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Álvaro Jordán

Colonización y descolonización; recolonización y libertad

30/07/2009 - 23:35:19

Las primeras pretensiones colonizadoras sobre los pueblos de Kandire las plante� el imperio del Tawantisuyo. Parte de ambos territorios dieron nacimiento, posteriormente, a la Bolivia actual.
Fue en el periodo precolombino, cuando el Inka Yupanki, por los a�os del 1450, invadi� a los pueblos de la cuenca amaz�nica-platense.

Posteriormente, en el periodo del Inka Wayna Kapaj se produjo otro intento de sometimiento de la confederaci�n de pueblos de Chan�, Chiriguan�a, Chiquitos, Mojos y Guarayos, entre los a�os 1513 al 1521, dando como resultado la derrota de tres ej�rcitos imperiales comandados por los Generales Guancan�, Condorillo y Lucana, frente al ej�rcito comandado por el Libertador de la Confederaci�n de pueblos de Kandire, el Gran Grigot�.

El segundo periodo de lucha contra la colonizaci�n se produjo como consecuencia de la invasi�n espa�ola al continente, entre los a�os del 1542 y 1825, �ste �ltimo fue el a�o de la fundaci�n de la Rep�blica de Bolivia.

En este periodo se produjo una encarnizada lucha de los pueblos nativos y mestizos por su libertad, en el que se destaca la heroica defensa de la Chiriguan�a, cuyo pueblo logr� preservar durante todo el periodo colonial la condici�n de su territorio libre y sirvi� de ejemplo al resto de la poblaci�n.

Al final de este periodo de lucha, en los quince a�os etiquetados por la cultura neocolonial como la lucha por la independencia, particip� toda la poblaci�n de lo que posteriormente se llam� Bolivia.

En esta lucha independentista, el sector leal al sometimiento espa�ol cuando era inminente la derrota del ej�rcito absolutista, el que era dirigido por el General Ola�eta; el sobrino de �ste, el Dr. Ola�eta, qui�n hasta ese momento fung�a como su secretario, convenci� al flamante H�roe de Ayacucho, el General Sucre, para realizar una alianza de los absolutistas de la Audiencia de Charcas con los liberales de Sucre para acabar con la guerra y sobre esta base fundar la Rep�blica de Bolivia.

Los h�roes nativos y mestizos del pueblo fueron marginados y el sector m�s retrogrado y espa�olista de la antigua Audiencia de Charcas se hizo cargo de la formaci�n de la Rep�blica de Bolivia. El antiguo colonialismo espa�ol se transform� en un nuevo colonialismo, esta vez interno. Una peque�a parte, la hegem�nica, la que recibi� el apoyo del ej�rcito bolivariano, se transformo en los nuevos amos del pueblo.

Este sector hegem�nico, inicialmente encomendero y clerical, a lo largo de la rep�blica adopt� sucesivamente la cualidad militar, minera, burocr�tica y racista, cuyo centro de poder se estableci� en La Paz.

Se caracteriza este grupo, en primer lugar por establecer un neocolonialismo interno, al principio al servicio de una aristocracia espa�olista, la que poco a poco fue cediendo espacio a los intereses de un sector indigenista y racista de esencia aimara.

Este sector centralista siempre estuvo al servicio de intereses extranjeros ya sean estos espa�oles, brit�nicos, franceses, norteamericanos o finalmente venezolanos. Significa que la lucha de descolonizaci�n espa�ola se transform� en una nueva recolonizaci�n al servicio de nuevos centros de poder extranjero.

Este doble colonialismo, el extranjero y el interno, lo han padecido de distintas maneras los pueblos de todos los departamentos, incluido el de La Paz. En primer lugar a trav�s del nombramiento de autoridades y funcionarios p�blicos obedientes a la voluntad del centralismo.

Cuando esto no fue suficiente se reforz� con el env�o de tropas militares para sofocar cualquier intento reivindicativo, por supuesto, constituidas por mandos de plena confianza del neocolonialismo. Siempre el centralismo se cuid� de desplazar oportunamente los mandos del interior, como cuando el actual gobierno dio de baja a tres generaciones militares, salvo casos excepcionales de personajes de reconocida confianza del centralismo, los que nunca faltaron tanto en el campo militar como en el civil.

