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El poliamor y sus bases


2015-08-25 - 09:39:09

Las personas poli aseguran que no engañan y siempre son honestas. La monogamía define aquella situación en la que dos personas se comprometen a mantener una relación sexual exclusiva. Esta forma de vida ha sido la base de millones de promesas susurradas entre amantes adolescentes y cientos de millones de votos de bodas.

Es, en esencia, en lo que nuestra cultura basa el concepto de amor romántico, resume Emma McGowan en Bustle, quien parte de la base de que ser monógamo es difícil y lucha contra nuestros instintos naturales.

La autora defiende el poliamor como una estructura romántica alternativa que ha practicado muchísima gente, sobre todo en privado, desde hace milenios. Cada vez más personas se interesan por conocer, probar o participar en la vida poli, y el hecho de que algunas estén saliendo del armario y contando sus experiencias, ha conseguido que la palabra poliamor esté en el punto de mira de seguidores, curiosos y detractores.

De ahí la idea de la autora: reunir a varias personas poli para recoger sus lecciones sobre las relaciones sentimentales, con el objetivo de que tanto monógamos como los involucrados en situaciones multipareja puedan aprender una serie de consejos útiles.

“Esto no quiere decir que un estilo de vida sea mejor o peor que el otro. Cada uno tiene que encontrar lo que funciona en su relación (o relaciones)”, insiste la autora: “Pero hay ciertas cosas que todos podemos aprender unos de otros con el fin de hacer más agradable la vida a la persona o personas que están a nuestro alrededor”.

El fin del engaño: se acabaron los celos

Si bien la definición de poliamor aún está en evolución, incluso entre quienes lo practican, se utiliza generalmente para describir una relación con más de una pareja sexual o romántica. “Sí, me imagino que la idea de tener varios novios y novias puede ser un poco complicada”, comenta la autora, “¿pero saben lo que también es difícil? Lidiar con tener un flechazo cuando estás en un relación monógama”.

“A pesar de que las estadísticas muestran que la mayoría de nosotros va a engañar y ser engañado”, continúa McGowan, quien opina que “en las relaciones monogámicas uno se compromete a no engañar a su pareja” y con el paso del tiempo los celos y las infidelidades hacen que muchas se conviertan en posesivas y egoístas. “Cuando eres poli aprendes que una sola persona no puede satisfacer todas tus necesidades”, comenta Katie, de 26 años.

“Los celos son una emoción humana natural que no depende de si eres poli o no”, explica Maxwell, de 27 años: “Es lo que haces con esos sentimientos y cómo los comunicas lo que define su influencia en una relación”.

Aunque King, de 35 años, bromea con la idea de que “un poco de celos controlados pueden devolver la chispa a una relación que esté muerta en la cama”, lo cierto es que la mayoría de los participantes coinciden en que la vida multipareja ayuda a manejar los celos o, como dice Carly, de 31 años, “a combatir esa malsana codependencia”. “Es posible amar a una persona sin sentir la necesidad de ser posesivo con ella”, sentencia Nicole.

"Cuando eres poli aprendes que una sola persona no puede satisfacer todas tus necesidades”. Katie, de 26 años.

La sinceridad no está sobrevalorada


Asociaciones, comunidades y personas individuales pertenecientes a la vida poli insisten a menudo en que su estilo de vida multipareja no es en ningún caso una excusa para ser infieles. Al contrario, aseguran que la honestidad y el respeto son algunas de las base del poliamor, valores que, consideran, deberían aplicarse a cualquier tipo de relación.

B, de 59 años, recalca la importancia de “decir la verdad” mientras que Amanda, de 40 años, habla de una “transparencia radical” como base de una vida en pareja. “Aunque no todos los grupos poli que he conocido han tenido éxito, los que lo consiguen demuestran más confianza de la que la mayoría de las parejas monógamas son capaces de tener”, asegura Max. Quizás, como relata Anon, de 37 años, la clave “para una relación feliz” esté en “mantener un sentido de uno mismo y cierta autonomía e independencia”.

Así se resuelven los conflictos de pareja (s)

“Muchas personas monógamas tienen miedo de hablar de sus deseos ¡porque temen que su pareja pueda pensar que les están engañando!”, exclama Emily, de 24 años, quien generaliza con que la gente poli “¡habla de todo!” y explica que es precisamente ahí donde está la clave para solucionar cualquier tipo de problema de pareja.

Claro que no es tan simple como contarle a nuestra pareja que nos atraen otras personas y chispúm. “Hay que indicar claramente cuáles son las intenciones con la otra persona y tener esta charla a menudo”, recomienda Josh, de 37 años. “Una comunicación honesta y no olvidar la negociación nos acerca a todos a la felicidad óptima”, añade J., de 37 años.

“En una relación hay que trabajar para encontrar una solución en la que todos ganan”, opina Mogli, de 42 años, quien no pluraliza por el mero hecho de llevar una vida poli sino porque, insiste, las relaciones no son algo individual. “Poder hablar con nuestra pareja sobre cualquier cosa que sintamos o necesitemos sólo funciona cuando la gente puede comunicarse con claridad y eficacia, y esto es algo que falta en las relaciones de mis amigos monógamos”, ejemplifica Lauren.

“Cuando una persona está dispuesta a comunicarse, lo está también a dejar de lado su ego y el sentimiento negativo de poseer a otra persona”, explica R.D.: “El egoísmo no tiene cabida en una relación en la que están involucrados más de dos miembros mientras que en las monógamas se acepta que una de las partes dé más que la otra”.
El poliamor no es la panacea e insisten en que cada uno debe averiguar lo que mejor le encaje. (Corbis)© Proporcionado por El Confidencial El poliamor no es la panacea e insisten en que cada uno debe averiguar lo que mejor le encaje. (Corbis)

Fuera etiquetas: respeto y mente abierta

En la mayoría de los casos, especialmente cuando llegamos a la vida adulta, tenemos que convivir con la idea de que nuestra pareja ha tenido otras relaciones sentimentales y sexuales, y esto no resulta sencillo para todo el mundo. Judah aconseja hablar de estas cuestiones para conseguir una relación saludable, claro que, como él mismo reconoce, “en una vida poli, por definición, forman parte varias personas” por lo que se tiende a tener presente lo que hacen y sienten el resto de miembros entre ellos.

En la vida poli conceptos como esposa, esposo, novio, novia o amante pierden su sentido tradicional y dejan de convertirse en términos necesarios para definir los roles individuales de unos u otros en las relaciones. “Una vez que se han dejado a un lado las nociones tradicionales sobre cómo debe ser una relación o una familia, se abren un montón de posibilidades para hacer las cosas de la manera que uno desee, y no sólo en el terreno sexual”, continúa Judah.

Para Ky, de 24 años, el poliamor se traduce en “la aceptación de las personas por lo que son y lo que quieren, y no porque encajen en su papel”, lección que considera importante también para una vida monógama. “Una relación no tiene que entrar en un molde. Hay que permitirla cambiar según sea necesario y aceptar esa nueva fórmula”, opina Sam, de 33 años.

EL CONFIDENCIAL



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