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Qué es el mecanismo de Anticitera y por qué es el objeto más misterioso de la historia de tecnología




27/06/2016 - 10:56:20
BBC.- De no haber sido por una tormenta en la rocosa isla griega de Anticitera hace poco m�s de un siglo, uno de los objetos m�s desconcertantes y complejos del mundo antiguo quiz�s no habr�a sido descubierto jam�s.

Tras refugiarse en la isla, un equipo de buscadores de esponjas marinas decidieron ver si ten�an suerte bajo esas aguas.

Se toparon en cambio con los restos de una galera romana que hab�a naufragado en medio de otra tormenta hac�a 2.000 a�os, cuando el Imperio romano empez� a conquistar las colonias griegas en el Mediterr�neo.

En la arena del fondo del mar estaba el c�mulo m�s grande de tesoros griegos que se haya encontrado jam�s.

Entre las hermosas estatuas de cobre y m�rmol estaba el objeto m�s intrigante de la historia de la tecnolog�a.

Es de bronce corro�do, no m�s grande que una laptop moderna, hecha hace 2.000 a�os en la antigua Grecia.

Se le conoce como el mecanismo de Anticitera. Y result� ser una m�quina del futuro.

"Si no lo hubieran descubierto en 1900, nadie se habr�a imaginado, ni siquiera cre�do, que algo as� exist�a... �es tan sofisticado!", le dice a la BBC el matem�tico Tony Freeth.

"�Imag�nate: alguien, en alg�n lugar de la antigua Grecia, hizo una computadora mec�nica!", exclama el f�sico griego Yanis Bitzakis quien, como Freeth, es parte del equipo internacional de investigaci�n del asombroso artefacto.

"Es un mecanismo de una genialidad realmente sorprendente", a�ade Freeth.

No est�n exagerando.

Tuvieron que pasar unos 1.500 a�os antes de que algo que se aproximara al mecanismo de Anticitera volviera a aparecer, en la forma de los primeros relojes mec�nicos astron�micos, en Europa.

Sin embargo, �stas son las conclusiones; entender qu� era el misterioso objeto tom� tiempo, conocimientos y esfuerzo.
Imposiblemente adelantado a su tiempo

Uno de los problemas era su anacronismo.

El primero en examinar en detalle los 82 fragmentos recuperados fue el f�sico ingl�s y padre de la cienciometr�a Derek J. de Solla Price.

Empez� en los a�os 50 y en 1971, junto con el f�sico nuclear griego Charalampos Karakalos, tom� im�genes con rayos X y rayos gamma de las piezas.

Descubrieron que hab�a 27 ruedas de engranaje adentro, y que era tremendamente complejo.

Los expertos hab�an logrado fechar con considerable precisi�n algunas de las otras piezas encontradas entre el a�o 70 a.C. y 50 a.C.

Pero un objeto tan extraordinario no pod�a datar de esa �poca. Quiz�s era mucho m�s moderno y s�lo por casualidad hab�a ca�do en el mismo sitio, pensaban varios.
127 y 235 dientes

Price adivin� que contar los dientes en cada rueda pod�a dar alguna pista sobre la funci�n de la m�quina.

Con im�genes bidimensionales, las ruedas se superpon�an, lo que dificultaba la tarea, pero logr� establecer dos n�meros: 127 y 235.

"Esos dos n�meros eran muy importantes en la Grecia antigua", se�ala el astr�nomo Mike Edmunds.

�Ser�a posible que los estuvieran usando para seguir el movimiento de la Luna?


La idea era revolucionaria y tan avanzada que Price dud� de la autenticidad del objeto.

"Si los cient�ficos griegos antiguos pod�an producir estos sistemas de engranaje hace dos milenios, toda la historia de la tecnolog�a de Occidente tendr�a que reescribirse", resalta Freeth.
�Lograron mecanizar sus conocimientos?

La Grecia de hace dos milenios es una de las culturas m�s creativas que hayan existido jam�s, as� que no estaba en tela de juicio cu�n magn�fico fue su desarrollo en todos los campos, incluso en astronom�a, considerada entonces como una rama de las matem�ticas.

