Políticos y narcos, un vínculo cada vez más estrecho
09/08/2015 - 12:10:58
Infobae.- Pablo Escobar, el mayor narcotraficante de todos los tiempos, fue elegido en 1982 miembro suplente de la C�mara de Representantes de Colombia. Hasta ah� lleg� su fugaz carrera parlamentaria, porque al a�o siguiente se vio obligado a renunciar, luego de que el periodismo revelara sus oscuros negocios.
La conexi�n entre el narcotr�fico y la pol�tica ya no es tan transparente como en ese caso extremo. Pero eso no significa que se haya atenuado. Al contrario, que los v�nculos sean menos evidentes le ha permitido al crimen organizado infiltrar como nunca antes las estructuras del Estado en casi toda Am�rica Latina.
"En la �poca de Escobar, los narcos intentaron gobernar. No contentos con el nivel de corrupci�n y de garant�as que ten�an de que no iban a ser perseguidos, quisieron ser ellos mismos los pol�ticos. El ascenso del capo al Congreso, y el intento de algunos miembros del Cartel de Medell�n de convertirse en alcaldes y gobernadores, generaron mucha oposici�n por parte de la dirigencia tradicional y los terminaron perjudicando. Ese error no lo cometieron los criminales en M�xico, donde lo que les interesa es que los funcionarios encargados de la seguridad y la justicia est�n subordinados a ellos a trav�s de la corrupci�n", explica Hugo Acero Vel�squez, consultor en seguridad y ex secretario del �rea en la alcald�a de Bogot�, Colombia, en di�logo con Infobae.
"Sin los v�nculos con la pol�tica no puede explicarse la perdurabilidad de las organizaciones ni el nivel de expansi�n e influencia que han alcanzado en algunos casos emblem�ticos. El negocio del tr�fico de drogas il�citas es una actividad que requiere alg�n margen de interacci�n irregular con la estructura institucional", sostiene Carlos Antonio Flores P�rez, doctor en Ciencias Pol�ticas y Sociales por la Universidad Nacional Aut�noma de M�xico (UNAM), especializado en narcotr�fico y crimen organizado, consultado por Infobae.
Para el polit�logo argentino Eugenio Burzaco, CEO de Seguridad Integral Templar S.A. y autor junto a Sergio Berensztein de El poder narco, lo que buscan estas organizaciones es impunidad. "Necesitan cobertura judicial, pol�tica y policial para funcionar. Entonces van corrompiendo de a poco las estructuras estatales para poder manejarse con libertad. Para ello cuentan con una enorme cantidad de recursos, y sobre todo, dinero en efectivo. Con lo cual, la pol�tica se presta", dice a Infobae.
Colombia y M�xico, como se sabe, son por distintos motivos los dos pa�ses m�s afectados por el comercio de drogas. Por eso no sorprende que all� las complicidades sean m�s expl�citas que en cualquier otro lugar.
"Una forma de penetraci�n m�s o menos reciente es la utilizaci�n de la propia democracia en su provecho. Hay ejemplos en M�xico en los que los alcaldes, m�s que seguir los lineamientos partidarios, respond�an a las mafias. Uno termin� preso por eso y estuvo encerrado en la c�rcel del Altiplano, la misma de la que se fug� el Chapo Guzm�n", explica Fernando Carri�n, investigador de estudios urbanos y seguridad ciudadana de FLACSO, Ecuador, en di�logo con este medio.
El ejemplo citado por el investigador ecuatoriano es el de Jos� Luis Abarca, ex alcalde de Iguala, estado de Guerrero. Fue arrestado por su responsabilidad en la desaparici�n de 43 estudiantes en septiembre de 2014. Las evidencias muestran que actu� en cooperaci�n con el cartel Guerreros Unidos, para evitar un escrache contra su esposa, Mar�a de los �ngeles Pineda.
No es el �nico caso. Hace d�as se conoci� un video que muestra a Juan Mendoza Acosta, alcalde electo de San Miguel Totolapan, manteniendo una reuni�n secreta con un grupo narco.
"As� como te hicimos ganar, �chanos la mano. �Vas a jalar con nosotros? T� sabes que est�s con nosotros, viejo, �s� o no?", dice el jefe criminal en la secuencia. "�Cu�ndo te voy a fallar? Jam�s voy a jalar con otros cochos", responde el edil.
"En Colombia -dice Carri�n- una ONG logr� establecer que entre un 16 y un 17% de los alcaldes eran manejados directamente por carteles o grupos irregulares. Estamos hablando de casi 200 municipios, generalmente localizados en lugares de producci�n de coca�na o en las rutas de exportaci�n. Si lo que hac�an antes era boicotear las elecciones, hoy lo que buscan es vincularse a los pol�ticos, porque les es muchos m�s redituable".
