Mancomunidad de Municipios del AMNI Rio Grande Valles Cruceños impulsa la conservación de áreas con alto valor ecológico para el país y la humanidad.

El sol de la tarde en el pueblo de Pucará, incide en una antigua puerta de madera labrada con una estrella de David, evidencia de la presencia judía en pueblos antiguos de los Valles Cruceños, a ello se suma la influencia histórica de migraciones de gente de origen árabe, español, africano (mitayos que escaparon de las minas de Potosí), guaraní, quechua, etc.

La presencia de esta diversidad social determina un sincretismo cultural único en el mundo. Pucará es uno de los ocho municipios que son parte de la ecoregión de bosques Tucumano Boliviano (Valles Cruceños) que busca ser declarada como Reserva de Biosfera. En esta ecoregión también está presente “El Fuerte”, un centro ceremonial incaico declarado por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad. A este místico lugar, se suman otros valores arqueológicos, históricos y naturales que en conjunto pretenden integrarse a la red mundial de  Reservas de Biosfera y de esta manera implementar un modelo de gestión que aporte a este tipo de iniciativas en el mundo.

Una Reserva de la Biosfera comprende un área de elevado valor por la riqueza en flora, fauna, diversidad en recursos genéticos, ecosistemas y paisajes, dignos de preservar sobre todo porque en ella interactúan poblaciones con una alto capital cultural.  

La UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura) a través del Programa “Hombre y Biosfera” otorga un reconocimiento de categoría mundial, con la finalidad de que el área contribuya a: la conservación biológica, el desarrollo social y económico de sus habitantes, con un uso sostenible de los recursos bajo sistemas adecuados y, finalmente, que el área forme parte de una red mundial de Reservas con investigación, conocimiento, enseñanza y capacitación a nivel local e internacional.

Actualmente Bolivia cuenta con tres áreas reconocidas a nivel mundial como Reservas de  Biosfera, dos de ellas en el Departamento de La Paz (Pilón Lajas y Ulla Ulla) y la tercera en el Departamento de Beni (Estación Biológica del Beni). En esta ocasión, la propuesta solicitada a la UNESCO será la primera en el departamento de Santa Cruz;  tiene una extensión de más de 800.000 ha casi tres veces mayor a la Isla Mauricio (Mauritania), involucra a ocho municipios: Vallegrande, Moro Moro, Pucará, Postrervalle, Samaipata, Quirusillas, Cabezas y Gutiérrez donde se desarrollan más de 3500 familias y 160 comunidades.

La Mancomunidad de Municipios del ANMI Río Grande Valles Cruceños, el Comité impulsor para la gestión de consolidación de la Reserva de Biosfera y la Fundación Natura Bolivia, son quienes lideran esta iniciativa y que en términos históricos es el resultado de un proceso que viene desde los años 1970; por todos estos motivos que se listan a continuación se decidió nombrarla: Reserva de la Biosfera RÍO GRANDE.

Evolución histórica de la Reserva de Biosfera Río Grande

Actualmente, el Comité Impulsor de la Reserva de Biosfera Río Grande, a la cabeza de la Mancomunidad de Municipios con su Presidente y a la vez Alcalde de Vallegrande, el Señor Casto Romero, ha presentado la propuesta de la Reserva de la Biosfera Río Grande ante las autoridades nacionales y departamentales competentes como son la Dirección General de Biodiversidad y Áreas Protegidas del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, así como a la Secretaría de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente de la Gobernación de Santa Cruz. Por otro lado se ha realizado todo el proceso de socialización de la iniciativa ante el nivel local en los municipios y comunidades, quienes a través de sus Organizaciones Territoriales de Base (OTB) han dado su respaldo a este proceso de gestión, con lo que se completa el ciclo de validación local.

Una Reserva de Biosfera beneficiaría en gran medida a las poblaciones locales, porque: a) existiría una participación activa en la gestión de los recursos naturales, con ello un uso racional en función a sus necesidades y cultura; b) mayor capacidad de adaptación y resiliencia al cambio climático de las poblaciones actuales y futuras, mediante la conservación de los recursos genéticos y ecosistemas; c) mayor acceso a información y generación de conocimiento sobre prácticas exitosas y sistemas productivos mejorados para el desarrollo económico; d) generación de ingresos a través del desarrollo turístico, producto del reconocimiento internacional.

La Fundación Natura Bolivia, con el apoyo de la Unión Europea viene trabajando en alianza con los municipios y organizaciones locales de la Reserva de Biosfera Río Grande, los Acuerdos Recíprocos por Agua (ARA), como una estrategia para conservar bosques y agua para las comunidades. En tal sentido, la creación de la Reserva de Biosfera se suma a los esfuerzos que se vienen realizando y que pretenden proyectar al mundo un escenario cultural y natural fascinante en el que alguna vez transitaron pueblos guaranís, Incas, naturalistas como Alcides D´Orbigny o personas como Ernesto Guevara de la Serna y que dio lugar a lo que se conoce dentro de la Reserva de Biosfera como la Ruta del “Che”.


Foto: Vestimenta de danzas representadas por la población juvenil, que muestra la integración de culturas

Foto: Participantes de los tres niveles de gobierno, el comité impulsor y representantes de municipios, donde Fundación Natura brindo el informe de los avances.

Nota de prensa: Fundación Natura Bolivia