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Enrique Bachinelo

Primer Grito Libertario en América Latina

21/05/2009 - 12:40:22

El clamor va subiendo de tono en Bolivia, donde el 25 de mayo se celebra en toda su extensi�n territorial el Bicenterio del primer grito libertario lanzado en Chuquisaca.  Han transcurrido  doscientos a�os que estremecieron al imperio espa�ol al extenderse en todo el dominio colonial de america del sur el grito libertario del Alto Per�.

Lo ins�lito de este acontecimiento es que, se celebrar� en dos ciudades lindantes del departamento de Chuquisaca, y tendr� como protagonistas al gobierno encabezado por Evo Morales y la otra conformada por las autoridades locales y sus organizaciones civicas. Este divisionismo embarga de dolor el coraz�n de la ciudadan�a de Bolivia que observa sorprendida la pugna entre el amor propio ofendido de Evo y el resentimiento de grupos citadinos que no fueron satisfechos en sus exigencias.

Ante este cuadro desolador, el pais en toda su extencion territorial y sin distingos de ninguna �ndole ruega, pide, exige, demanda que la paz y la concordia vuelvan a reverdecer en esta patria digna de mejor suerte. �Basta de odios, basta de dividir el pa�s, basta de resentimientos y revanchismo! �Basta de racismo! El grito de la ciudadania, ahora, es deponer los �nimos resentidos y que la paz retorne a los hogares de la familia boliviana.

Bolivia, al decir del Poder Ejecutivo, celebrar� el Bicentenario en una desconocida poblaci�n del valle chuquisaque�o, desmereciendo el valor y la importancia de esa fecha. Para resaltar este acontecimiento el se�or Presidente habr�a dispuesto que masas humanas se concentren en esa zona, con el consiguiente peligro que ello acarrearia la provocaci�n a la ciudad de Sucre que, inbuido de fervor patriotico ha preparado un programa de actividades para celebrar esa fecha hist�rica.

Los organizadores han programado los diferentes actos con la inclusi�n del se�or Presidente de la Rep�blica: desde la misa del amanecer, el discurso presidencial en la Casa de la Libertad, hasta el desfile de las Fuerzas Armadas, la Polic�a Nacional y la ciudadania en general. Como es tradicional, han sido invitadas representaciones diplom�ticas, la visita de personalidades de relieve internacional, el clero nacional, prensa y otras instituciones y corporaciones nacionales y extranjeras.

Seguramente el personal de Cancilleria y otras ramas del ejecutivo tambiern han alistado su programa de  actos de homenaje y, ello indudablemente causar� desconcierto y la ausencia de la unidad e integridad que anhela el pueblo boliviano.

Algunos ingratos acontecimientos pol�ticos,  produjeron enfrentamientos sangrientos por la ineptitud de la Asamblea Constituyente que fue arrastrada por su impotencia para concluir con la aprobaci�n de una Nueva Carta Magna del Estado.

Los hechos se precipitaron vertiginosamente al extremo de llegar a enfrentamientos armados entre  trabajadores mineros llegados desde Potos�, para apoyar a esa Asamblea y grupos de ciudadanos, mayormente j�venes de la Universidad de San Francisco, provocan el choque de ambas fracciones en las puertas de Sucre y como producto de esos encuentros, la sangre corre al r�o y todo se enturbia con lamentos y mutuas acusaciones.

La irresponsabilidad de autoridades subalternas del Ejecutivo ocasiona el encuentro antag�nico cuyas consecuencias dan como resultado tres muertos y varios heridos. �Basta con que un hombre odie a otro para que el odio vaya corriendo hasta la humanidad entera�.

La ciudadan�a sucrense exig�a la inclusi�n, en la nueva constitucion, de la �Capital�a Total�, es decir, que se restituya los tres poderes establecidos desde la fundaci�n en 1825. Los asamble�stas se ven obligados a salir de Sucre a pasos desesperados ante al agresividad de los grupos juveniles de las aulas de San Javier. La retirada de la desesperaci�n los lleva a refugiarse en las murallas de un cuartel en la Glorieta y all�, entre las sombras del temor y la frustraci�n aprueban la Nueva Constituci�n Pol�tica del Estado que, al decir de los entendidos es como un �rbol sin ra�ces, adolece de muchas fallas y contradicciones; adem�s, anotan que en ese proyecto, aflora el racismo por los quinientos a�os de abandono y olvido de la raza. Los asambleistas del MAS calladamente se pierden en la oscuridad de la noche.