El primer siglo de vida republicana fue de completo abandono de los valles y llanos, s�lo se lo consider� para robarle sus riquezas naturales como la quina, la goma, el petr�leo, para el abastecimiento de la producci�n barata del oriente como carne , az�car, arroz, ma�z, y otros.

Desde Santa Cruz, m�s concretamente desde la Chiriguan�a libre, se sostuvo una guerra defensiva sin cuartel al colonizador altipl�nico, debido a que sus tierras fueron permanentemente avasalladas y su poblaci�n condenada al exterminio �tnico.

Santa Cruz y Bolivia toda no deben olvidar la heroica y �ltima defensa de la libertad encabezada por el heroico Chapiaguaz� Tumpa y los miles de m�rtires chiriguanos que lo acompa�aron en el levantamiento de Kuruyuki, frente al Gral. Pachacha Gonz�les, el que no hac�a un a�o hab�a llegado a Santa Cruz enviado por el Gobierno de Arce para eliminar las fuerzas federalistas cruce�as de �Los Domingos� y ahora este mismo Gobierno le encomendaba el exterminio Guaran�.

Tampoco se debe olvidar a Trist�n Roca, patriota cruce�o y creador de la bandera y del primer himno cruce�o, himno que el centralismo espa�olista reemplaz� con el que todav�a conocemos. Prueba de que todav�a hay un largo camino por andar.

Son miles los h�roes que tendr�amos que recordar por sus luchas en defensa de los intereses regionales. S�lo para mencionar algunos ah� est�n los igualitarios de Andr�s Ib��ez, los federalistas de los Domingos, los integracionistas del Memor�ndum del 1904, los orientalistas de la d�cada del 1920 y muchos m�s para culminar con los m�rtires de las victoriosas luchas por las regal�as, la autonom�a municipal y finalmente la autonom�a departamental y nativa. Una verdadera y larga lucha de las fuerzas descolonizadoras y humanistas contra el neocolonialismo interno.

Se puede afirmar, que en el plano externo, mientras se produce un proceso de descolonizaci�n del poder norteamericano se produce otro proceso de recolonizaci�n a favor de la hegemon�a venezolana a trav�s de la compra de conciencias mediante los cheques venezolanos, el desplazamiento laboral de nuestros profesionales con el pretexto de campa�as educativas, de salud y de asesoramiento de todo tipo.

Tambi�n se puede afirmar, que en el plano interno, mientras se impone un proceso de �descolonizaci�n�, as� llama el Gobierno al desmontaje  del sector econ�mico en manos de sectores blancoides y mestizos, de cultura camba, de origen chiriguano, chiquitano, chane, moje�o, guarayo, baure, moseten, leco, y otros, se produce otro proceso de apropiaci�n del patrimonio de los pueblos de los valles y el oriente boliviano, transfiriendo la propiedad de la tierra a colonizadores del altiplano, beneficiarios de los sectores de poder de la nueva clase burocr�tica, partidaria y de origen aimara, imponiendo su cultura, su idioma y condenando a la transculturizaci�n y a la desaparici�n de las etnias lugare�as junto a su expresi�n mestiza, conocida como naci�n camba.

Es un problema de confrontaci�n de intereses econ�micos y culturales,    que no ha tenido soluci�n fraterna en el marco de los casi 200 a�os del poder centralista de la Rep�blica de Bolivia, por muy autoritario o democr�tico que �sta sea.
La necesidad de impedir la repetici�n de hechos violentos, los que si no se atienden oportunamente tienden a ser cada vez m�s cruentos y a fin de preservar la unidad de todos los pueblos y espacios que abarca Bolivia, resulta indispensable el replanteamiento de esta unidad en el marco de una nueva estructura del estado de car�cter federal, en el que todos nos sintamos hermanos respetuosos de nuestras diferencias.
La consigna debe ser que: �Nadie tiene el derecho de someter a otro!
http://humanismochane.blogspot.com

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