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Alejandro A. Tagliavini

Quién más sino Saudi Arabia y México


2015-03-18 - 16:58:21
El Estado es el monopolio de la violencia con el que “ordena” a la sociedad empezando por “defender” los derechos de sus ciudadanos, utilizando fuerzas armadas y policiales. No es momento de una discusión sobre la metafísica aristotélica que asegura que toda violencia es contraria al desarrollo de lo natural y, por tanto, siempre destructiva. Limitémonos al estatismo, el abuso de este -monopolio de la violencia- poder policial y militar, para imponer “leyes”,que tiene una contrapartida que es el tráfico de armasque se compranviolentando al mercado, ya que se pagan con impuestos no voluntarios.

Mónica G. Prieto en una columna en El Mundo, de España -“Estado Islámico, hijo bastardo de la invasión de Irak”- muestra como este califato del terror fue creado, deliberadamente en alguna medida, por los gobiernos occidentales en particular el de EE.UU. Lógico: la violencia de la invasión a Irak resultó en más violencia ya que hasta en los casos de defensa urgente, precisamente en estos casos, los métodos pacíficos son los eficientes.

Prieto pregunta a unos ex militares iraquíes brutalmente perseguidos por las fuerzas occidentales –motivo por el que se incorporaron al Estado Islámico- si estaban de acuerdo con la brutalidad de los yihadistas, y le responden: "Por supuesto que no. Esos son los árabes… de Arabia Saudí, que vienen a morir por su yihad...". Remarcando algo sabido: el fanatismo religioso tiene su principal fuente ideológica y material en Saudi Arabia, insólitamente, aliada de los occidentales. Además, muchos terroristas provienen de la marginalidad en Occidente creada por los altos impuestos y leyes coactivas, como el salario mínimo, que prohíben el trabajo de los más pobres.

Luego EE.UU. asesinó a Bin Laden, personaje sanguinario pero no adicto a las decapitaciones, y fue reemplazado por peores, como cuando bombardearon a Gadafy y promovieron su homicidio logrando que hoy Libia sea un refugio para terroristas. Por cierto, las sanciones y amenazas contra el sirio Bashar al-Asad dio a este tirano la excusa para promover el terrorismo y reprimir violentamente. Ahora EE.UU. se prepara para negociar con Assad.

Según el Instituto de Investigación para la Paz Internacional, el comercio de armas global creció 16% en el quinquenio 2010-2014 con respecto al anterior. EE.UU. sigue siendo el principal exportador, 31% del total. Sigue Rusia con India -el principal comprador del mundo- como el mejor cliente. Lógicamente, el principal promotor ideológico del extremismo islámico, Arabia Saudí, es el segundo comprador global y el mejor cliente de los americanos. Hablando de armas, México aliado de EE.UU. en otra guerra atroz –“contra las drogas”- es, precisamente, su mayor cliente latinoamericano.

Por cierto, he leído columnas alentando la guerra y solo son arengas sin razonamientos lógicos, ya que a sus autores ni siquiera les preocupa la ciencia, creen que en esto no hay ciencia. La guerra no solo es gravemente inmoral -contraria al orden natural- como es el homicidio de humanos, sino que sostiene fanatismos religiosos, ansias de poder, tráfico de armas y ataque directo al mercado. Siendo que, como la violencia solo destruye, no detendrá el mal, lo aumentará. Lo que viene a ratificar otro principio metafísico que dice que el mal no tiene existencia propia sino que es ausencia de bien y, por tanto, solo se soluciona introduciendo bien.

*Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California

https://twitter.com/alextagliavini (@alextagliavini)

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