Holanda ha sido declarada libre de perros callejeros
2016-07-26 - 19:17:43
El abandono de animales domésticos es una lamentable calamidad. Holanda ha demostrado que tiene solución.
Las cifras de abandono de animales domésticos son alarmantes. En el DF mexicano hay más de 1,2 millones de perros callejeros. Cada año, en España, más de 100 000 perros y unos 25 000 gatos son dejados en la calle. Se calcula que en Buenos Aires hay 100 000 perros y gatos desamparados.
¿Es un problema sin solución? Holanda está demostrando que no, de la mano, principalmente, de lo único que funciona en estos casos: leyes muy severas aplicadas de manera estricta.
Si algún país tiene un pasado negro en cuanto al abandono de animales, es Holanda. Durante el siglo XIX, los Países Bajos sufrieron un fuerte brote de mal de rabia y la gente empezó a abandonar sus mascotas ante el temor de contraer hidrofobia.
Otra situación que ha venido a acrecentar el problema es el creciente interés por los animales de raza. No demasiada gente quiere adoptar un perro mestizo como mascota. A ello se añade que en la mayoría de los países no hay ningún tipo de sanción por abandono de animales y las campañas de concientización brillan por su ausencia.
Holanda decidió tomar el toro por los cuernos y formuló un programa con cuatro estrategias: esterilización, acogida, educación y sanción.
Lo primero que hicieron fue implementar un programa de esterilizaciones masivas, para impedir que los perros callejeros siguieran reproduciéndose. También, todo aquel que quería esterilizar su perro, podía hacerlo de manera gratuita.
Los perros callejeros fueron recogidos y se inició una campaña educativa, tanto para fomentar las adopciones, como para propiciar conductas humanitarias, contrarias al abandono de animales.
La legislación fue modificada para imponer duras sanciones a los infractores. El abandono y maltrato de animales fue convertido en un delito penal, con carcelazos de hasta 3 años y las multas pueden superar los 16 000 Euros, el equivalente a más de 10 salarios mínimos, que en Holanda es uno de los más altos de Europa (1500 Euros/mes).
Al problema de la preferencia por los perros de raza le buscaron una salida ingeniosa: quién quiera comprar uno, debe pagar un fuerte impuesto, del que están libres nuestros humildes amigos sin pedigrí. De esta forma, se desestimula una actividad comercial que se vale de los animales y frecuentemente esnobista, favoreciendo las adquisiciones por verdadera simpatía hacia los perros.
BATANGA
