(Sin castigos)

El psicólogo Alan Kazdin, del Yale Parenting Center, estudia lo que llama “applied behavior analysis” (análisis aplicado de la conducta). Se enfoca en tres etapas: lo que pasa antes, durante y después de la conducta que quieres cambiar.

Lo que pasa antes

Pedir las cosas de buena manera. Usa un tono de voz firme, pero calmado: “Hijo, por favor ponte el suéter antes de que nos vayamos”.

Dar opciones. “Hijo, por favor ponte el suéter rojo o la chamarra verde porque ya nos vamos, ¿ok?”. Cuando les das opciones a tus hijos, es más probable que estén de acuerdo con lo que les pides.

Lo que haces ante el berrinche

Practicar los berrinches. Los berrinches no están mal; es la forma que tienen los niños de expresar su inconformidad. Enséñale la forma de hacerlo sin golpearte ni tirarse al piso, por ejemplo. Incluso pueden practicar y hacer “berrinches falsos” juntos. La práctica cambia el cerebro y fija el hábito.

Lo que pasa después

Felicitar. Hazlo efusivamente y de manera que sepa exactamente por qué lo haces. Si no hizo berrinche, reconócelo por eso. Si hizo el berrinche de la forma que practicaron, felicítalo también. Reconoce su esfuerzo.

Según Kazdin, el proceso toma unas tres semanas. Los berrinches pueden continuar, pero es muy probable que sean cada vez más parecidos a los “berrinches falsos” que practicaron antes.

Básicamente, tienes que hacerte tres preguntas: ¿Qué cosas puedes cambiar antes del berrinche? ¿Puedes practicar varias veces? ¿Puedes felicitarlo por eso?

¡Buena suerte!