En Argentina la penetraci�n no es todav�a tan importante como en estos pa�ses. Pero es sin dudas un problema en ascenso.
"A medida que el narcotr�fico va dominando territorios, se hace m�s fuerte la penetraci�n en la pol�tica. Ya hay intendentes y concejales involucrados", dice Burzaco.
Diferentes grados de complicidad
"Lo m�s usual es la corrupci�n manifiesta en los organismos de seguridad y justicia, que brindan protecci�n operativa e impunidad judicial a los actores clave del negocio il�cito. Est� tambi�n en algunos casos el contubernio con autoridades pol�ticas, que desv�an desde la c�pula el funcionamiento normal de las instituciones para garantizar la operaci�n de las organizaciones delictivas", dice Flores.
La forma m�s elemental de complicidad es el funcionario que est� en un puesto de control y decide mirar para otro lado a cambio de dinero. Una instancia superior ser�a que un agente de alguna fuerza alerte a la organizaci�n criminal de la realizaci�n inminente de un operativo en su contra. Y as� se puede seguir.
"Hay muchas formas de colaborar. Por ejemplo, un ministro de seguridad puede pasarle informaci�n a narcotraficantes sobre sus pol�ticas, y anticiparle cu�les son las �reas donde va a haber control del Estado, y en cu�les no. Un diputado puede avanzar con leyes que favorezcan sus actividades. Un director de polic�a, montar un operativo en contra de los competidores de un grupo determinado, y un funcionarios de gobierno, proveer permisos para establecer negocios que lavan el dinero", explica Jos� Miguel Cruz, especialista en violencia criminal y pol�tica comparada de la Universidad de Florida, consultado por Infobae.
Algunos acad�micos sostienen que una manera de comprobar cu�n fuerte es el narcotr�fico en una sociedad es ver hasta qu� nivel de la jerarqu�a estatal logr� corromper.
"Cuando s�lo llegan a funcionarios de la Aduana -dice Burzaco-, o alg�n polic�a en el camino, es porque estamos en un fen�meno de tr�nsito. Ahora, cuando adquieren territorialidad, se meten en estructuras m�s fuertes. Ah� aparecen comisarios, jefes de Polic�a, como pas� en las provincias de Santa Fe y C�rdoba (Argentina), jueces y fiscales, y funcionarios con mayores niveles de responsabilidad".
"Hay muchos indicadores peligrosos. Desde autoridades policiales presas, hasta intendentes detenidos por v�nculos en operativos como Carb�n Blanco. Hoy est�n procesados altos funcionarios de la Sedronar por el comercio de efedrina. Adem�s hubo personajes relevantes del narcotr�fico regional en Argentina, como el Chapo Guzm�n, que seg�n informes de inteligencia estuvo dos veces en el pa�s en la �ltima d�cada. Son todos indicios de cu�nto ha avanzado este fen�meno", agrega.
El caso del titular de la Secretar�a de Programaci�n para la Prevenci�n de la Drogadicci�n y la Lucha contra el Narcotr�fico (Sedronar), Jos� Granero, es particularmente grave. El ex gobernador de la provincia de Santa Cruz fue procesado por fallas alevosas en los controles al ingreso de efedrina, que termin� siendo utilizada como precursor qu�mico para la fabricaci�n de diferentes drogas.
El financiamiento narco de las campa�as pol�ticas
"Los narcos tienen siempre cierta incertidumbre ante los procesos electorales, respecto de qui�n va a gobernar. Si triunfara alguien dispuesto a asumir la lucha contra el tr�fico ilegal no les convendr�a. Entonces, no solamente mantienen a los funcionarios leales, sino que tambi�n financian campa�as. Lo hacen en muchas ciudades e incluso con gobiernos nacionales", dice Acero Vel�squez.
El caso de la efedrina se volvi� particularmente escabroso en Argentina luego de que se comprobara que droguer�as que pertenec�an a traficantes hab�an hecho cuantiosos aportes a la campa�a presidencial de Cristina Kirchner en 2007.
"La pol�tica se maneja con mucho dinero en efectivo, negro. En la medida en que no est� ni bancarizado ni controlado, su origen es dif�cil de saber. Y lo que tienen los narcos es mucho efectivo. Eso les da una alta capacidad de incidir en un proceso electoral. El control al financiamiento tiene que ser m�s claro y consistente para evitar que esto se generalice", explica Burzaco.
