Opinión

La contra-reforma a la administraciónd de justicia

2015-02-03 - 16:12:16
Para nadie es desconocido que en la actualidad hasta se siente vergüenza hablar de la administración de justicia, un término que aún en las situaciones más cruentas de la historia de la humanidad era respetable y se la consideraba como un paradigma de todo el quehacer de la humanidad; lamentablemente hemos tenido que caer tan pero tan bajo, que incluso los que entendemos algo de la materia, estamos confundidos, pues si bien podemos detectar los problemas, su origen y de algún modo, prevenir cuál podría ser el desenlace ante la autoridad, de pronto nos encontramos con que estábamos totalmente equivocados frente a una autoridad que está “investida de otros niveles de entendimiento” totalmente enrevesados a cualquier razonamiento lógico y ni que decir de las normas o de los hechos que dan lugar al problema…, imagínense cómo puede estar la sociedad común.

Ojala que la Contra-Reforma a la administración de justicia, pueda dar inicio a un verdadero sentido de tan noble y compleja tarea, ojala que efectivamente se plasme en realidad las declaraciones que vienen realizando los responsables de aplicar dichas reformas, así por ejemplo decían desde el Consejo de la Magistratura que:
"Los abogados que se presenten a la convocatoria y superen todas las pruebas del proceso de selección serán designados por propio mérito, es decir, no le deberán nada a nadie, sino únicamente a su esfuerzo, trayectoria profesional y meritocracia ganada en base a su experiencia e idoneidad".

Eso es lo que hemos venido esperando desde la fundación de Bolivia, pero hasta ahora no se ha concretado, cada partido político que llega al Poder de Gobierno, viene cargado de deberes para con sus bases y de algún modo, terminan cediendo espacios inadecuadamente a personas no aptas para desempeñar esa labor. Dicho de otra manera, la administración de justicia termina siendo tan politizada como cualquier otra institución pública, muy a pesar de lo que la sociedad pueda percibir o desear.

En todo caso, habrá que tomar conciencia que, la administración de justicia no solo depende de los jueces, vocales y magistrados, sino también de una gran gama de funcionarios y operadores del sistema, que de algún modo deben hacer que el Aparato Jurisdiccional se ponga en marcha, tales como, las secretarías, los auxiliares, los oficiales de notificaciones, el centro de sorteo de causas y en el ámbito penal, el Ministerio Público y toda sus macro-estructura, los “señores policías” en sus distintas fases del inicio de las investigaciones y hasta llegar a la acusación; si alguien conoce un funcionario de esta base, que realice su trabajo adecuadamente y sin pedir “colaboración” de las partes, por favor, preséntelos a la sociedad. No es cuestión de salir en la tele o en la radio y hablar, son los hechos, es la REALIDAD la que debe guiar la nueva contra-reforma de la administración de justicia, no es sólo cambiando jueces (que esperamos se nombre a quienes realmente tengan los méritos y sobre todo la vocación de servicio que se hace necesario), sino que, se debe diseñar un cambio radical de todos los elementos humanos que integran el Órgano Judicial, en todas sus aristas y luego, habrá que controlar que ese nuevo elemento humano, cumpla realmente sus funciones en razón a su sueldo, pues para eso se les paga, o no?

Claro está que habrá que mejorar los salarios y de una vez por todas, controlar que no hayan corruptos ni corruptores, habrá castigar dura y eficazmente estos delitos, de tal modo que, cada funcionario, policía o cualquier otro, sepa que, corrompiéndose está renunciando a su cargo y colocándose en las puertas de la cárcel. De otro modo, las tantas veces referidas reformas, no pasarán de ser otro mero intento vano y costoso que decepcione nuevamente a la sociedad.