Rolando Hurtado OrtizLuna de Miel
2015-03-27 - 11:11:21
Prov.5:18-19
El origen de la luna de miel viene de varias versiones, entre ellos proviene de Babilonia hace mas de 4000 años, donde el padre de la novia, le daba al novio, toda aquella cerveza de miel que pudiera beber durante un mes.
Entre los Romanos, la madre de la novia dejaba en la alcoba nupcial cada noche en un mes una vasija de miel para los recién casados.
Se dice que fueron los Teutones en la Alemania, quienes comenzaron esta tradición, ellos celebraban sus bodas solamente bajo la luna llena y luego del evento los novios bebían licor de miel, durante 30 días posteriores a la boda. Este periodo llegó a conocerse como la luna de miel.
Por otro lado la expresión luna de miel data del siglo XVI; es de origen escandinavo y viene de una antigua costumbre de Europa septentrional (del norte) que significa el primer mes o la primera luna después de la boda, durante este periodo los novios acostumbraban a tomar hidromiel bebida elaborada a base de “vino y miel” que aumenta la fertilidad también significa aislamiento.
Hoy en día luna de miel significa algo diferente suele consistir en un viaje a un lugar romántico, lejano exótico, en los cuales se aíslan para iniciar su vida matrimonial con alegría, satisfacción y recreación.
La propuesta del Señor para el matrimonio según (Prov.5:18-19); que la relación tenga estos tres componentes estén permanentemente en todo el tiempo...
No es intención de Dios que la fidelidad conyugal fuera aburrida, sin vida, sin placer, monótona.
Las relaciones sexuales cumplen un propósito principal en el matrimonio (Mal.2:15); pero también el sexo es un regalo de Dios que Dios da dentro del matrimonio, para una mayor intimidad con gozo, con alegría.
Pero la verdadera alegría, satisfacción y recreación surge cuando decimos comprometernos a donarnos a nuestro cónyuge, para que sea edificado y pueda crecer en amor.
El verdadero peligro en la relación es pensar que se puede tener una luna de miel eterna sin Dios en la relación (Ec.4:9-12); buscando la felicidad de forma egoísta e imprudente sin su Bendición (Gn.1:28).
Una luna de miel permanente, tiene una base de sustento que es diferente del mundo: el amor de Dios; porque el amor de Dios no hace nada indebido no busca lo suyo, no es egocéntrico (1Co. 13:5; Rom. 5:5).
La relación de parejas, es la escuela más importante en el aprendizaje del “Amar, como El ama” (Jn. 13:34). En una eterna luna de miel la espiritualidad y la sexualidad van de la mano. Algunos llegan al extremo tan negativo de pensar y sentir que el sexo es el más fuerte opositor a la santificación. Dios quiere la santificación del matrimonio, por lo tanto la santificación del sexo (1Ts.4:3-8).
Dios colocó impulsos de placer dentro de nosotros y también providenció el con-texto apropiado, para su completa expresión y cumplimiento. Como compañeros de pacto debemos ser leales. Dios dice que el aborrece el repudio y al que cubre de iniquidad su vestido (Mal.2:15-16). La fornicación y el adulterio abren puertas a la maldición generacional.
Es en la relación de matrimonio en la que aprendemos a perfeccionar el amor por medio de la obediencia a Cristo (Jn. 2:3-5). Ningún hombre o mujer piadosa debe sentirse carnal por el hecho de gustar del sexo o sentir la necesidad de apreciar las sensaciones gustosas que el acto sexual proporciona.
El Espíritu Santo no se ausenta de nosotros, el participa de forma activa por el sexo debe ser entregado a Dios. El orar hace bien a nuestra vida sexual (1Co. 6:15-17).
Es en la relación de parejas que aprendemos a amar al prójimo como a nosotros mismos (Ef.5:28; Lc.10:25-27). Para que el matrimonio sea una eterna luna de miel es necesario crecer en
intimidad.
El hombre deletrea intimidad como sexualidad, la mujer deletrea intimidad como hablar. El impulso sexual del hombre está conectado a los ojos; El impulso sexual de la mujer está ligado al corazón.
El hombre se excita principalmente por medio de estímulos externos como la visión; ella se excita al sentir cercanía emocional y la armonía emocional.
El matrimonio puede sufrir desgastes por la falta de honra (Heb.13:4-6). La falta de amor y respeto son dos armas del enemigo para desgastar la relación (Ef.5:33). La falta de honra, de amor y respeto, producen tristeza, insatisfacción y opresión y muy fuertemente puede llevar a la infidelidad y a la separación (Prov.5:20).
Para una luna de miel permanente:
a) Es necesario del vino nuevo y la miel para tener una luna de miel permanente. El vino nuevo es la sangre del nuevo pacto en Jesucristo (Ex. 24:8); debemos aprender a perdonar (Col.3:13-15; 1Co.11:25).
b) Necesitamos de la miel de la palabra, los principios de Dios para el ma-trimonio (Sal.119:103).
Jesucristo puede hacer un milagro (Jn.2:1-11).
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