En el mismo sentido se expresa Flores. "�sta es una constante all� donde hay sistemas electorales que no cuentan con suficiente supervisi�n y penalizaci�n sobre este tipo de pr�cticas".
Carri�n afirma que "es algo que se da de forma casi generalizada en la regi�n". "En algunos pa�ses, la situaci�n es absolutamente expl�cita en gobiernos locales e intermedios".
Por eso es tan importante controlar toda la cadena de la droga. Desde la producci�n, hasta el blanqueo de las ganancias. Si no se sigue la pista del dinero, es muy dif�cil llegar al coraz�n del crimen organizado y sus v�nculos con la clase dirigente.
"Una de las partes fundamentales del negocio es blanquear el dinero negro y trasladarlo a la econom�a formal. Cuanto peores sean los controles, m�s f�cil se vuelve esta tarea. El c�lculo que se hace es que pierden un tercio de sus ganancias en este proceso", explica el polit�logo argentino.
Una de las medidas financieras m�s cuestionadas de la administraci�n Kirchner fue abrir un proceso de blanqueo de capitales que ya lleva dos a�os ininterrumpidos. Si bien el Gobierno argumenta que lo hace para recaudar, y que se realizan los controles necesarios, no da la mejor se�al para los criminales sostener durante tanto tiempo un mecanismo de estas caracter�sticas. Siempre est� el riesgo de que el origen de ese dinero que ingresa al circuito formal sea il�cito.
"Sin el lavado no existir�a la cadena del narcotr�fico -dice Carri�n. Habr�a que acabar con los para�sos fiscales, pero enfrentar esos intereses econ�micos y pol�ticos es muy complicado, y requiere de una pol�tica global".
"Si un gobierno realmente quiere combatir el crimen organizado, una de sus prioridades tiene que ser atacar el lavado de activos. Eso no solamente involucra a los narcos de manera directa, sino tambi�n a sus socios, porque es all� donde pueden aparecer propiedades adquiridas ilegalmente incluso por algunos funcionarios", asegura Acero Vel�squez.
Sin combatir la corrupci�n, no se puede parar el narcotr�fico
"Un elemento crucial en cualquier pol�tica de combate a narcotr�fico es la lucha contra la corrupci�n. No se puede pensar que vamos a vencerlo simplemente erradicando a los productores de coca�na o de pasta base, sin cortar los nexos con la clase pol�tica. Es la que provee la cobertura institucional para que siga funcionando y, muchas veces, hasta las herramientas estrat�gicas para su expansi�n", afirma Cruz.
Considerando la estrecha relaci�n entre pol�ticos y narcos, y la enorme incidencia de este v�nculo para la proliferaci�n del negocio, una conclusi�n se impone: mientras haya mucha corrupci�n estatal, va a seguir habiendo tr�fico. Sin combatir una, no se puede frenar el otro.
"Es imposible. Resulta fundamental establecer controles patrimoniales sobre los funcionarios p�blicos y representantes populares. Adoptar esquemas bien articulados de extinci�n de dominio que permitan el aseguramiento de fortunas mal habidas. Eso da mucho mejor resultado que la mera militarizaci�n de la lucha antinarc�ticos", sostiene Flores.
Es inseparable el avance del crimen organizado en Am�rica Latina del fortalecimiento de gobiernos que acumularon much�simo poder, minaron las bases de la independencia judicial y desarticularon todos los organismos de control. As�, se garantizaron total impunidad para hacer lo que quisieran.
"El narcotr�fico avanz� en Argentina en los �ltimos 15 a�os porque hemos tenido una fuerte debilidad institucional. Empieza por la frontera, que es un colador, sigue por las fuerzas de seguridad que no dan abasto, y termina con un sistema de control de capitales poco viable. El pa�s estaba en la lista gris/negra del GAFI (Grupo de Acci�n Financiera Internacional) hasta hace meses, por no tener implementado un esquema real de control. Hubo algunas mejoras, pero a�n estamos lejos de tener un sistema robusto para evitar estas pr�cticas", agrega.
Mayor institucionalidad y control al poder pol�tico. Es una transformaci�n que se impone en toda Am�rica Latina para enfrentar los desaf�o de este siglo.
"Hay que fortalecer los mecanismos de contralor para mejorar la supervisi�n. Es fundamental que los candidatos y los funcionarios sean transparentes con respecto a sus negocios privados e ingresos. Para eso hay que tener instituciones aut�nomas e independientes, con la capacidad para investigar dentro de la estructura estatal y con el poder para sancionar a los que violan las reglas", concluye Cruz.
Por: Dario Mizrahi dmizrahi@infobae.com
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