Quiso parecerse al Increíble Hulk y casi le amputan los brazos
04/05/2015 - 12:52:13
Infobae.- Dedica su vida a su cuerpo. A esculpirlo como si fuera el mism�simo Incre�ble Hulk. Est� tan obsesionado que lleg� a hacer una locura: inyectarse aceite en sus biceps para que crecieran desproporcionadamente. Y lo logr�. Lo que Romario Dos Santos Alves nunca supo es que esa imprudencia podr�a terminar con lo que m�s se mira en el espejo: sus brazos.
Es que los m�dicos le advirtieron que podr�an tener que amputarle los brazos como consecuencia de los c�cteles mortales que se pon�a en sus extremidades para que crecieran y as� parecerse al "gigantesco hombre verde".
El tratamiento que hab�a experimentado Romario para poder hacer crecer sus m�sculos no implicaba una sola inyecci�n, sino una serie interminable. "Si la tomas una vez habr� definitivamente una segunda vez, es adictivo", reconoci� el musculoso de 25 a�os.
"Recuerdo al m�dico dici�ndome que tendr�an que amputarme ambos brazos", dijo en una entrevista reproducida por el diario brit�nico Mirror. "Quiero que otras personas vean los riesgos. Pude haber muerto, todo porque quise m�sculos m�s grandes".
Romario cont� c�mo fue que quiso comenzar a "crecer" en lo relacionado con su f�sico. Fue despu�s de ver a otros muchachos en el gimnasio. Quiso imitarlos. No pod�a creer los m�sculos que ten�an. "Vi algunos hombres realmente grandes en el gimnasio con enormes brazos y comenc� a hacerme amigo de ellos. Me llevaron al synthol (esteroide) y me entusiasm� por los resultados. Perd� el control".
"Mis m�sculos comenzaron a solidificarse y no pod�a siquiera inyectarme los brazos, estaban llenos de piedras. Decid� que lo �nico que pod�a hacer era comprar agujas de especialistas para poder inyectarme. S� que suena est�pido, pero era lo �nico que pod�a hacer para tener mi synthol", confes�.
Al tiempo que estaba desesperado por seguir agregando qu�micos a su cuerpo, la salud mental de Romario se debilitaba. Su mujer le hizo un ultimatum: ella o el synthol. "Fui hospitalizado en una cl�nica y mi esposa estaba embarazada de seis meses".
"Finalmente, gracias a Dios, el m�dico me dijo que no habr�a que amputar. Podr�an remover el synthol solidificado que se hab�a formado en mis brazos", record� Romario. Ve�a una luz en el oscuro t�nel en el que se hab�a metido imprudentemente.
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