Un par de gemelas siameses que comparten el mismo cerebro y cráneo, ha desafiado las expectativas de los médicos, ya que han aprendido a caminar, hablar e incluso discutir con los otros.
Cuando Tatiana y Krista Hogan, quienes ahora tienen 7 años nacieron, sus padres fueron advertidos de esperar lo peor, ya que les dijeron que posiblemente estas hermanas no vivirían mucho.
Sin embargo, estas niñas, que viven con su familia en Vernon, Columbia Británica, han continuado desafiando las expectativas y ahora disfrutan de una vida similar a la de sus compañeras de clase. Según su madre Felicia, las chicas adoran ir a la escuela, ver los Power Rangers y comer pastel.
De hecho, asegura, siempre están contentas y por tal razón, llenan de alegría a su padre Brendan, junto con sus otros hijos Rosa, de 11 años, Christopher, de 9 y Shayleighde 5. "Al ver por todo lo que he tenido que pasar con mis hijos, cualquier pensaría que es algo imposible”, dijo la señora Hogan. "No puedo negar que es algo difícil, sin embargo jamás cambiaría a mis hijos. En mi próxima vida, si pudiera elegir esta vida, yo elegiría la misma.”
El Sr. y la Sra Hogan recibieron la noticia de que sus bebés estaban unidas por la cabeza y que el futuro de ellas era bastante incierto durante los 9 meses del embarazo. Sin embargo, esta valiente madre afirma que el aborto nunca fue una opción. En cambio, estas hermanitas fueron monitoreadas constantemente, y desde su nacimiento causaron asombro entre todos los médicos, al ver que tenían un cerebro compartido Estas gemelas no solo pueden ver a través de los ojos de cada una, sino que también comparten emociones y sienten cuando le hacen cosquillas a la otra.
Si bien cada una controla sus propios miembros, ambas gemelas pueden controlar cada una de las piernas y los brazos de la otra. Pero aunque cada una siente las mismas cosas, también tienen diferentes personalidades. “Con el paso del tiempo, Tatiana se ha convertido en la líder prominente”, dice la madre. "Krista es más tranquila y generalmente es más reservada”.
El Dr. Douglas Cochrane, neurocirujano que ha tratado a las niñas, al ver que ya habían crecido, admitió: "Me han sorprendido, la forma en que son las mismas pero, son diferentes, a pesar que no nacieron como niñas normales, pueden vivir una vida saludable"
Las chicas han aprendido a correr y jugar juntas, sin embargo, aún se está tratando de establecer si comparten los mismos pensamientos. Como resultado, las niñas han aprendido a vivir juntas y sus padres nunca permiten que ellas se desanimen. “Nunca les decimos que no pueden hacer algo, siempre tienen que intentarlo”, dice el Sr. Hogan.
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