Sab�an c�mo se mov�an los cuerpos celestiales en el espacio, pod�an calcular sus distancias y conoc�an la geometr�a de sus �rbitas.

�Habr�an sido capaces de meter astronom�a y matem�ticas complejas en un artilugio y programarlo para que siguiera el movimiento de la Luna?

El n�mero 235 que hab�a encontrado Price era la clave del mecanismo para computar los ciclos de la Luna.

"Los griegos sab�an que de una nueva Luna a la siguiente pasaban en promedio 29,5 d�as. Pero eso era problem�tico para su calendario de 12 meses en el a�o, porque 12 x 29,5 = 354 d�as, 11 d�as menos de lo necesario"", le explica a la BBC Alexander Jones, historiador de astronom�a antigua.

"El a�o natural, con las estaciones, y el a�o calendario perder�an la sincron�a".

No obstante, tambi�n sab�an que 19 a�os solares son casi exactamente 235 meses lunares, un ciclo cuyo nombre es met�nico.

"Eso significa que si tienes un ciclo de 19 a�os, a largo plazo tu calendario va a estar en perfecta sinton�a con la estaciones".

Como confirm�ndolo, en uno de los fragmentos del mecanismo de Anticitera encontraron el ciclo met�nico.
Revoluciones

Gracias a los dientes de las ruedas de engranaje, el mecanismo empez� a revelar sus secretos.

Las fases de la Luna eran inmensamente �tiles en esa �poca.

De acuerdo a ellas se determinaba cu�ndo sembrar, cu�l era la estrategia en la batalla, qu� d�a eran las fiestas religiosas, en qu� momento pagar las deudas o si pod�an hacer viajes nocturnos.

El otro n�mero, 127, le sirvi� a Price para entender otra funci�n relacionada con nuestro sat�lite natural: el aparato tambi�n mostraba las revoluciones de la Luna alrededor de la Tierra.

Tras 20 a�os de intensa investigaci�n, Price concluy� que ya hab�a resuelto el acertijo.

El siguiente paso requiri� de tecnolog�a hecha a la medida. Y un equipo internacional de expertos dedicado a investigar el mecanismo de Anticitera.

El equipo logr� convencer a Roger Hadland, ingeniero de rayos X, de que dise�ara y llevara al Museo Arqueol�gico Nacional en Atenas una m�quina especial para hacer im�genes tridimensionales del mecanismo.

Y, vali�ndose de otro aparato que realz� los escritos que cubren buena parte de los fragmentos, los investigadores encontraron una referencia a los engranajes y a otro n�mero clave: 223.

Tres siglos antes de la edad de oro de de Atenas, los antiguos astr�nomos babilonios descubrieron que 223 lunas tras un eclipse (unos 18 meses y 11 d�as, conocido como un ciclo de saros), la Luna y la Tierra vuelven a la misma posici�n de manera que probablemente se producir� otro parecido.

"Cuando hab�a un eclipse lunar, el rey babilonio dimit�a y un substituto asum�a el mando, de manera que los malos augurios fueran para �l. Luego lo mataban y el rey volv�a a asumir su posici�n", cuenta John Steele, experto en Babilonia del Museo Brit�nico.

Y resulta que 223 era el n�mero de otra de las ruedas del artilugio.

El mecanismo de Anticitera pod�a ver el futuro... pod�a predecir eclipses.

No s�lo el d�a, sino la hora, la direcci�n en la que la sombra cruzar�a y el color del que se iba a ver la Luna.

Todo depend�a de la Luna

Como si eso no fuera suficientemente asombroso, descubrieron otra maravilla.

El ciclo de saros depend�a del patr�n del movimiento de la Luna y "nada sobre la Luna es sencillo", declara Freeth.

"No s�lo su �rbita es el�ptica -de manera que viaja m�s r�pido cuando est� m�s cerca de la Tierra-, sino que esa elipse tambi�n rota lentamente, en un per�odo de 9 a�os".

�Pod�a el mecanismo de Anticitera rastrear ese sendero fluctuante de la Luna?


Efectivamente, pod�a: dos ruedas de engranaje m�s peque�as, una de ellas con una pinza para regular la velocidad de rotaci�n, replicaban con precisi�n el tiempo que se demora la Luna en orbitar, mientras que otra, con 26 dientes y medio compensaba por el desplazamiento de la �rbita.

Y, por si fuera poco, al examinar lo que queda de la parte frontal del aparato, el equipo de expertos concluy� que sol�a tener un planetario como lo entend�an en ese momento: con la Tierra en el centro y cinco planetas girando a su alrededor.


"Era una idea extraordinaria: tomar teor�as cient�ficas de la �poca y mecanizarlas para ver que pasar�a d�as, meses y muchas d�cadas despu�s", subraya el matem�tico.
Un acertijo envuelto en un misterio dentro de un enigma

"Esencialmente fue la primera vez que la raza humana cre� una computadora", a�ade Freeth.

"Es verdaderamente incre�ble que un cient�fico de esa �poca descubri� c�mo usar ruedas de engranaje de bronce para rastrear los complejos movimientos de la Luna y los planetas".

Pero... �qui�n fue?

Nuevamente, exploraron lo que nos qued� del fabuloso artilugio para buscar la respuesta.

Una pista estaba en otra de sus funciones.

El mecanismo de Anticitera predec�a adem�s la fecha exacta de los Juegos Panhel�nicos: los Juegos de Olimpia, los Juegos P�ticos, los Juegos �stmicos, los Juegos Nemeos.

Lo curioso es que, aunque los Juegos de Olimpia eran los m�s prestigiosos, los �stmicos, en Corinto, aparecen en letras mucho m�s grandes.


Adem�s, los expertos ya hab�an notado que los nombres de los meses que aparec�an en otra rueda eran corintios.

La evidencia apuntaba a que el dise�ador era un corintio y que viv�a en la colonia m�s rica gobernada por esa ciudad: Siracusa.

Y Siracusa era el hogar del m�s brillante de los matem�ticos e ingenieros griegos: Arqu�medes.

Nada m�s y nada menos que quiz�s el cient�fico m�s importante de la Antig�edad cl�sica, el hombre que hab�a determinado la distancia a la Luna, encontrado c�mo calcular el volumen de una esfera y de ese n�mero fundamental π; que hab�a asegurado que con una palanca mover�a el mundo y tanto m�s.

"S�lo un matem�tico tan brillante como Arqu�medes podr�a haber dise�ado el mecanismo de Anticitera", opina Freeth.

Lo cierto es que Arqu�medes estaba en Siracusa cuando los romanos llegaron a conquistarla y que el general Marco Claudio Marcelo orden� que no lo mataran, pero un soldado lo hizo.

Siracusa fue saqueada y sus tesoros enviados a Roma. El general Marcelo s�lo se llev� dos piezas consigo, ambas -dijo- eran de Arqu�medes.

El equipo de investigaci�n piensa que eran versiones anteriores del mecanismo.

Un indicio se encuentra en una descripci�n que escribi� el formidable orador Cicero de una de las m�quinas de Arqu�medes que vio en la casa del nieto del general Marcelo.

"Arqu�medes encontr� la manera de representar con precisi�n en un s�lo aparato los variados y divergentes movimientos de los cinco planetas con sus distintas velocidades, de manera que el mismo eclipse ocurre en el globo que en la realidad".

�Por qu� no se desarroll�? �Por qu� se perdi�?

Como tantas otras cosas, con la ca�da de los griegos y luego los romanos, los conocimientos "emigraron" hacia el oriente, donde los bizantinos los guardaron por un tiempo y luego pasaron a los eruditos �rabes.

El segundo artilugio con engranajes de bronce m�s antiguo que se conoce es del siglo V e inscripciones en �rabe.

Y en el siglo XIII los moros llevaron esos conocimientos de vuelta a Europa.


Investigaciones previas establecieron que el mecanismo estaba metido en una caja de madera, que no sobrevivi� el paso del tiempo.

Una caja que conten�a todo el conocimiento del mundo, el tiempo, el espacio y el Universo.

"Es un poco intimidante darse cuenta de que justo antes de la ca�da de su gran civilizaci�n, los antiguos griegos hab�an llegado tan cerca a nuestra era, no s�lo en su pensamiento sino tambi�n en su tecnolog�a cient�fica", dijo Derek J. de Solla Price.

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