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Rolando Hurtado Ortiz

Lo esencial de la profecía (I)


2015-03-12 - 11:04:33
"Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación.”
1ª Corintios 14:3

Un día estaba orando por Ninoska y recibí una palabra profética que ella no conocía en ese momento. Le dije a ella que estaba embarazada, y que ese niño el Señor lo cuidaría hasta el fin. Ninoska estaba pasando por momentos muy difíciles. Dos bebés ya habían muerto en su vientre antes de los 9 meses, y ella junto con su esposo Tony estaban temerosos en cuanto a su futuro como padres. Sin embargo, el corazón de ellos fue confortado cuando, a los pocos días, ella se hizo un examen confirmando su embarazo. Esta palabra profética cumplió su objetivo. Ellos la creyeron, se tomaron de la mano del Señor, y hoy tienen tres hijos normales y hermosos.

Esta experiencia se juntó a otras más y hoy son semillas para un ministerio profético en nuestra iglesia. ¡Este ministerio será desarrollado en el nombre del Señor, y será conformado con personas ungidas y capacitadas por el Espíritu Santo!

Son muchas las preguntas que giran en torno al ministerio profético y la profecía. ¿Este ministerio es válido para hoy? ¿Quién puede profetizar?

¿Cómo habla Dios? ¿Cómo puede saber que es Dios quien habla?
¿Podemos pedir que Dios nos de sueños, visiones y palabras proféticas?

En esta serie de estudios vamos a responder a esas preguntas.

Comencemos con la primera…
¿QUÉ ES LA PROFECÍA?
El acto de profetizar es hablar a los hombres con el objetivo de edificar (fortalecer), exhortar (animar) y consolar (confortar) a las personas. 1ª Corintios 14:3 dice: “Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación”.

Aquel que profetiza oye lo que Dios está hablando y lo dice con la motivación de edificar, exhortar y consolar. Cuando se usa la palabra profecía en estos estudios, se refiere al acto de recibir y dar una palabra específica a una persona o grupo. No se refiere a alguien que se levanta en la congregación durante el culto y empieza a dar una exhortación de carácter general. Entonces, el objetivo de estos estudios es en-trenar y estimular a los creyentes a pedir revelación de Dios, reconocerla como tal e interpretarla con el fin de edificar, exhortar y consolar a las personas.

LOS DONES PROFÉTICOS
En 1ª Corintios 12:8-10, Pablo relaciona nueve dones espirituales. De esta lista va-mos a considerar tres: Palabra de sabiduría, palabra de ciencia o conocimiento, y discernimiento de espíritus; juntamente con el don de profecía conforman los dones proféticos.

a) PALABRA DE CONOCIMIENTO
Una palabra de conocimiento es una revelación sobre un hecho específico, personas, lugares o acontecimientos, sin haber obtenido tal conocimiento por medios natura-les. Pueden ser detalles de la vida pasada de una persona o cualquier otra informa-ción que nadie más sabe. Por ejemplo, en San Juan 4:16-19, Jesús conversó con la mujer samaritana; no conocía a esa mujer, pero en el transcurso de la charla recibió una palabra de conocimiento sobre la vida de ella. La mujer reconoció que la gracia de Dios estaba sobre Jesús y entonces, impactada por la palabra que Él le dio, ella va a la ciudad y les cuenta que Jesús es el Cristo. Todo esto, como resultado de una pa-labra de conocimiento (San Juan 4:39-42).

b) PALABRA DE SABIDURÍA
La palabra de sabiduría es una revelación divina de la voluntad, plan o propósito de Dios para una situación específica. Es una palabra directiva por naturaleza, y quizá no causa tanto impacto como la palabra de conocimiento, pero su necesidad es muchas veces mayor en la iglesia para la toma de decisiones.

En Hechos 27:10 Pablo da una palabra de sabiduría advirtiendo de los peligros de un posible naufragio. Luego, en los versos 22 y 23, Pablo “exhorta a tener buen ánimo” puesto que un ángel le ha prometido protección. Luego Pablo recibe orientación del Espíritu Santo de no salir del navío (vs. 30 y 31). Una hermosa ilustración de la pala-bra de sabiduría.

c) DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS
Discernimiento significa distinguir entre dos o más cosas. Discernimiento espiritual es la habilidad de reconocer si algo proviene de Dios, del diablo o de la carne.

En determinado momento quien tiene este don puede detectar una influencia espi-ritual específica, o también los dones y llamados que Dios le está dando. En Hechos 16:16-18 vemos este don en ejercicio en la vida de Pablo.

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