Viernes 19 de abril 2024 Contacto
InicioPortadaDestacadasEspecialesBoliviaTemas
CuriosidadesEspectáculosArte y CulturaHoy EventosMujer
              

El porno educativo que revoluciona la educación sexual


2016-08-16 - 11:23:20

El sexólogo español Fernando Pena creó el sitio web Porno educativo, que reivindica una educación sexual del siglo XXI con imágenes explícitas, sin tabúes ni informaciones falsas.

El psicólogo y sexólogo valenciano Fernando Pena cree que la educación sexual actual tiene graves deficiencias, ya que solo explica anatomía genital -“mostrada con dibujos, ni siquiera en fotos”, critica- y cómo poner un preservativo... a una verdura. Una pedagogía que ve anticuada y “llena de tabúes”. Por no hablar de los entornos no formales, como los amigos de la escuela, donde señala que en gran medida se propaga “información falsa”, “ya sea por vergüenza de contar lo que a uno le gusta de verdad o por el orgullo de presumir sobre lo que uno falsamente ha hecho”.

Para solucionarlo, se le ocurrió lanzar la web ‘Porno Educativo’ hace un año, para “enseñar todo”. Que su nombre no nos lleve a engaños: no es pornografía, sino contenidos (escritos y audiovisuales) de educación sexual que pasan por el filtro de psicólogos y sexólogos, que supervisan su validez técnica. Hoy el proyecto tiene un equipo de comunicación, producción, edición y actores que colaboran en los rodajes, y también reciben vídeos educativos de personas anónimas. Lo llaman “la educación sexual del siglo XXI”.

Asegura que, con mejor pedagogía, se previenen muchas de las problemáticas que llegan a las consultas de los sexólogos.

¿Estamos preparados para que nos eduquen sexualmente a través de pornografía?

La pornografía, por definición, busca producir excitación en las personas que la usan. La finalidad de las lecciones de ‘Porno Educativo’ es muy diferente: educar sobre temas vinculados con la sexualidad de la manera más clara posible, sin tabúes. Para eso consideramos necesario no tapar desnudos, no ocultar pezones, no encubrir genitales excitados y no pixelar actos sexuales tal cual se producen. La gente tiene que comenzar a aprender sin metáforas ni alegorías, sin dibujos de carbonilla. Tiene que aprender con la realidad tal y como se produce, porque ver la realidad siempre ha sido la mejor forma de aprender. Estamos en el siglo XXI. La sociedad está preparada para este tipo de contenidos. Y lo demanda, como vemos en el número de visitas: la web recibe más de 3.000 diarias y unas 100.000 al mes.

¿Cuál es el perfil del usuario de ‘Porno Educativo’?

Aproximadamente el 27% de las visitas son mujeres y el 73% hombres. El mayor número de usuarios se encuentra en la franja de 18 a 24 años (36,25%), aunque nos ha gustado encontrar que los de más de 65 años se acercan al 2%, con lo cual también existe un interés en aprender sobre sexualidad a esta edad. Por otro lado, la mayor parte de los alumnos de la web son españoles y mexicanos. Este verano arrancaremos un proyecto de subtitulado de todos nuestros vídeos a inglés para fomentar la educación sexual en países angloparlantes y con ello internacionalizar todavía más el proyecto.

¿En qué falla la educación sexual que reciben hoy los adolescentes?

Primero aclaro que ‘Porno Educativo’ está dirigido a mayores de edad. Legalmente no se puede enseñar a menores de una manera explícita, por lo que respetamos la norma y nos dirigimos solo a adultos. Desde mi perspectiva, la educación sexual que reciben los adolescentes es extremadamente pobre. Las estadísticas indican que la mayoría de las personas pierden la virginidad a una edad en la que tienen información, como mucho, sobre tres puntos: anatomía genial humana, cómo se pone un preservativo y qué tipo de enfermedades sexuales existen. Y la sexualidad humana va muchísimo más allá de estos tres puntos.

¿A qué se refiere? ¿Qué más abarca?


Conocer el proceso de excitación sexual masculino y femenino y las implicaciones que tiene este proceso de cara a un encuentro sexual en la práctica. En resumen, podemos explicarlo con que la excitación sexual masculina es rápida. Un hombre puede tener una erección en pocos segundos después de haber iniciado el encuentro sexual y por lo tanto estar preparado ya para un coito. Una mujer tiene un proceso de excitación sexual más lento, muchas no tienen una excitación suficiente que favorezca el coito hasta más allá de 20 minutos desde haber iniciado el encuentro. Por lo tanto, en una relación heterosexual, un hombre puede buscar el coito al cabo de un par de minutos de haber iniciado la relación y dejar con ello muy insatisfecha a su pareja sexual. Si a eso le sumamos la carencia de comunicación entre la pareja durante el encuentro, el resultado es que la mujer no pide adaptar el ritmo a su excitación y con ello no alcanza un placer elevado. Esta rapidez genera en la población femenina un porcentaje muy alto de anorgasmias y en la masculina, un porcentaje elevado de eyaculación precoz. Son problemas que con educación se previenen pero que sin ella se convierten en casos que tratamos los sexólogos en consulta.

