Durante muchos años, las abdominales fueron el ejercicio favorito de los entrenadores: ¿Cuántas no hemos pasado horas de sufrimiento y dolor con ese ejercicio?
Muchas personas aún incorporan las abdominales a sus rutinas porque no saben que, además de no ser tan efectivas, hacen daño.
Las abdominales son perjudiciales para la espalda: empujan la columna hacia el piso y trabajan los flexores de la cadera, esos músculos que van desde los muslos a la espalda baja. Cuando esos músculos se forzan, causan malestar en la zona lumbar.
Además, las abdominales exacerban una mala higiene postural: si pasas mucho tiempo sentada, los flexores de la cadera pasan demasiado tiempo contraídos. Si le agregas los movimientos de las abdominales, es probable que sufras de dolor crónico y lesiones posteriores.
Los expertos en salud de Harvard proponen cambiar las abdominales por las lagartijas. ¿La razón? Es mejor ejercitarse de modo que se parezca a la forma en que te mueves por el mundo. Con las lagartijas, te mantienes alineada: la cabeza sobre los hombros, los hombros sobre la cadera y la cadera sobre los pies.
Así que ya lo sabes: ¡No más abdominales!
ACTITUD FEM