El amor de mamá siempre es incondicional, la única diferencia que existe con una mamá tatuada, es que es una mamá colorida.

Muchas son las madres de hoy que llevan tinta en su piel o tienen la intención de llevarla, pero el desafío de la maternidad plantea muchas dudas al respecto.

En el mundo de hoy, los tatuajes son la clara expresión de nuestra personalidad, nuestra forma de llevar en la piel nuestros momentos más importantes. Las nuevas generaciones somos quienes mayoritariamente modificamos nuestro cuerpo. Pero, ¿qué sucede cuando se juntan los tatuajes y la maternidad?

La organización internacional The La Leche League hace referencia a esto y dice que los tatuajes y la lactancia son compatibles. La pregunta es, ¿hay riesgos?


Lo que debemos saber es, dónde debemos hacernos los tatuajes, quién es nuestro tatuador, qué instrumentos usa y la clase de limpieza que tiene el salón. Sin embargo, mientras estés embarazada o amamantando no es recomendable tatuarse ya que tu sistema inmunológico puede verse afectado y eso puede ser transmitido al bebé.
Algunos datos útiles…

    Siempre observa tus alrededores, presta atención si tu tatuador usa guantes y cuántas veces se lo cambia o dónde coloca los contenedores de pintura.
    Sigue al pie de la letra la guía de cuidados para quienes se tatuaron recientemente.
    La mejor manera de evitar infecciones o enfermedades es llevar una vida saludable, aliméntate correctamente, haz ejercicio y fundamentalmente cuídate.
    Aguarda hasta que tu bebé tenga 12 meses. Es recomendable esperar a que tu hijo consuma menos leche materna, de esta forma es menor la influencia que pueden tener algunos componentes metálicos de las tintas en tu bebé. Sin embargo, debes saber que la tinta que entra en tu cuerpo no entra lo suficientemente profundo como para causar grandes injerencias en tu leche.
    Y lo más importante, no hay estudios científicos que prueben que poseer tatuajes es malo para el bebé en período de gestación o lactancia.


¡Casi un 20% de quienes se realizan tatuajes luego se arrepienten! Así que si estás pensando en quitarte un tatuaje mientras estés amamantando o durante la gestación de tu bebé, es preferible que aguardes al año de tu hijo para hacerlo, ya que la exposición al láser para quitar tatuajes podría afectar la lactancia.

El proceso de extracción de tatuajes consiste en pequeñas pulsaciones dadas por un láser de luz intensa que pasa a través de nuestra piel para absorber la tinta del tatuaje. Esto hace que los fragmentos de pintura se deshagan en pequeños trozos, los que pueden ser recogidos por el sistema inmunológico del bebé. De todas formas, las partículas de tinta son demasiado grandes para pasar a través del pecho materno, por lo tanto el riesgo mayor puede encontrarse durante la gestación.

Expertos señalan que no existe evidencia real de un impacto negativo en la lactancia de bebés con mamis tatuadas. Así que si tienes tatuajes y además eres mamá, no tengas miedo. Disfruta del arte que completa tu cuerpo y de darle el pecho a tu bebé.

IMUJER