¿Qué más?


La sexualidad humana abarca también habilidades a la hora de saber estimular a tu pareja. Las zonas erógenas en las que nos detenemos se reducen prácticamente a los genitales, cuando tanto hombres como mujeres tenemos muchas zonas erógenas que nos hacen gozar al máximo si nos las estimulan con destreza.

¿A qué edad debe comenzar la educación sexual?

Desde muy niños, todos deberíamos escuchar hablar sobre qué es la sexualidad. Obviamente, adaptando los conceptos y el lenguaje a cada edad. Hoy día es visto todavía como un tema que se oculta hasta que ya no queda más remedio, porque no es posible mantenerlo en secreto durante más tiempo. Y los padres que tienen conversaciones sobre sexo con sus hijos lo hacen para tratar alguno de los tres puntos que he comentado antes, que son los mismos que tratarán en el instituto. A los padres todavía les da muchísima vergüenza hablar a su hijo o hija sobre la masturbación (propia o a otra persona), sexo oral o juguetes sexuales.

¿Todavía tenemos muchos tabúes sexuales?

Muchísimos, en todas las edades. El más importante es la dificultad de hablar con naturalidad sobre algo que es totalmente natural, como es el sexo. Cualquier conversación está llena de palabras omitidas o comodines. Por ejemplo, conocemos la palabra ‘vulva’, pero quien lea la entrevista se dará cuenta de que prácticamente no la ha utilizado jamás ni con amigos ni en otro entorno. La gente usa en su lugar ‘lo de ahí abajo’ o ‘tu cosa’ para referirse a algo que tiene nombre. La herencia educativa nos recuerda que los genitales aún son designados como ‘los innombrables’, ‘tus vergüenzas’ o ‘tus partes pudendas’, entendiendo que ‘pudendo’ significa “aquello que causa vergüenza”. La falta de comunicación abierta y fluida sobre estos temas lleva a mucha gente a no disfrutar plenamente de las relaciones sexuales, porque no pueden decir claramente lo que quieren en ellas.

¿Sucede todavía más en las referencias al sexo oral?

Es otro aspecto lleno de tabúes. En ningún centro educativo (salvo ‘ Porno Educativo’) te enseñarán jamás a hacer una buena felación o un buen cunnilingus. La gente lo aprende “sobre la marcha”, pero “sobre la marcha” implica a veces más de 20 años de relaciones sexuales en las que no se disfruta todo lo que se pudiese.

¿Y los fetiches?


Es algo común en muchísimas personas. Pero como el sexo todavía es un tabú, las apetencias fetichistas no se comentan con normalidad y eso hace que cuando una persona tiene una excitación alta ante una parte del cuerpo de otra persona (espalda, manos, pies, etc) se le considera a él o ella un bicho raro. Si la gente hablase con naturalidad de sus gustos, nos daríamos cuenta de que los deseos que se salen de la norma son mucho más normales de lo que pensamos.

¿Qué tabúes sexuales perduran en la actualidad?

Existen tantos que podríamos escribir más de un libro, aunque hay algunos que atiendo con más frecuencia en la consulta de psicología. Por ejemplo, “en los hombres lo normal es que nos guste el sexo siempre”: lo real es que un hombre no es menos hombre si dice a su pareja sexual que no desea tener sexo, del mismo modo que su pareja le dice a él de vez en cuando que no quiere. Otro: “Los coitos largos en tiempo solo están al alcance de los actores porno”, cuando lo cierto es que cualquier persona puede controlar su eyaculación todo el tiempo que desee para tener coitos de la duración que desee. O “las chicas no se masturban”: tenemos una encuesta que refleja que la mayor parte de las chicas lo hacen y en mi consulta he atendido a muchas que superaban problemas sexuales con sus parejas conociendo mejor su cuerpo mediante la masturbación. Muchas llegan mucho mejor al orgasmo durante un coito si a la vez se masturban. Es lógico porque el clítoris está fuera de la vagina, no al final de la misma. Además, hemos visto que al menos dos tercios de las chicas heterosexuales se masturban fantaseando en sexo con otra chica y no por eso dejan de considerarse totalmente heterosexuales.

¿Y la comunicación durante el sexo?

Cada vez que una pareja inicia un contacto sexual, se presiona el botón imaginario de ‘silencio’ y no se libera hasta que alguno de los dos, o los dos, llegan al orgasmo. Una mayor comunicación durante el sexo aumentaría el placer sexual y reduciría enormemente el número de personas que necesitan acudir a un sexólogo por anorgasmia, falta de deseo o muchas otras de las patologías sexuales más frecuentes que atendemos los sexólogos en consulta.

¿Qué opinión le merece el porno clásico, acusado de machista por los sectores feministas?

Prefiero no entrar en valoraciones sobre el porno porque nuestro proyecto es únicamente educativo. En mi rol de sexólogo tampoco tengo un conocimiento muy alto sobre el cine porno.

ENTRE MUJERES



Copyright © Hoybolivia.com Reservados. 2000- 2024
Optimizado para Resolución 1024 X 768 Internet Explorer 4.0, Netscape 4.0, Mozilla Firefox 2.0