El pasado a�o en la misma fecha, 25 de Mayo, el presidente Morales deber�a viajar a Sucre y all�, en una concertaci�n de campesinos, en un campo deportivo, proceder�a a la celebraci�n de ese hist�rico acontecimiento. Esta actitud del oficialismo confunde y causa estupefacci�n en la ciudadan�a de la Plata y c�vicos y universitarios proceden a desbandar a los campesinos para evitar la presencia del presidente.

En estas acciones son detenidos un grupo de indigenas que son arremetidos, golpeados y obligados a marchar desnudos y de rodillas por las calles de la ciudad hasta arribar a las puertas de la Casa de la Libertad con los cuerpos sangrantes, insultos e improperios, al extremo de que la muchedumbre afiebrada intentaba linchar a los ind�genas que, con las cabezas en las fr�as piedras de la plaza oraban a sus dioses por el desenlace tr�gico que se avecinaba. Alguna autoridad con sentimiento humano consigue arrancar a esa masa sanguinolenta de la multitud, salvando la vida de estos despojos humanos y retornen a sus hogares  humillados y con la maldici�n entre dientes, cuyos pensamientos no eran, precisamente, de palomas mensajeras de la paz.

Como corolario de la incomprensi�n  entre cambas (orientales) y kollas, (altipl�nicos) el 11 de septiembre de 2008 se produce un nuevo desenlace sangriento en las proximidades de Cobija, la capital de Pando. Campesinos viajaban a una concentraci�n pol�tica del MAS y, al decir de la Comisi�n Investigadora de la OEA, grupos armados de c�vicos y empleados de la prefectura y del Servicio de Caminos emboscaron a los ind�genas y se produce una masacre aterradora: Tronar de armas de fuego, desbande, gente que corre al monte, otros se arrojan al r�o y  es  la muerte de 14 campesinos, una veintena de heridos y algunos desaparecidos. Al declararse el Estado de Sitio en ese departamento, las Fuerzas Armadas proceden a detener a Leopoldo Fern�ndez, Prefecto,  por considerarlo el autor intelectual de ese genocidio.

Bolivia  est� cosechando los resultados  de siglos de no educar a la poblaci�n ind�gena. Estos tratan mal a los blancos, quienes solo sembraron el resentimiento, el temor y la ignorancia por la explotaci�n y el desprecio. El indio se levanta en defensa propia con las �nicas armas que les hemos dado: La rebeli�n y la ignorancia; una confrontaci�n peligrosa y explosiva.

Estos y otros acontecimientos son la ciza�a para que el gobierno determine celebrar el Bicentenario del grito libertario  en una poblaci�n aleda�a a la capital de la rep�blica el  25 de mayo. Por su parte la ciudadan�a chuquisaque�a se encuentra muy molesta por la actitud del se�or presidente y se siente humillada por ese gesto que sorprende a Bolivia.

La ciudadan�a ajena a la pol�tica partidaria del MAS y los resentimientos de Chuquisaca, Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, demanda  se depongan los odios, el revanchismo y abandonen el camino de la confrontaci�n. Ahora es llegado el momento: nos exige la naci�n toda y los Manes de la Patria aguardan que la paz vuelva al coraz�n de los bolivianos.

En las peores y m�s dif�ciles situaciones son cuando los hombres demuestran su aut�ntico fondo. �El hombre noble redobla su altura de espiritu, mientras que el ruin, su vileza�.

Doscientos a�os del grito libertario del Alto Per� se cumplir� el venidero 25 de mayo de 2009. La historia ha recorrido incre�blemente doscientos a�os desde esa epopeya que fue propiciada por un grupo de patriotas que impulsados por las luces de la revoluci�n francesa, lanzaron su grito de �Libertad� en la  colonial  ciudad de La Plata que era, por aquellos tiempos uno de los centros m�s intelectuales del continente y su Universidad, "reputada como la mejor del Nuevo Mundo" -seg�n Mu�oz y Cabrera- proyectaba sus luces a los cuatro costados del Virreinato y atra�a a los mozos de Lima, Cuzco, C�rdova o Buenos Aires, que iban para adquirir en ella ciencia y saber. De all� se lanzaron a la lucha revolucionaria los valores m�s preclaros de Am�rica del Sur.

* El autor es ex Senador y periodista boliviano  reside en San Francisco

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