Opinión

Inexplicable ingenuidad política

2015-06-15 - 17:53:18
Partimos de la premisa de que los que se dedican a la política pueden tener más o menos preparación de tipo académica, pero no pueden no tener formación política, que incluye elementos primordiales como la facilidad de interpretar las cosas, de adecuarlas a sus intereses, de cambiar de postura sin que se les mueva un pelo. Y lo que menos pueden los políticos es ser ingenuos.

En estos últimos días oímos una serie de declaraciones de personajes políticos, que representan a la llamada oposición, que inexplicablemente pecan de una ingenuidad rayana en lo incomprensible. En primer lugar declaran que no habrá reelección del presidente, porque sería ilegal y contra la Constitución, considerando ingenuamente que el oficialismo no hará uso de las armas que dispone con dos tercios en la Asamblea Legislativa para dictar una ley de modificación parcial de la Constitución y someter a referéndum este cambio para que se permita la reelección del presidente y vicepresidente. No hay que ser político para saber que, más temprano que tarde, eso ocurrirá.

En segundo lugar, los políticos de marras declaran que se ha llegado a un consenso para el reglamento de la elección de los postulantes para el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y con estas exigencias se podrá proponer candidatos notables. Hasta el momento no hay un solo notable que hubiera aceptado esa invitación, más bien algunos citados se excusaron gentilmente. Lo que no puede desconocerse –la realidad lo demostró reiteradas veces- es que el momento en que un miembro del TSE, por notable que sea, dicte una resolución contraria a los intereses del oficialismo será demandado, ya sea por incumplimiento de leyes, aplicación incorrecta de las mismas o cualquier figura penal para descalificarlo, y la denuncia la hará un viceministro o cualquier ciudadano de un movimiento social. Si se llega a elegir notables, es más importante saber quiénes serán sus suplentes, porque estos asumirán, tarde o temprano, la titularidad.

Es preocupante la ingenuidad con la que actúan los políticos de oposición; mientras el oficialismo avanza sin freno para conseguir sus objetivos pensados con antelación.