a este cuento el popular autor argentino Ricardo Güiraldes le pone por título «Puchero de soldao»!1 Aunque no sea tan evidente, también nosotros los casados tenemos a un enemigo que nos amenaza con fuego. Ese enemigo es Satanás, y el fuego es el de las malas pasiones, que conducen al adulterio. Cuando ese «matamatrimonios» amenaza con quemarnos vivos, debemos correr al agua que es nuestro cónyuge. No dejemos que el fuego consuma nuestro matrimonio; más bien, pidámosle a Dios que nos ayude a apagar las llamaradas de las malas pasiones2 con el agua protectora de ese ser amado a quien le juramos lealtad para toda la vida. Así, al igual que don Juan y sus hombres, veremos la frustración de los planes del enemigo. Porque ese fuego que ha encendido para matar nuestro matrimonio no nos consumirá, sino que nos salvará, pues hará que nos acerquemos a nuestro cónyuge y con eso alejará de nosotros a Satanás, el enemigo de nuestra felicidad conyugal.
________________________________________
1.- Ricardo Güiraldes, Cuentos de muerte y de sangre (Buenos Aires: Editorial Losada, 1978), pp. 31-33.
2.- Ro 7:5-6; Col 1:21; 2Ti 2:22

www.conciencia.net

Copyright © Hoybolivia.com Reservados. 2000- 2024
Optimizado para Resolución 1024 X 768 Internet Explorer 4.0, Netscape 4.0, Mozilla Firefox 2.0