Opinión

Soledad acompañada

2015-06-10 - 13:36:33
Cuando los paceños supimos los resultados de las elecciones sub nacionales del 29 de marzo pasado, que mostraban a Soledad Chapeton como la ganadora de esa justa electoral en el Alto, con un 55% de la votación, tuvimos la esperanza de que por fin, la conciencia democrática se había impuesto en esa importante urbe y la modernización real de un proceso de cambio se iniciaba en dicha ciudad que, hasta esa fecha, se consideró un bastión político del partido oficialista.

Sin embargo, no transcurrieron ni dos semanas de la posesión de la primera mujer al mando de la alcaldía de la ciudad que, con sus 30 años de existencia es una de las más jóvenes y con mayor crecimiento de Bolivia, cuando los dirigentes de las Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) rompieron todo diálogo con ella, pretendiendo decidir en forma directa la designación de sub alcaldes, tal como lo hacían en la cuestionada gestión masista de Edgar Patana, con los desastrosos resultados que ya conocemos y que fueron precisamente la causa del derrumbe estrepitoso de esa corrupta administración. Los propios concejales del MAS elegidos en el municipio de La Paz, reconocen este extremo y aconsejan a sus pares de El Alto reconocer y acatar la decisión de la nueva edil.

Sin embargo, en el diálogo para lograr un acuerdo que permita una solución a este conflicto, la alcaldesa propuso a los dirigentes un plazo de 90 días para estudiar el tema empero, los dirigentes le hicieron un corte de manga y abandonaron la reunión, aduciendo que la alcaldesa pretende “utilizar la norma” (La Ley), para basar sus designaciones. En buen romance: dicen que se apega a la ley para sus decisiones, añadiendo estos ignaros: “que la norma le dé soluciones cuando hayan movilizaciones”. ¡La ignorancia es atrevida!

Lo folclórico de este entuerto es que los sublevados, hechos a los eruditos de la Real Academia de la Lengua, esgrimen como arma un lapsus lingue de la joven alcaldesa que, a tiempo de hacer una aclaración expresó: “los usos y costumbres valen para las comunidades indígenas o áreas rurales y no para los alteños que, a pesar de provenir de diferentes áreas rurales, ya son ciudadanos (en vez de citadinos) por lo que están enmarcados en las leyes de esa ciudad” ¿Dónde está el pecado?

La verdad es que se quiere ganar en las calles lo que perdieron en las urnas. La razón principal de la protesta radica en la pérdida de prebendas que bajo la muletilla de la práctica de “abusos y malas costumbres” hicieron desaparecer más de 36 vehículos de la alcaldía y varios maletinazos por conceptos de timbres de aceleración para los trámites.

Luego de una jornada violenta, en la intentaron tomar por la fuerza la Alcaldía de El Alto, hasta poner en serio riesgo la visita del Santo Padre, la valiente Sole solicitó a sus votantes y organizaciones civiles, que no se dejen intimidar por los facinerosos de la FEJUVE que decidieron ir adelante con un paro indefinido que fracasó rotundamente, lo que demuestra fehacientemente que la Soledad viene acompañada.