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Naya Rivera asegura deberle todo su éxito y felicidad a sus pechos


2016-08-31 - 16:40:34

Naya Rivera realmente se está abriendo en sus nuevas memorias, Sorry not sorry: Dreams, mistakes and growing up.

La estrella de Glee habla abiertamente sobre su lucha contra la anorexia, un aborto pasado y más cosas en su primer libro, y eso no es todo. Rivera también se abre acerca de una gran decisión que tomó cuando tenía 18 años de edad: la cirugía plástica. Mientras estaba en la escuela, Rivera decidió utilizar el dinero que había ahorrado de su actuación en Family Matters y The Royal Family para ponerse implantes mamarios.

"Me acerqué a todos mis maestros, les dije que iba a estar afuera", escribe en Sorry, not sorry, como lo extrae People. "'¡Me haré una cirugía plástica! Yo les decía alegremente. Mis nuevos senos eran una de confianza, no una cosa sexual. Nunca me había quitado mi top para un chico. No había tenido muchas oportunidades de hacerlo, pero incluso si lo hubiera hecho, mi sujetador siempre estaba lleno de servilletas".

Luego de que aumentó el tamaño de su copa, la vida en la escuela comenzó a cambiar drásticamente. "Tan pronto como volví a la escuela, [los niños] prácticamente se volvían locos corriendo para ver quién podía abrirme la puerta", recuerda. "La gente tiene muchas opiniones acerca de la cirugía plástica, pero más de diez años después de que consiguiera mis senos, todavía me hacen feliz cuando me miro en el espejo".

A pesar del alto precio, Rivera no se arrepiente. "Han de haber sido los mejores $ 8.000 dólares que he gastado", escribió.

Sorry, not sorry está lleno de confesiones sinceras de la estrella, que también se abre sobre sus luchas con un trastorno de alimentación en la escuela. "Para el tiempo en que iba en segundo año, empecé a sentir que lo que había comenzado como un juego tal vez había ido demasiado lejos. Simplemente evitaba a toda costa los alimentos", asegura en el libro. "Si mi madre me preparaba el almuerzo, yo lo tiraba o encontraba una excusa para regalarlo".

Pero cuando empezó a escribir sus memorias, Rivera comenzó a darse cuenta de la gravedad de sus problemas. "Yo era tan joven y esto sólo parecía ser la norma. Todo el mundo estaba pasando por cosas similares", recordó. "No tenía manera de saber si yo estaba pasándolo peor que los demás. Estaba haciendo malabares con mis sentimientos y hoy me pone triste saber que hay niñas que siguen pasando por eso quince años después".

EONLINE
La estrella de Glee habla abiertamente sobre su lucha contra la anorexia, un aborto pasado y más cosas en su primer libro, y eso no es todo. Rivera también se abre acerca de una gran decisión que tomó cuando tenía 18 años de edad: la cirugía plástica. Mientras estaba en la escuela, Rivera decidió utilizar el dinero que había ahorrado de su actuación en Family Matters y The Royal Family para ponerse implantes mamarios.

"Me acerqué a todos mis maestros, les dije que iba a estar afuera", escribe en Sorry, not sorry, como lo extrae People. "'¡Me haré una cirugía plástica! Yo les decía alegremente. Mis nuevos senos eran una de confianza, no una cosa sexual. Nunca me había quitado mi top para un chico. No había tenido muchas oportunidades de hacerlo, pero incluso si lo hubiera hecho, mi sujetador siempre estaba lleno de servilletas".

Luego de que aumentó el tamaño de su copa, la vida en la escuela comenzó a cambiar drásticamente. "Tan pronto como volví a la escuela, [los niños] prácticamente se volvían locos corriendo para ver quién podía abrirme la puerta", recuerda. "La gente tiene muchas opiniones acerca de la cirugía plástica, pero más de diez años después de que consiguiera mis senos, todavía me hacen feliz cuando me miro en el espejo".

A pesar del alto precio, Rivera no se arrepiente. "Han de haber sido los mejores $ 8.000 dólares que he gastado", escribió.

Sorry, not sorry está lleno de confesiones sinceras de la estrella, que también se abre sobre sus luchas con un trastorno de alimentación en la escuela. "Para el tiempo en que iba en segundo año, empecé a sentir que lo que había comenzado como un juego tal vez había ido demasiado lejos. Simplemente evitaba a toda costa los alimentos", asegura en el libro. "Si mi madre me preparaba el almuerzo, yo lo tiraba o encontraba una excusa para regalarlo".

Pero cuando empezó a escribir sus memorias, Rivera comenzó a darse cuenta de la gravedad de sus problemas. "Yo era tan joven y esto sólo parecía ser la norma. Todo el mundo estaba pasando por cosas similares", recordó. "No tenía manera de saber si yo estaba pasándolo peor que los demás. Estaba haciendo malabares con mis sentimientos y hoy me pone triste saber que hay niñas que siguen pasando por eso quince años después".

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