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Álvaro Riveros Tejada

Cumbre de sofismas y paradojas


2015-10-14 - 19:16:37
Mientras en la Cumbre de los Pueblos de Tiquipaya-Cochabamba el canciller Choquehuanca afirmaba que la creación de las 22 áreas protegidas en Bolivia fue una idea de los “gringos”; su invitado de honor, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, cree que el tema no está vinculado a un principio imperialista, sino a “una clara necesidad de la humanidad”.

Con dicha afirmación, el canciller trató de defender la política neoliberal de su gobierno, al decretar la apertura de las áreas protegidas, para la exploración y posterior explotación de hidrocarburos por parte de empresas petroleras que se comprometerían a utilizar “tecnología amigable” empero, no intentó siquiera explicar los alcances de ese desconocido prodigio tecnológico de producción.

Asimismo, los presidentes de Bolivia, Venezuela y Ecuador se comprometieron solemnemente a proponer y defender en la próxima Cumbre COP21 de Paris, a realizarse en diciembre de este mismo año, la creación de un Tribunal de Justicia Climática que (suponemos no tenga nada que ver con el climaterio) establezca las responsabilidades, sanciones y reparación de los daños causados al medio ambiente por los Estados,así utilicen tecnología amigable, ya que tras conocerse las conclusiones,el presidente del Pueblo Guaraní, Celso Padillamanifestó: que Evo Morales sea el primer procesadoen ese hipotético Tribunal de Justicia Climática.

Por su parte, el canciller cubano señaló: “No aceptaremos en la Cumbre de Paris un nuevo acuerdo climático que diluya las actuales responsabilidades de los ricos; de los países desarrollados; ni de las transnacionales” empero, el cubano no tuvo la gentileza de indicar,de dónde se puede conseguir esas empresas en países pobres, que logren hacer dicho trabajo.

El inefable presidente ecuatoriano Rafael Correa, que está en un venezolanizado proceso de maduración señaló: “…el momento en que haya justicia a nivel planetario, donde los grandes contaminadores se responsabilicen del daño que hacen, y compensen a los países que sufren los impactos del cambio climático…” Bajo esa sabia óptica, hasta los cambios climáticos caerán en la justicia y no será raro que hasta el “fenómeno del niño” sea enjuiciado.

Finalmente, mientras los ilustres climatólogos y los más de tres mil asistentes se desvivían por ajusticiar al Imperio, noticias provenientes de Honduras nos hacían conocer que los EE.UU., sin necesidad de crear un tribunal de justicia continental, había dispuesto el cierre del Banco Continental S.A., uno de los mayores bancos de ese país, por haber ingresado al listado de individuos y empresas del andamiaje financiero de “lavado” de ganancias del narcotráfico. Semejante determinación nos confirma aquella vieja sentencia que reza; “Una cosa piensa el burro y otra el que lo está montando”.

Tal medida instrumentada por los EE.UU., y decretada por el gobierno hondureño, nos vuelve a la realidad y nos hace pensar que deberíamos poner las barbas en remojo, antes de auto complacernos con estas cumbres de sofismas y paradojas.

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