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Dante N. Pino Archondo

Las cosas en su lugar


2017-10-02 - 21:04:29
Los Neoliberales, esta simplista pero efectiva manera que tiene el MAS de dividir todo, la historia, la economía, la sociedad y la cultura, calificando el pasado de neoliberal y el presente de socialista.

Si la realidad fuera tan sencilla; dividir las cosas entre dos sería optimo, tu mitad lo viejo mi mitad lo nuevo, y entonces, en mi mitad se vivió en pecado neoliberal y luego un 2005 apareció Evo Morales como redentor a librarnos de ese pecado y transformar el neoliberalismo en socialismo. Por eso los masistas y filomasistas no conciben la realidad nacional sin el redentor y no saben otra cosa que descalificar el pasado y sacralizar el presente. Es inútil con ellos tratar de razonar y demostrarles que la historia de Bolivia tiene 192 años y que en ese tiempo se ha caminado mucho y por diferentes sendas. Lo mismo pasa con la economía y la cultura. Si tuviéramos que abocarnos a demostrarles cuan errados están, necesitaríamos otros once años y dudo que aun así aprendieran algo.

Miremos nomás que en estos once años Evo Morales no pudo comprender que es la Presidencia del Estado Plurinacional que el mismo creó, no pudo aprender que el Estado se compone de tres órganos de Poder y que la ley se debe respetar porque es la base de la convivencia social. Es decir, no aprendió nada y claro anda diciendo y haciendo lo que a él le parece lo mejor.

Los vende patrias, otro calificativo que usan no solo los masistas sino muchos ciudadanos que también consideran que Bolivia tiene dos etapas, aquella en la que se vendió la patria y esta en la que se la nacionalizó. Y están convencidos de que la cosa fue así, negando los procesos político-sociales que hemos vivido desde aquel lejano 1825 en que decidimos ser República independiente y sumando todo al presente como si Bolivia hubiera sido concebida desde el momento en que el redentor asumió la Presidencia.

La derecha, otro cliché que está en boca de todos, con ella se resume mucho más todo lo que fuimos y somos. La derecha es el neoliberalismo y los vende patria, al otro lado la izquierda es el socialismo y la nacionalización. Esta forma de dividirnos no contiene espacios para ninguna concesión. O eres neoliberal y vende patria o eres socialista y nacionalizador. Lo primero es el pecado en el que se vivía y lo segundo es lo sagrado que no se puede tocar ni siquiera pronunciar sin poner la mano en el pecho y el puño levantado.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Es la pregunta que se hacen muchos ahora cuando el redentor nos avisa que no está dispuesto a dejar la Presidencia. Hay algo que tenemos que aceptar, para comenzar a responder la pregunta. Fuimos los bolivianos los que votamos por él tres veces y lo elegimos para que nos represente. Así que es lo que elegimos y por tanto fuimos responsables de ello. Está bien equivocarse una vez, tropezar con la misma piedra dos veces, pero errar tres veces ya no es errar es enamorarse del error y cuando eso pasa te vuelves ciego, lo que explica que toda la corrupción desatada por el redentor y sus secuaces se haya convertido en algo así como un pecadito de fin de semana sobre el que no hay que hacer tanto ruido y todo el derroche que se hizo de nuestro dinero se conciba como la factura que se pagó por la fiesta que se tuvo.

Fuimos los bolivianos los que dejamos que nos mientan todos los días y que nos digan que estábamos viviendo bien, que nos anuncien su decisión de quedarse en el Poder quinientos años y nos hayamos hecho a los sordos y que violen la constitución para la tercera elección y les hayamos seguido el juego multiplicando las candidaturas de la oposición, que nos lleven a un referéndum para habilitar la cuarta elección y ante el No que fue el resultado nos digan que eso era una equivocación porque la derecha uso la mentira de un supuesto hijo del redentor y nos hayamos callado o hayamos satirizado sus comentarios que más bien era avisos de lo que iba a pasar.

Bueno ahora somos los bolivianos los que debemos parar esta pesadilla. Y ante el descaro político para prorrogarse en el Poder sin importar lo que diga el pueblo o lo que haya votado el 21F tenemos que entender que el desacato y la resistencia civil son la respuesta adecuada. No sea que pase lo que algunos ya están anunciando como “salida” por el camino del voto para un nuevo referéndum, y de esta forma le vayan legalizando al redentor su deseo.

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