Llevamos toda la vida creyendo que la granola es un alimento saludable. Incluso, a veces, nos saltamos el desayuno y lo compensamos con ese cereal como si fuera lo más sano del mundo. La verdad es que no, no lo es.

Según una encuesta del Times, el 80% de la gente "común" aún cree que la granola es sana, mientras que sólo el 40% de los nutriólogos opina lo mismo. ¿Por qué esa diferencia?


Muchas comidas que consideramos saludables o low fat, como los cocteles de fruta con crema batida, el jugo de naranja o las barras de granola, contienen grandes cantidades de azúcar añadida. Los nutriólogos lo saben perfectamente pero, al parecer, el resto de la gente no.

En mayo de este año, la FDA de Estados Unidos anunció un nuevo dato que las tablas nutricionales debían indicar: la diferencia entre los azúcares que vienen de forma natural en los alimentos y los que se añaden para resaltar el sabor. En América Latina, sin embargo, las tablas nutricionales aún no dejan claros dichos datos y seguimos creyendo en las bondades de ciertos alimentos "sanos".

Otro desacuerdo entre gente normal y nutriólogos gira alrededor del aceite de coco, cuyo uso se popularizó en productos que van desde aceite de cocina hasta cosméticos: el 72% de la gente encuestada opinó que el aceite de coco es sano, mientras que sólo el 37% de los nutriólogos lo hizo.

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