Norah Soruco de SalvatierraDesafíos
2015-01-20 - 13:12:11
Este nuevo año trae consigo nuevas autoridades, en particular en los gobiernos del departamento y del municipio capitalino, que, si bien está claro que son transitorias y por un período relativamente corto, su desempeño contiene desafíos inexcusables.
Por un lado, provienen de la instancia reguladora y fiscalizadora, y por eso son portadoras del conocimiento de las insuficiencias y deficiencias que, muchas veces el nivel ejecutivo de tanto ver situaciones y problemas, termina por ya no verlos, devorado por el muy común flagelo de la rutina y la burocracia.
Coincidentemente, las dos son mujeres que han ganado esos espacios no sólo por la determinación política sino porque tienen una trayectoria de trabajo y lucha social significativa en la representación y avance de la participación de la mujer en estos escenarios, demostrando que nuestra sociedad está cambiando al reconocer a una de sus partes constitutivas,que es fundamental.
Con base en todo ello, pueden ser el motor para poner el acento en la ampliación de los enfoques del bien común y el servicio público. Pueden ser sembradoras de nuevas conductas funcionarias, esas que optimizan resultados concretos y son intrínsecamente útiles a la sociedad; las que erradican el mañoso ‘vuélvase mañana’ para responder a la urgencia de la necesidad de quienes los demandan; de inculcar en el desarrollo del trabajo, el respeto y la consideración a la ciudadanía, mucho más a la que con mucho esfuerzo, proviene de barrios alejados o de las provincias.
Pueden ser constructoras de la humanización de la política con relaciones saludables de convivencia, de efectiva coordinación y buen trabajo entre los tres niveles de gobierno, para sortear los obstáculos bloqueadores de la celeridad y la eficacia de los programas y proyectos que Santa Cruz y el país necesitan, hoy más que nunca.
Así, al responder a la confianza en su capacidad política y personal que seguramente, les fue depositada por sus antecesores, superarán con creces cualquier interpretación utilitarista, contribuyendo a la recuperación de la política como servicio.