La macabra afición de Felipe II, el coleccionista de huesos de santos
22/02/2015 - 12:37:34
ABC.es.- Quiz�s por su car�cter compulsivo, Felipe II desarroll� con entusiasmo enfermizo la afici�n de coleccionar huesos de santos y santas, reuniendo cerca de 7.422. As�, cada vez que una reliquia llegaba a El Escorial, el Monarca ven�a corriendo desde su aposento para examinar y venerar las nuevas adquisiciones antes de inventariarlas y guardarlas con el resto de piezas, �unas veces solo, otras acompa�ado de sus hijos�, como si se tratara de un importante ritual familiar. Una ins�lita muestra de inter�s y pasi�n �besando repetidas veces las piezas en cuanto ca�an en sus manos� de un Rey que no era dado a exhibir ning�n tipo de entusiasmo en p�blico, y casi no lo hac�a en privado.
Los historiadores y psiquiatras que han estudiado la figura del Rey espa�ol Felipe II identifican de forma clara una personalidad �obsesiva compulsiva�. Mientras el joven era educado de forma estricta en Espa�a, desde el extranjero la lejana sombra de su padre proyectaba unas expectativas casi imposibles de cumplir. Carlos I era un hombre de acci�n, vencedor en m�ltiples batallas, un viajero cosmopolita que dominaba cinco idiomas, un maestro de la frase y un encantador de v�boras pol�ticas. No es dif�cil imaginar que Felipe II se sintiera abrumado por �la pesada carga, no solo pol�tica sino tambi�n psicol�gica y espiritual, de su herencia din�stica�, como la ha descrito el historiador John H. Elliot.
La incapacidad de cumplir estas expectativas �b�sicamente porque sus talentos eran distintos a los de su padre� le caus� una profunda inseguridad y le hizo desarrollar una personalidad compulsiva que, entre otras cosas, le llev� a coleccionar esculturas, libros y otros objetos de forma compulsiva. Objetos de los que dif�cilmente acced�a a desprenderse. El hispanista Geoffrey Parker, autor de �Felipe II: la biograf�a definitiva�, apunta un episodio que respalda la mezquindad del Rey con sus propiedades privadas: �En 1571, cuando quiso su Majestad una sortija para la Reina de Escocia, en vez de regalarle una de las piedras preciosas que hab�a coleccionado el mismo, Felipe II orden� a un oficial que �env�e aqu� para ma�ana las que tiene el Pr�ncipe nuestro se�or (su fallecido hijo Carlos)�. A continuaci�n, despu�s de inspeccionar la colecci�n de joyas dejadas por el malogrado Carlos, el Monarca escogi� un magn�fico rub� engastado en un anillo y se lo envi� a Mar�a de Estuardo�.
Mostr� una �avaricia santa� por congregar los restos desde 1550
Su af�n coleccionista y su devoci�n religiosa confluyeron en su compilaci�n m�s ins�lita: la de reliquias de santos. El Rey mostr� una �avaricia santa� por congregar los restos de hombres y mujeres ya canonizados desde 1550 hasta su muerte. En un viaje por Alemania, cuando Felipe II hall� en Colonia �una grand�sima suma de cabezas y huesos humanos� de supuestos santos, apreciando que �en ninguna otra ciudad hab�a tantas reliquias�, adquiri� un centenar y las mand� a Espa�a.
La obra de toda una vida: 7.422 reliquias
No en vano, las piezas tra�das desde Alemania solo eran el principio. En 1567, el Rey reclam� permiso al Papa para coleccionar reliquias y guardarlas donde �l quisiera. En los siguientes 30 a�os consigui� reunir en El Escorial, donde estaba levantando su obra arquitect�nica m�s famosa, no menos de 7.422 reliquias (aunque solo una parte ha sobrevivido en la actualidad), incluidos 12 cuerpos enteros, 144 cabezas y 306 miembros de santos y santas. Seg�n los textos de Fray Jos� de Sig�enza, �no tenemos noticia de Santo ninguno de que no haya aqu� reliquia, excepto de tres�.
El Rey, que prestaba mucho inter�s en la conservaci�n de su colecci�n, mand� construir dos altares especiales a ambos lados del altar mayor de la bas�lica de El Escorial. Uno dedicado a San Jer�nimo y el otro a la Asunci�n. En ellos mand� realizar 80 relicarios al orfebre Juan de Arfe, y el resto de los relicarios fueron obra de otro platero no conocido. En el conjunto predomina el busto parlante, muy del gusto de la �poca, que revela al espectador de una sola ojeada el tipo de reliquia que aloja. Por su parte, la policrom�a corri� a cargo de Fabrizio Castelo. Todav�a hoy se conservan los libros de entregas en los que se describe con todo detalle la fecha y la descripci�n de cada relicario.
La �nica forma de despertarle era gritando: ��No toqu�is las reliquias!�
Felipe II lleg� a vincular el �xito de las empresas de su vida a la adquisici�n de reliquias concretas. As�, en 1569 dedic� una extensa carta al III Duque de Alba, el gobernador de Flandes, inst�ndole a juntar urgentemente �una buena banda de cabezas de v�rgenes de la ciudad de Colonia�, m�s espec�ficamente la cabeza de Santa Ana. En palabras del Monarca, su compra era crucial porque si el proyecto de casarse con su sobrina la archiduquesa Ana �su cuarta y �ltima esposa� ten�a �xito, �holgar�a a�n m�s con ella, porque la que tiene su nombre tuviese m�s devoci�n a esta casa�.
Y al final de su vida, cada vez que Felipe II recobraba el sentido, ped�a que le trajeran al pie de su cama distintas reliquias. All� las besaba y las suplicaba su ayuda. Cuando perd�a de nuevo la conciencia, la �nica forma de despertarle era gritando: ��No toqu�is las reliquias!�, fingiendo que alguien se llevaba alguna.
La gran colecci�n de Magdalena de Ulloa
Otra de las colecciones de reliquias m�s importantes de Espa�a es la de una noble tambi�n de la �poca de Felipe II. Do�a Magdalena de Ulloa, como el Rey, sent�a una devoci�n especial hacia las sagradas reliquias. Tutora de Don Juan de Austria, a quien cri� en el Castillo-palacio de los Quijada en Villagarc�a de Campos, se vali� del favor de que gozaba en Roma Don Juan, despu�s de la batalla de Lepanto, con P�o V y su sucesor Gregorio XIII, para alimentar su valiosa colecci�n.
Para la ocasi�n se construy� una capilla relicario en Villagarc�a con cincuenta estatuas talladas por Tom�s de Sierra (disc�pulo de Gregorio Fern�ndez). Siendo hoy la Capilla del Relicario de Villagarc�a uno de los conjuntos capitales de la escultura espa�ola.
http://www.abc.es/espana/20150222/abci-macabra-coleccion-felipe-201502191856.html
