Dos artistas estadounidenses construyeron esta estructura suspendida y vivieron ahí durante cinco días.
Los artistas estadounidenses Alex Schweder y Ward Shelley investigan la manera en que los modos de habitar afectan psicológicamente a las personas. Schweder y Shelley definen lo suyo como “arquitectura performática”, ya que construyen estructuras experimentales y luego se mudan a vivir en ellas para contar su experiencia.
Su última creación es Reactor, una casa suspendida a 4,5 metros de altura en un solo pilar de hormigón, que gira y se inclina con el viento. Y también con el peso de sus habitantes, a medida que se trasladan de un ambiente a otro.
Así es cómo funciona la casa.
De estilo moderno, tiene una superficie de 12 por 2,50 metros y cuenta con cocina, baño y cuartos para dos personas. Entre el movimiento perpetuo y la necesidad de coordinar sus propios pesos para asegurarse cierto nivel de estabilidad, Schweder y Shelley tuvieron que encontrar una rutina que les garantizara el confort.
“Casi nunca dejamos de movernos en círculos -agregó Ward- basta apenas con una brisa y se siente fenomenal: siempre hay algo nuevo para mirar, siempre tenemos que desplazarnos para estar a la sombra. Cuando vamos de un lado al otro de la casa, los balanceos son suaves, como ‘oceánicos'”.
Los artistas destacaron la conexión con la naturaleza, entre otras cosas porque las horas de sueño dependen de la luz solar. Una de las personas que visitó la casa, que estuvo abierta al público hace un par de semanas, hizo una observación que para Schweder fue muy precisa: “son dos personas que viven juntas en una casa que los obliga a separarse para conseguir el equilibrio”.
TKM
