Mesalina no figurará en los Records Guinness, pero en la antigua Roma llegó a romper todo un record teniendo relaciones sexuales con varios hombres en una sola noche.

Los records sexuales son algo que la industria pornográfica ha sabido aprovechar muy bien. Cuenta el mito que en 1999, la actriz porno Houston, se acostó con 620 hombres sin interrupción, para la película Houston 500, pero, antes que vayas corriendo a googlear el título, te contamos que algunos supuestos testigos declararon que solo fueron 100 los afortunados. Lo que sí está registrado en el Libro de los Records Guinness, es la mujer con más relaciones sexuales en un día, título que recae en la actriz porno Lisa Sparks, quien tuvo sexo con 919 hombres en 24 horas, con pausas de 58 segundos entre cada uno.

Pero estos inusuales records no solo son propios de nuestros tiempos modernos, pues si en el sexo se refiere, ‘recontra modernos’ podríamos considerar a los antiguos, en especial a los griegos y a los romanos, cuyos tabúes escaseaban a la hora de buscar el placer carnal. Es así que llegamos a la historia de Mesalina, la mujer que se acostó con más hombres en una sola noche.

Valeria Mesalina, era la esposa del emperador Claudio, quien era reconocida por los más cercanos al palacio del césar como una mujer ninfómana y promiscua, y que según Juvenal, llegó a ejercer la prostitución en el peligroso barrio romano de Subura con el pseudónimo de Lycisca, con tal de satisfacer su sed carnal.

Estas ganas locas de sexo hicieron que, aprovechando la ausencia de su esposo al partir a la campaña de Britania, organizara un concurso en palacio con las meretrices de Roma basado en ver quién se podía acostar con más hombres en un solo día.

El “colegio” de prostitutas aceptó el reto y envió a Escila, una auténtica profesional que realizó 25 coitos antes de rendirse. Mesalina prosiguió durante la noche y, tras declarar que no se sentía aún satisfecha después de haber yacido con setenta hombres, le pidió a Escila que regresara, pero esta se retiró diciendo: “Esta infeliz tiene las entrañas de acero”, por lo que la emperatriz continuó sin contendora hasta el amanecer. El recuento final fue de doscientos hombres.

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