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Transformación: China se sumerge en una nueva era de reformas




24/09/2016 - 10:54:28
China hace sonar el gong. Y del sonido, como en el mandar�n, depende el significado. Es, a la vez, despertador y desaf�o. Es oportunidad y advertencia para todos. Una nueva era de transformaci�n ha comenzado.

"El mundo va hacia una mayor polarizaci�n y globalizaci�n. Por eso, China entr� en una nueva normalidad" y se apresta a cambios profundos, dispara a modo de descripci�n y primera advertencia Guo Chunli, subdirectora de la Oficina de Estudios de Macroeconom�a del gobierno chino, que particip� de la elaboraci�n del 13er Plan Quinquenal, lanzado este a�o. No dice, pero anticipa, el impacto que esa caracterizaci�n tendr� para el resto del mundo y, sobre todo, para Am�rica latina, as� como no hace falta explicar que China apunta a ocupar la cima de uno de esos polos en los que divide el planeta.

La nueva normalidad implica, para los pr�ximos cinco a�os, una fuerte transformaci�n en la matriz productiva puertas adentro y un proyecto fronteras afuera que apunta a una incidencia mucho mayor de China en el mundo.

Ello, con una competencia a�n m�s decidida y abierta con Estados Unidos por la supremac�a mundial. Ac� el pa�s de Barack Obama es motivo de cita recurrente y no siempre de manera amable. "Am�rica latina debe ser m�s independiente en sus relaciones internacionales", dice sin eufemismos el director del Instituto de Estudios Internacionales, Son Junying. Y no hace falta preguntarle de qui�n debe ser m�s independiente, seg�n su criterio.

Los funcionarios chinos dejan en claro hacia d�nde va su pa�s desde las primeras exposiciones hechas ante los 15 miembros de la delegaci�n de la Argentina, Costa Rica, Chile y M�xico, compuesta por dirigentes pol�ticos, periodistas y responsables de think tanks y ONG de los cuatro pa�ses, invitados a un viaje de intercambio por la Asociaci�n China para el Entendimiento Internacional (Cafiu, por sus siglas en ingl�s). El objetivo de la invitaci�n es contar y mostrar la actualidad y los proyectos de China, estrechar los v�nculos, mejorar la percepci�n sobre su pa�s y saber mejor lo que se piensa de ellos. Y pasar avisos. Que se sepa. Una potencia en pleno ejercicio de su rol.

En los salones de un hotel que el Partido Comunista chino (PCCh) tiene en Pek�n destinado, principalmente, a recibir invitados extranjeros, Guo Chunli despliega detalladamente a lo largo de casi tres horas el ambicioso plan quinquenal en marcha. Desde afuera, un tr�nsito demon�aco y el ruido incesante de las construcciones se cuela por las ventanas del hotel, como para que nadie se olvide que por ac� todo va a ritmo fr�netico, al mismo tiempo que las ceremoniosas formas y el riguroso protocolo marcan cada encuentro con funcionarios, empresarios y acad�micos chinos. Como si el tiempo se desdoblara en velocidades y realidades paralelas.

Con esa perspectiva dual afrontan la prospectiva de la econom�a internacional y nacional. Para los pr�ximos cinco a�os proyectan un crecimiento promedio anual del PBI de no menos del 6,5%, por encima del promedio estimado para la econom�a mundial. Quieren y necesitan ir m�s r�pido que el resto para poder sostener su proyecto econ�mico, social y pol�tico. Se proponen hacer a�n m�s competitivas sus empresas y desafiar la ralentizaci�n del ciclo econ�mico internacional que los ha afectado. Tanto los afect� que alcanzar ese 6,5% de crecimiento sea hoy un desaf�o, despu�s de haber crecido a un promedio del 10% anual en los �ltimos 30 a�os.

Por eso, el plan quinquenal, que tiene por puntales en lo econ�mico aumentar sostenidamente el consumo dom�stico y pasar a producir bienes de alta tecnolog�a y gran productividad, para dejar de ser una f�brica de manufacturas baratas, tiene su complementaci�n en el proyecto internacional denominado "Un cintur�n, una ruta" (OBOR, por sus siglas en ingl�s). El objetivo es avanzar en el intercambio comercial, industrial, financiero y de servicios sobre 60 pa�ses de Asia, Europa, Ocean�a y parte de �frica, lo que, adem�s, no excluye y tendr� un fuerte impacto sobre Am�rica latina, como lo explicita Son Junying. Exportar m�s, m�s y m�s, y adquirir empresas alrededor del mundo es la meta. Y poner condiciones.

China demanda m�s apertura internacional y mira con recelo los tratados de libre comercio bilaterales o entre regiones. Los acuerdos de Estados Unidos con Europa y con pa�ses asi�ticos son su desvelo. Necesita m�s mercados, menos trabas para su producci�n, sus inversiones y sus desarrollos de infraestructura. "Nos oponemos al proteccionismo. A largo plazo, el proteccionismo no ayuda a la econom�a de un pa�s", dice sin inocencia Yue Yue, subdirectora del Departamento de Asuntos para Am�rica Latina del Ministerio de Asuntos Exteriores de la Rep�blica Popular China. La misma que sigue controlando el PCCh desde hace 67 a�os.

La frase debe completarse con una advertencia: si no hay libre comercio el acceso al mercado chino para productos de otros pa�ses tendr� sus barreras . "Los aranceles son una cuesti�n de soberan�a y los controles fitosanitarios, una cuesti�n de sanidad", defiende Yue Yue.

Ampliar su econom�a es clave. Es que el plan quinquenal incluye un ambicioso proyecto para 2021, cuando se cumpla el primer centenario del PCCh: terminar con la pobreza extrema, lo que implica sacar de ese estad�o al 5% de su poblaci�n, es decir unas 56 millones de personas, seg�n sus cifras. Casi una Argentina y media. Para ello se pretende crear casi 50 millones de nuevos empleos. Timbre para Mauricio Macri y su plan "Pobreza cero".

A diferencia de Am�rica latina, aqu� la pobreza extrema es un fen�meno mayoritariamente rural, por eso no es f�cil advertirla en el entorno de las grandes ciudades, aunque s� se amontonan monoblocks con necesidades a la vista y una brecha significativa con la opulencia que ostentan muchos, ajenos a viejos mandatos igualitarios.

En esa dualidad tampoco es f�cil representarse este pa�s con un shock de consumo interno, como el que se propone para sostener el crecimiento econ�mico. Shanghai ya es hoy un paisaje gal�ctico con sus torres infinitas, cubiertas de LED que les cambian de color y fisonom�a, que no dejan de elevarse por minuto, como para convencer al visitante de que es cierto que China concentra la mayor cantidad de gr�as del mundo.

Pek�n s�lo es reconocible para alguien que vuelve 16 a�os despu�s, como este cronista, porque la plaza Tiananm�n, con Mao en su mausoleo, y la Ciudad Prohibida siguen inc�lumes, aunque con la novedad de la marea de turistas del interior de China y porque para llegar hay que atravesar estrictos controles con detectores de metales incluidos. Poco se parece. En algunas zonas es m�s dif�cil tropezarse con un rickshaw (los tradicionales bicitaxis asi�ticos) que con una roj�sima Ferrari cubierta del polvo del smog que cae sin cesar, como un llamado de atenci�n de lo que les queda por hacer, de las contradicciones irresueltas.

Alta gama

Lujo y m�s lujo, como si fuera la 5� Avenida de Nueva York o la rive droit de Par�s. Todas las marcas de alt�sima gama, con precios siderales, se despliegan en los centros comerciales. Zapatos de 15.000 a 4000 d�lares o un vestido de cocktail de 15.000 d�lares abruman desde las vidrieras de un shopping que no pertenece a ninguna de las dos principales ciudades. Ocurre a casi 1000 kil�metros de Pek�n, en Changchun, capital de la provincia de Jilin, que limita con Corea del Norte, ex sede de la industria pesada y hoy en plena transformaci�n. Tanta que casi no hay manzana en la que la mitad de los edificios no hayan sido derribados para hacer nuevos o en las que las veredas no est�n siendo reconstruidas.

Cambia, todo cambia. Todo est� en permanente revisi�n, menos el sistema pol�tico, aunque se lo mencione entre los ejes del plan de innovaci�n, pero sin que se lo desarrolle. La transformaci�n que empez� en 1978, con el fin del sistema comunista de producci�n y la apertura de la econom�a, no ha cesado de modificarlo casi todo.

Tambi�n en lo social avanza la transformaci�n. Despu�s de d�cadas de la pol�tica del hijo �nico, la poblaci�n est� envejeciendo en forma preocupante, y ahora se apuesta a que las parejas tengan dos hijos. Pero no es f�cil que lo logren: las mujeres chinas urbanas empiezan a emanciparse y la maternidad deja de ser prioridad. