13 espeluznantes casos de personas enterradas vivas: Los muertos vivientes
29/05/2016 - 11:29:11
Emol.- La catalepsia, tambi�n conocida como �muerte aparente�, es un trastorno repentino en el sistema nervioso caracterizado por la p�rdida moment�nea de la movilidad (voluntaria e involuntaria) y de la sensibilidad del cuerpo. Es un estado biol�gico en el cual la persona yace inm�vil, en aparente muerte y sin signos vitales, cuando en realidad se encuentra viva en un estado que podr�a ser consciente o inconsciente, lo que puede a su vez variar en intensidad: en ciertos casos el individuo se encuentra en un vago estado de conciencia, mientras que en otros pueden ver y o�r a la perfecci�n todo lo que sucede a su alrededor.
La catalepsia (vocablo cuyo origen son dos palabras griegas que significan �casi muerto� ) puede observarse en pacientes que sufren epilepsia, mal de Parkinson, histeria, esquizofrenia y otros tipos de psicosis, y aunque presenta todas las caracter�sticas de un deceso, no lo es. Su estado se puede presentar por minutos, horas o varios d�as en los casos extremos.
Lo realmente inquietante de este trastorno radica en que la persona afectada puede ser sepultada estando a�n con vida y despertar en cualquier momento. En un n�mero de casos no determinado, de hecho, este fen�meno llev� a enterrar a personas que a�n estaban con vida, pero no demostraban signos vitales. Entre 1870 y 1910, concretamente, hubo un miedo generalizado a ser enterrado vivo, cre�ndose los llamados �ata�des de seguridad� con banderas, respiraderos o campanas. Aunque todav�a hay casos documentados de catalepsia, los avances tecnol�gicos han hecho casi imposible que un individuo sea enterrado hoy en estado catal�ptico, pues en la actualidad s�lo basta que un electrocardiograma o un electroencefalograma puedan confirmar la muerte de alguien con facilidad.
Sin embargo, a lo largo del tiempo, la ciencia pudo constatar, a trav�s de la exhumaci�n de cad�veres, que ciertamente muchos seres humanos fueron sepultados vivos, despu�s que los m�dicos acreditaran su respectiva muerte. Estos son algunos de los casos m�s dram�ticos y sorprendentes:
-Las cr�nicas inglesas m�s antiguas cuentan que en 1661, en Londres, un carnicero del barrio de Newgate Market llamado Lawrence Cawthorn �muri� luego de estar un tiempo enfermo. La propietaria de la casa en la que el supuesto occiso viv�a estaba ansiosa por sepultarlo, ya que la ley le permit�a heredar todas sus posesiones, por lo que lo enterr� r�pidamente, sin la consulta de un m�dico. Cuando los amigos del carnicero visitaron la tumba comenzaron a escuchar desesperados y desgarradores gritos que proven�an desde el interior del ata�d. Cuando lograron abrir el f�retro, Cawthorn ya estaba muerto. Sus ojos estaban completamente hinchados y su cabeza estaba ba�ada en sangre producto de los cabezazos que el hombre se hab�a dado para tratar de salir del f�retro. La prensa de la �poca lo calific� como �El accidente m�s lamentable y deplorable�.
-En 1891 un extra�o y desconocido virus azot� al poblado de Pikeville, en Kentucky, producido por la mordedura de una cierta mosca, ahora conocida como la mosca ts�-ts�, que trajo una enfermedad del sue�o: las personas ca�an en una especie de estado de coma, aunque despu�s de un tiempo volv�an a despertar. Una de las habitantes de aquel lugar, Octavia Smith Hatcher, fue una de las primeras afectadas por la enfermedad. Fue declarada muerta el 2 de mayo de aquel a�o, y debido a que era una primavera extremadamente caliente, fue enterrada r�pidamente en el cementerio local. D�as despu�s del fallecimiento muchas personas comenzaron a enfermarse de la misma manera que la mujer, por lo que su viudo sospech� que quiz�s se la hab�a enterrado prematuramente, por lo que decidi� desenterrar el cad�ver. Cuando se abri� el f�retro se comprob� que las u�as de la mujer estaban totalmente quebradas y ba�adas en sangre, y el ata�d por dentro estaba totalmente ara�ado. La evidencia era obvia: la mujer, que todav�a ten�a una expresi�n de terror estampado en el rostro, hab�a estado con vida al momento de ser enterrada. Su viudo, James Hatcher, antes de morir, pidi� ser enterrado en un ata�d especial, que se abr�a por dentro, para no correr la misma suerte que su infortunada esposa.
El sepulcro de Octavia Smith Hatcher.
-En el a�o 1903 Rufina Cambaceres, una bella joven de la aristocracia argentina que el 31 de mayo de ese a�o se preparaba para festejar su cumplea�os n�mero 19, fue encontrada por una sirvienta sin vida en su habitaci�n. Los doctores dijeron que �se le hab�a detenido el coraz�n�, por lo que decretaron oficialmente su muerte. Su desconsolada familia decidi� no velarla y la sepult� en el mausoleo de la familia. Un d�a m�s tarde uno de los cuidadores oy� persistentes ruidos desde el interior, por lo que entr� al lugar y encontr� el f�retro de Rufina levemente corrido de su estante, por lo que dio de inmediato aviso a su familia. Cuando se orden� abrir de nuevo el ata�d, el cuerpo de la joven se encontraba de espaldas y con varios rasgu�os en su rostro, producto al parecer de la desesperaci�n de encontrarse sepultada viva. Seg�n inform� la prensa trasandina, aquel fue uno de los primeros casos conocido de catalepsia en Argentina, y a contar de all� a los muertos se les comenz� a velar por un per�odo m�nimo de 24 horas.
personas enterradas vivas
El mausoleo donde reposan los restos de la infortunada Rufina Cambaceres.
-En la Rep�blica Dominicana, la popular bailarina Niurka Berenice Guzm�n Reyes, de 23 a�os, fue sorpresivamente hallada muerta, presumiblemente debido a un infarto al miorcardio. D�as m�s tarde, una amiga y compa�era de su grupo de baile les dijo a la familia de la occisa que present�a que Niurka estaba viva. La madre le crey� y exigi� la exhumaci�n. Ante centenares de testigos el ata�d fue sacado del nicho y se confirm� que la joven estaba muerta, aunque presentaba evidentes signos de asfixia.
-En el a�o 1937, en Francia, un joven de 19 a�os oriundo de la localidad de St Quentin de Chalais, identificado como Angelo Hays, falleci� tras sufrir un grave accidente en su motocicleta. El joven hab�a chocado contra una pared de concreto, lo que le desfigur� parcialmente el rostro. Su familia no tuvo autorizaci�n para ver el cuerpo, y las autoridades lo declararon oficialmente muerto. Tres d�as despu�s fue enterrado. No obstante, una compa��a de seguros gestion� una exhumaci�n del cad�ver al enterarse que el padre de Angelo hab�a cobrado el seguro de vida de su hijo por unos 200 mil francos de la �poca. Cuando se abri� el f�retro se comprob�, para sorpresa de todos, que el cuerpo del joven todav�a estaba caliente: Hays no estaba muerto, sino que estaba en coma causado por su lesi�n en la cabeza. Los m�dicos aseguraron que, pese a ser enterrado vivo, debido a la misma herida en la cabeza que lo hab�a dejado en estado de coma, su cuerpo ya no necesitaba la cantidad normal de ox�geno necesaria para la supervivencia, lo que le permiti� sobrevivir bajo tierra. Despu�s de este ins�lito suceso y de que despertara del estado de coma, Hays se convirti� en una celebridad nacional en Francia, y mucha gente viajaba cientos de kil�metros para verlo y hablar con �l. Muchos a�os despu�s de su accidente, Hays inventar�a un ata�d de seguridad, creado para otras personas que podr�an estar enterradas vivas por error. Contaba con un armario de alimentos, un suministro de ox�geno, un WC qu�mico, transmisor de radio, se�ales de alarma e incluso una biblioteca.
-En 1987, un millonario de 39 a�os de Illinois llamado Stephen Small fue secuestrado y enterrado vivo en un lugar cercano al poblado de Kankakee. Sus captores, Danny Edwards, de 30 a�os, y su pareja, Nancy Rish, de 26, lo pusieron en una caja de madera contrachapada que conten�a una luz conectada a una bater�a de autom�vil, una jarra de un gal�n de agua, barras de caramelo, una linterna y un tubo conectado a la superficie por donde supuestamente deb�a entrar aire. Exig�an, a cambio de rescate, el pago de 1 mill�n de d�lares. Pero todo sali� mal. La arena comenz� a bloquear el acceso de ox�geno, y Small muri� asfixiado antes de que los secuestradores pudiesen cobrar el rescate. La polic�a logr� dar con el cad�ver gracias a que el lujoso autom�vil Mercedes Benz del fallecido se encontraba cerca. Los dos responsables fueron capturados y sentenciados a presidio perpetuo.
-En 1993, un joven sudafricano de 24 a�os llamado Sipho William Mdletshese falleci� presuntamente en un grave accidente de tr�nsito. Iba junto a su novia, qui�n sobrevivi�. El cuerpo del occiso fue llevado al mortuorio de Johannesburgo y puesto en una caja de metal para luego ser enterrado. Pero el joven no estaba muerto, s�lo hab�a quedado inconsciente producto del choque. Despert� dos d�as despu�s dentro del ata�d, por lo que comenz� a gritar desesperadamente en busca de ayuda. Para su fortuna, algunos trabajadores de la morgue lo escucharon y lo sacaron con vida. Se cuenta que cuando el joven se present� en la casa de su novia, �sta sufri� un ataque de p�nico: pensaba que se trataba de un zombie o muerto viviente.
-En el a�o 2011, un habitante de 35 a�os amante de las emociones extremas de la localidad de Blagoveshchensk, en Rusia, decidi� vivir en carne propia la experiencia de ser enterrado vivo. Con la ayuda de un amigo cav� un hoyo en el patio de su casa y se encerr� junto a una botella de agua y un tel�fono celular en un ata�d bastante artesanal, dotado de unos tubos para que entrara ox�geno desde la superficie. A los pocos minutos de consumado el entierro, el sujeto llam� al hombre bajo tierra, y comprob� que �ste estaba en buen estado. Sin embargo, al d�a siguiente, cuando volvi� a desenterrarlo se llev� una t�trica sorpresa: su amigo estaba muerto. La noche anterior, la torrencial lluvia que hab�a ca�do hab�a tapado los precarios tubos que permit�an el ingreso de aire al f�retro. Casualmente, el verano anterior un habitante de la localidad de Vologda tambi�n hab�a muerto asfixiado tras ser enterrado voluntariamente para �deshacerse del miedo a la muerte�.
-En noviembre del a�o 2009, una mujer entr� en coma en un hospital de T�nez y fue declarada posteriormente muerta. Sus familiares la enterraron siguiendo los ritos de la tradici�n musulmana, pero a los pocos minutos despu�s del entierro dos burros que se encontraban en el lugar se acercaron a la tumba y comenzaron a oliscar la tierra y estampar sus pezu�as en el suelo. Uno de los deudos acudi� de inmediato a espantar a los animales, pero al llegar al lugar le pareci� escuchar unos ahogados gritos que parec�an venir desde la tierra. Intuyendo que pod�a tratarse de la fallecida, llam� de inmediato a los sepultureros del cementerio, quienes lograron desenterrar el ata�d. Para sorpresa de todos, cuando abrieron el f�retro la mujer todav�a estaba viva.
-Jinshi Liang, un hombre chino de 40 a�os de la regi�n aut�noma china de Guangxi, fue declarado muerto por los m�dicos, por lo que fue enterrado a los pocos d�as. Sin embargo, tres horas despu�s de su entierro, su viuda, que se hab�a quedado sola al lado de la tumba, comenz� a escuchar la voz de su marido en medio del silencio del cementerio. Su cuerpo fue exhumado de inmediato y para la sorpresa general, todav�a estaba vivo.
-El chileno Felisberto Carrasco, un anciano de 81 a�os que viv�a en la localidad sure�a de Angol, no alcanz� a ser enterrado vivo, pero estuvo a un tris de pasar por esa macabra experiencia. Un d�a no despert� de su sue�o y sus familiares, al constatar que su cuerpo estaba r�gido y fr�o, pensaron que se estaba muerto. En vez de llamar a un m�dico para que confirmara el deceso, llamaron a una funeraria de la ciudad, que puso al anciano dentro de un ata�d, no sin antes vestirlo con su mejor traje. Sin embargo, en pleno funeral, cuando los deudos hablaban de lo buena persona que hab�a sido, don Felisberto despert� de s�bito, desatando el terror entre todos los presentes. �No pod�a creerlo. Pens� que estaba equivocado y cerr� los ojos. Los volv� a abrir y, claro, mi t�o estaba mir�ndome. Me puse a llorar y corr� a buscar algo para abrir el ata�d�, relat� en esa oportunidad Pedro Carrasco, sobrino del �fallecido�. Cuando finalmente fue sacado del f�retro, el anciano, quien dijo no sentir dolor alguno, lo primero que hizo fue pedir un vaso de agua.
-En un cementerio de Brasil se vivi� una escena diga de la serie �Walking dead�. Una mujer que hab�a ido al lugar a dejarle flores a un familiar se llev� el susto de su vida cuando en una tumba adyacente, donde parec�a haber tierra removida, vio claramente c�mo dos brazos aparecieron movi�ndose como aspas desde lo profundo de la tierra. Espantada, avis� del hecho al personal de campo santo, que logr� desenterrar a un hombre que presentaba claros s�ntomas de asfixia. La polic�a, despu�s de analizar los antecedentes del caso de este �zombie�, concluy� que el sujeto hab�a sido golpeado en una violenta pelea hasta desmayarse, y sus atacantes lo hab�an enterrado en el cementerio esperando que all� encontrara la muerte.
-En octubre del a�o 2009 un dram�tico caso conmocion� a la prensa y la opini�n p�blica de Honduras. Un joven militar de 27 a�os identificado como Isaac Ram�rez, fue declarado muerto en un hospital mientras era sometido a una operaci�n de ves�cula. Despu�s de ser velado durante varios d�as por sus familiares, su f�retro fue puesto en un nicho del cementerio de Azacualpa, en la localidad de Cop�n. Horas despu�s, los vigilantes del lugar, que hac�an el turno de noche, quedaron paralizados de espanto cuando pasaron frente a su tumba y escucharon claramente los gritos ��S�quenme de aqu�!, �s�quenme de aqu�! �Noelia, mam�!�. Cuando el ata�d fue abierto de nuevo se encontr� el cuerpo del joven todo sudado, la camisa que su madre hab�a escogido para sepultarlo estaba completamente abierta y su pecho presentaba varios ara�azos. Los m�dicos que examinaron el cad�ver concluyeron que hab�a fallecido de asfixia.
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