Tuve un mal día de estómago y, simplemente, dejé ir al pedo, dijo el jugador sueco Adam Lindin quien se desempeña como jugador en la séptima división de aquel país.

Según informa el portal The Guardian, su equipo, el Pershagen SK, iba perdiendo 2-5 contra el Jarna SK, y cuando ya quedaba poco para que se acabara el pleito y el sufrimiento del equipo tras ser goleado, Lindin no tuvo más remedio que soltar un gas.

El juez del cotejo, sin embargo, oyó el estruendo y decidió sin titubear mostrarle la segunda tarjeta amarilla y, por ende, expulsarlo del partido.

“Le pregunté al árbitro si no estaban permitidos los pedos y me contestó con un ‘no'”. El molesto futbolista aún está desconcertado por la razón de su expulsión ya que considera que no provocaba a nadie.

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