Todo lo que necesitas saber sobre el ahogamiento secundario.

Era una fiesta en la piscina, así que todos los primos ya estaban bañándose, tirándose y pasándosela bien. Todos los adultos estaban sentados fuera, disfrutando del buen tiempo. Yo estaba mirando a Ronin, que se había quedado sentado en el escalón grande de la piscina prácticamente desde que se metió.

Estaba sentada justo en la esquina fuera de la piscina, a poco más de un metro de distancia de Ronin. Me giré para hablar con mi cuñada. Estuve girada unos cinco segundos, como máximo. Volví a darme la vuelta para echar un vistazo a Ronin y ya no estaba en el escalón. El pánico y el miedo maternal subieron a su máximo nivel. Lo busqué frenéticamente con la mirada y vi que estaba dando vueltas por los chorros en el otro extremo, y su cabeza subía y bajaba desesperadamente para buscar aire. Lo saqué tan rápido como pude. Desde que se cayó al agua hasta que lo alcé pasaron unos 20 segundos.

Aparte de que Ronin estaba visiblemente molesto y tosía para escupir el agua, cuando se calmó parecía recuperado por completo. Más cansado que de costumbre después de lo ocurrido, pero me imaginé que estaba agotado por lo que había pasado, por el calor y por el ejercicio que había hecho en las últimas horas. Nos fuimos de la fiesta enseguida.

En casa, Ronin no era el mismo de siempre. Podría haberlo achacado a su cansancio, pero mi instinto me decía que le pasaba algo más. Le entró una tos rara que le ponía tenso cada vez que hacía el esfuerzo. Llamé a su pediatra (soy un poco paranoica) y me recomendó llevarlo al hospital inmediatamente.

Ronin presentaba un cuadro de  neumonitis química debido a que sus pulmones habían absorbido los productos químicos de la piscina. Tenía los pulmones irritados e inflamados.

El término común para esto es ahogamiento secundario y puede ocurrir hasta 72 horas después de que uno haya salido del agua. Es un fenómeno poco común (afortunadamente) y puede presentarse tanto en adultos como en niños, aunque según las estadísticas los niños son los principales afectados.

Puede ser complicado reconocer los síntomas de ahogamiento secundario porque la persona suele estar bien después del episodio de casi ahogamiento.

Para que se presente la neumonitis química el afectado tiene que haber aspirado agua de una alberca o del mar, siendo las albercas un tanto más peligrosas por la cantidad de químicos que concentra.

En el ahogamiento secundario, el agua puede llenar los alvéolos pulmonares, lo cual reduce la capacidad de oxigenación de la sangre. El corazón no se ralentiza de forma significativa durante este proceso, sino que lo hace muy poco a poco, de modo que tu hijo podrá seguir hablando y andando. El único síntoma observable es un cambio repentino de personalidad o en el nivel de consciencia (como le pasó a Ronin), ya que los niveles de oxígeno se reducen pasado un tiempo.

Por eso los síntomas suelen presentares horas después… La intención al compartirles esta historia es que, si ustedes o sus hijos llegan a experimentar un episodio de casi ahogamiento en una alberca o en el mar, estén atentas a los síntomas de ahogamiento secundario:

• Dificultad para respirar
• Tos anormal
• Cansancio extremo
• Cambios en su actitud o su personalidad

Si notan algo de esto, seamos paranoicas y vayamos a urgencias.

ACTITUD FEM