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Fofisanos, la nueva tendencia corporal


2015-05-05 - 19:56:39

Olvídate de aspirar a lucir un six-pack, olvídate de machacarte en busca del cuerpo perfecto, porque lo que más cotiza ahora mismo en materia de hombres son los torsos blandos.

El fofisano es un equilibrio agradable entre una panza cervecera y el ejercitarse.

Todo empezó hace unas semanas. Mackenzie Pearson, una estudiante de la Universidad de Clemson, utilizaba el balcón público de The Odyssey para lanzar su oda costumbrista al “dad bod”.

Con esa expresión, literalmente “cuerpo de papi”, la joven de 19 años estaba refiriéndose al atractivo que entre las chicas de su edad suscita el hombre joven suficientemente sano pero de cuerpo ligeramente fofo, pero no gordo.

O como nosotros preferimos decirle, el ‘fofisano’.

“El ‘dadbod’ es un equilibrio agradable entre una panza cervecera y el ejercitarse“, escribe Pearson. El ‘dadbod’ es ese tipo ‘ gordiflaco’ que dice: “Voy al gimnasio ocasionalmente, pero también bebo generosamente los fines de semana y disfruto de comer ocho porciones de pizza de una sentada”.

“Hay algo en el cuerpo ‘fofisano’ que hace que los chicos parezcan más humanos, naturales y atractivos”.

Y, aparentemente, las mujeres jóvenes beben los vientos por este tipo de hombres. Porque “hay algo en el cuerpo ‘fofisano’ que hace que los chicos parezcan más humanos, naturales y atractivos”.

“Desde un punto de vista puramente estético, ha llegado el momento de los cuerpos que no parecen sobretonificados sino vividos”.

El texto de Pearson es un canto a la naturalidad corporal elevada a la categoría de moda. Un piropo de 500 palabras al hombre común que no está ni obeso ni demasiado delgado ni obsesionado con su cuerpo. Ese hombre que no está dispuesto a ser esclavo del gimnasio, ya sea por pereza o por falta de tiempo.

Y parece que esa normalidad choca, porque Pearson, sin pretenderlo, ha roto Internet.
Fofisano
En los últimos días, su post ha generado una cantidad sorprendente de respuestas, reflexiones, comentarios y listas varias que giran alrededor de una etiqueta que viene a ser al cuerpo y sus estereotipos lo que el normcore fue a la moda.

En realidad, no se trata de un debate nuevo. El otoño pasado, la periodista Maya Singer ya vaticinaba desde las páginas de Style.com que el cuerpo de 2015 sería normcore.

“Desde un punto de vista puramente estético, ha llegado el momento de la suavidad y la sensualidad, de cuerpos que no parezcan sobretonificados sino vividos“, escribía la autora.

El ‘fofisano’ es exactamente eso. La novedad reside en el hecho de que esta vez no es la mujer, sino el hombre, quien está en el centro del debate.

La mujer señala públicamente al ‘fofisano’, al varón de cuerpo blando, cómodo en sus carnes, como imán sexual. Pero, ¿y al revés? ¿Qué pasa mientras con el cuerpo de la mujer?

“El ‘fofisano’ viene a ser al cuerpo y sus estereotipos lo que el normcore fue a la moda”

La idea de rechazar estándares de belleza poco razonables es siempre positiva. Sin embargo, detrás del revuelo mediático que ha generado el ‘dadbod’, que ni siquiera es un concepto nuevo, parece latir una clara ansiedad cultural relacionada con la imagen corporal no tanto de ellos, sino de ellas.

Basta acudir a algunos de los puntos que Pearson expone en su post como razones por las que las mujeres se sentirían hoy en día más atraídas por estos hombres comunes, ligeramente fofos, que por el típico Adonis de cuerpo esculpido a conciencia.

– Primera razón: no nos intimidan.

“No queremos a un chico que nos haga sentir inseguras en relación a nuestro cuerpo. Ya somos nosotras suficientemente inseguras”.

– Segunda razón: no nos eclipsan.

“Nos gusta que la gente diga ‘qué buena pareja hacen’. Pero también nos gusta ser el centro de atención. Nos gusta parecer delgadas y cuanto más grande sea el chico, más pequeñas nos sentimos y mejor lucimos a su lado”.

“Detrás del revuelo mediático que ha generado el ‘dad bod’ parece latir una clara ansiedad cultural relacionada con la imagen corporal de las mujeres”

La reivindicación del ‘fofisano’ no parece responder a un cuestionamiento “político”. No parece que su intención sea poner en entredicho unos cánones corporales demasiado rígidos, ni evidenciar las constantes presiones que nos empujan a buscar una perfección utópica.
di caprio fofisano
La mujer a la que se refiere Pearson en su texto no parece aspirar a rechazar las imposiciones de esos cánones, sino a sobrellevarlos de la mejor manera posible. Y lo mismo podría decirse del hombre al que ellas consienten, que se diría poco dado a devolver esa concesión hasta hacerla recíproca.

El ‘fofisano’ sería la versión ligeramente desmejorada del hombre que estuvo en forma, su evolución cuando el aspecto corporal pasa a importar menos que disfrutar de los pequeños placeres de la vida, lo que queda del gran deportista después de ganar alguna que otra blandura por culpa de una vida que se ha vuelto demasiado sedentaria… Un espejo inverso

“Cuando la normalidad se vuelve anómala, hasta la medianía se convierte en meta aspiracional”

EL CIUDADANO



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