PresentaciónTurísmoBlogshoybolivia | FacebookJuegosRSSYoutubeTwitterMóvil
Miércoles 24 de abril 2024 Contacto
InicioPortadaDestacadasEspecialesBoliviaTemas
CuriosidadesEspectáculosArte y CulturaHoy EventosMujer

           
Rolando Hurtado Ortiz

La ira, enemiga del amor


2015-03-26 - 11:48:19
(Efesios 4:26)
Todos hemos experimentado la Ira alguna vez, incluso algunos de nosotros hemos disfrutado de ella. La ira no dominada es un obstáculo para el crecimiento espiritual y puede adoptar muchas formas: gritos, violencia, respuestas cortantes, tonos hirientes, fumar, comprar, comer en exceso, dejar de comer, beber, drogarse entre otras muchas cosas.

¿Qué es la Ira?
Es una señal externa, un síntoma que brota como un deseo ardiente de corregir, atacar o destruir algo (alguien) que nos incomoda o nos amenaza.

Es un deseo ardiente: Este deseo no es maligno o pecaminoso en sí. Tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento muestran que este sentimiento no siempre es pecado (Sal 4:4) (Efe 4:26) pero debemos admitir que fácilmente nos lleva al pecado.

La ira santa y justa va en contra de la injusticia, expresa la reacción divina contra el pecado y contra todo lo que difama el carácter y el propósito de Dios. El hombre creado a la imagen de Dios siente esa Ira santa contra la injusticia. La ira de Dios, y la ira justa distinguen entre la ofensa y el ofensor, Dios aborrece el pecado, pero ama al pecador. El pecado necesita ser destruido, corregido, atado, pero la persona necesita ser restaurada, perdonada. El enfoque de Pablo era destruir las fortalezas, derribando argumentos y toda altivez distinguiendo las personas de sus actos (2 Co.10:4-6).

La ira fácilmente se vuelve pecaminosa.
• Cuando comenzamos a justificar nuestro ego y no corregimos la injusticia.
• Atacamos a alguien en vez de atacar su error.
• Cuando la llama de la ira es alimentada, se transforma en una llama que destruye junto con la injusticia, a personas o cosas buenas.

La ira corrige, ataca y destruye. La ira santa o justa normalmente busca la corrección, no ataca ni destruye.

La ira santa solo busca destruir cuando no hay otra forma de restaurar la salud espiritual de las personas. (Dt. 22:23-24). Fue la ira de Dios que destruyó casi toda la raza humana, salvando solo a Noé y su familia para un nuevo comienzo (Gn. 6:5-22). Normalmente cuando atacamos o queremos destruir a alguien, es porque nuestro ego fue amenazado, o alguien revolvió nuestra herida.

Existen dos tipos de respuestas naturales cuando nos sentimos atacados, huir o atacar, cuando la ira se vuelve pecaminosa queremos derrotar a la otra persona.

Si no sabemos superar o resolver nuestra ira podemos acabar, destruyéndonos o destruyendo también a otros. La ira es una respuesta a algo (o alguien) que nos incomoda o nos amenaza. Necesitamos discernir si lo que nos incomoda refleja algo que Dios quiere cambiar en nosotros, o si la fuente del dolor está fuera de nosotros y precisa ser corregida o cambiada (Dt. 32:35). Las heridas nos dejan muy sensibles a percibir y experimentar el dolor aún en circunstancias en que la otra persona no pretenda ofendernos.

¿Por qué nos airamos?
Nos quedamos airados cuando:
Experimentamos injusticia: Cuando nosotros o alguna persona con quien nos identificamos nos hace sentir que infringe nuestros derechos, o nos atacan injustamente.

Sentimos estrés: Cuando el cansancio nos deja muy sensibles a cualquier cosa, sin recursos emocionales para lidiar con las cosas normales de vida.

Somos atacados: Cuando Satanás quiere destruirnos, y muchas veces nos ataca usando a nuestra pareja para este fin.

Revuelven nuestras heridas: Acontecimientos aparentemente insignificantes, pero para nosotros tienen un significado especial, nos llevan a sentir un dolor grande, profundo y a veces explosivo.

Nosotros nos airamos: Cuando alguien nos hiere una o varias veces o amenaza nuestro sentido de valor, nuestro significado o nuestra dignidad como seres creados a imagen de Dios. Debajo de la ira hay una raíz de amargura que puede manifestarse con altivez externamente pero muchas veces con sentimiento de fracaso y de auto conmiseración.

Cuando las personas actúan en contra de nosotros: Debemos distinguir si estamos defendiendo nuestro ego de forma equivocada, saludable o si nos descargamos de forma inadecuada.

Cuando venimos de hogares disfuncionales: Las mentiras de Satanás han crecido en nuestras mentes, somos heridos y nuestra habilidad de discernir las mentiras de Satanás disminuyen. Acusaciones ridículas pueden alcanzarnos fácilmente cuando deberían ser reconocidas como mentiras del enemigo, así nos sentimos rechazados, no aceptados, no apreciados.

¿Cuáles son los resultados de la ira no resuelta?
La ira no resuelta afecta físicamente, emocionalmente, mentalmente, financieramente y espiritualmente. Es como un virus que daña nuestro interior destruyendo áreas de nuestra vida que son afectadas con el sufrimiento

• La violencia es la manifestación más obvia de la ira no reprimida. Puede ser violencia física, verbal, violencia interiorizada provocando amarguras y hasta rechazo a sí mismo al punto de tener problemas físicos.
• El control rígido y perfeccionista se demuestra especialmente en el legalismo y en la insistencia de que las cosas tienen que ser de una forma correcta.
• La amargura es el resultado inevitable de almacenar nuestra ira (Heb. 12:15).
• La negación, represión o el desprecio es común cuando sentimos ira contra alguien que deberíamos amar, sea Dios, nuestros padres, nuestro cónyuge, nuestros hijos o nosotros mismos.
•La depresión es el síntoma más conocido y experimentado de la ira reprimida

¿Cómo actuar cuando estamos airados?
Necesariamente debemos eliminar no solo el síntoma (rabia manifestada) si no la raíz que causa la ira. Necesitamos hacer tres cosas con la ira: Entenderla, expresarla, y resolverla
Entienda su ira (Sal. 139:23-24); Existen dos fuentes de ira:
La primera fuente saludable, surge cuando alguno actúa contra la injusticia, el carácter y el propósito de Dios.
La segunda fuente son nuestras debilidades y heridas.
Las áreas de nuestra vida donde hemos sido heridos son muy sensibles.

Consulte su corazón dice (Sal. 4:4) y eso debe ser hecho con la ayuda de su cónyuge o un consejero espiritual. La ira si no fuera por justicia o por Dios, tiene tendencia de volverse contra Él. Aunque inconscientemente se pierde firmeza contra las maniobras de Satanás a través de las circunstancias (Ef. 6:10-12). Exprese su ira (Sal. 73:12-17).

Manifieste ante Dios sus sentimientos. Podemos expresar nuestra ira a Dios, El soporta (Sal. 10:1) (Sal. 13:1-2)

Resuelva su ira
Cuando nuestra ira es egocéntrica queriendo defender o exaltar a nosotros mismos, debemos arrepentirnos.
Cuando la ira es justa, necesitamos confrontar a las personas que nos hirieron en amor, llenos del Espíritu Santo. (Gal. 6:1) (Mat. 18:15); necesitamos comprender el perdón y la liberación de Dios para ellos.

Exprese sus sentimientos sin herir a las personas debemos reconocer nuestras emociones y responsabilidades por ellas.
En vez de atacar a alguien acusándolo diciendo “me dejas tan airado”, debemos confesar nuestros sentimientos “Estoy muy airado”.

Frases que comienza con tu o usted, tienden a ser acusaciones, las que expresan sentimientos son confesiones.
ACUSACIÓN CONFESIÓN
Usted me lastimó Yo me sentí lastimado
Usted solo se interesa por… Me parece que usted tiene más
interés en _____de que ____ ¿no
es así?
Es obvio que usted solo quiere Estoy preocupado en entender
sus propósitos ¿Me puedes
ayudar a entenderte?
Lo que usted está diciendo es… Lo que yo estoy oyendo es…
Usted tiene que cambiar! Tiene usted idea de cómo
resolver el conflicto!
Usted me hace sentir estúpido Sabes, a veces me siento tan
estúpido…
Usted me está acusando de… Me siento acusado de…
Usted no me entiende Yo no consigo comunicarme
Usted me ofendió Me siento ofendido
Usted no me ama No me siento amada
Usted me deja airada Me siento con rabia

Copyright © Hoybolivia.com Reservados. 2000- 2024
Optimizado para Resolución 1024 X 768 Internet Explorer 4.0, Netscape 4.0, Mozilla Firefox 2.0