Seguro que ya lo sabes, toda dieta sana y equilibrada debe incluir cinco piezas de frutas y hortalizas al día o lo que es lo mismo, un consumo diario mínimo de 400 gramos según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin embargo, para muchos esto puede llegar a suponer una odisea más grande aún que lo de consumir al menos dos litros de líquidos al día. ¿Has pensado en los zumos? ¡También cuentan! (en ambos casos).
Y hablando de zumos de frutas, ¿sabías que según su color estos nos aportarán unos beneficios u otros? Así, por ejemplo, se sabe que la clorofila aporta colores entre el blanco y el verde y posee grandes efectos protectores en las células y disminuye el colesterol LDL (¡el malo!).
Por su parte, las antocianinas aportan colores que van desde los azules hasta el rojo oscuro y todos los alimentos de origen vegetal que poseen este pigmento aumentan el flujo sanguíneo y disminuyen la inflamación vascular.
Aún hay más, el licopeno que aporta colores rojos a las frutas, disminuye el riesgo de cáncer de próstata y previene enfermedades cardiovasculares. En cambio, el color naranja es consecuencia de la presencia del betacaroteno, un tipo de pigmento que aporta efectos antioxidantes, disminuye el riesgo de cáncer y mejora el sistema inmune. Por último, los famosos carotenoides, que portan colores desde los amarillos hasta los naranjas, ayudan a combatir el estrés oxidativo y mejoran el sistema inmune.
Sorprendido, ¿verdad? ¡No busques excusas y cuídate!
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