Daniel Suelo nació en 1961 y a los 39 años decidió abandonar todas sus posesiones. Desde hace 15 años lleva una vida alejada del intercambio comercial y forma parte del movimiento freegano que cada día crece más. Esta es su historia y su filosofía.
 
Estudió Antropología en Colorado, Estados Unidos. Trabajó en varios lugares, desde laboratorios hasta o­nGs. En un punto, algo empezó a incomodarlo: que le pagaran por ayudar a la gente no se sentía correcto. En 1999, luego de un viaje a Tailandia, en el que visitó un templo budista, empezó a aparecer en su cabeza con frecuencia la idea de vivir como vagabundo, sin pertenencias ni ataduras. Al año siguiente, se lanzó en esa dirección.

A mediados del año 2000, Daniel Suelo tomó una decisión: dejaría de usar dinero. Se ubicó en una cueva a una hora a pie de Moab, en Utah, Estados Unidos, y dejó atrás una vida de créditos, pagos, deudas, cualquier otra preocupación financiera.

Su filosofía es vivir sin dinero, ni servicios estatales. ¿Qué es más adictivo el dinero o la metanfetamina?, se pregunta. Y para explicar por qué decidió vivir sin dinero, enumera cinco razones: Instintiva, espiritual, económica, política y de salud. En el mundo hay otros que decidieron el mismo camino, y a él, en su recorrido, se le han sumado cientos de personas que pasan días de charlas, reflexiones y vuelven viajar.

Despierta curiosidad en todas partes y que lo ha llevado a hablar de él en diferentes ámbitos. Su blog, por otra parte, lo escribe desde la Biblioteca Pública de Mohab, que brinda ese servicio gratis. Allí comparte su filosofía, sus novedades, y les habla a sus seguidores alrededor del mundo.

Es más, tiene su programa de radio, y a su sitio le escriben miles de personas que se ven asombradas por su estilo de vida, o que expresan sus deseos de sumarse a él. Hace algunas semanas escribió que, luego de un año de recibir visitantes, pasó un tiempo por primera vez solo y que eso le sirvió de ejercicio para no anudarse a nada.

Hace algunas semanas escribió que, luego de un año de recibir visitantes, pasó un tiempo por primera vez solo y que eso le sirvió de ejercicio para no anudarse a nada. En esa línea, y, además, debido a la gran exposición que tuvo en los últimos meses es que pidió públicamente que le... más

En su cueva hay latas de frijoles, de atún, y demás comida. Algunas lámparas colgantes, también. Todo conseguido sin intercambio comercial. Desde generosidad de los que tienen y le regalan, hasta la recuperación de alimento en la basura o la caza en la naturaleza o la comida de semillas. En la nota que lo hizo famoso en el 2009, el autor, Chistopher Ketcham, escribió: “Hace tres años que vive aquí (en la cueva) y huele de esa manera”.

Su historia se empezó a conocer alrededor del mundo a través de una nota sobre él en el 2009. Su historia cautivó a tanta gente que le propusieron que hiciera su autobiografía pero él dijo que sólo lo haría si el libro fuera luego regalado. Esto no sucedió, y al libro lo escribió otro autor.

Su historia cautivó a tanta gente que le propusieron que hiciera su autobiografía pero él dijo que sólo lo haría si el libro fuera luego regalado. Esto no sucedió, y al libro lo escribió otro autor.

Gran parte de sus creencias e inspiraciones nacen de los sadhus hindúes, que viven sin pertenencias porque encuentran en la austeridad el camino a la iluminación.

Para viajar, ya que es invitado desde varios lugares a dar sus charlas, y es escuchado por jóvenes y ancianos con igual atención, hace dedo, y usa mucho las bicicletas. Asegura que siempre se consiguen repuestos tirados o en la basura.

Esta es una de las últimas fotografías que publicó, de una serie en la que bromea con el dinero:

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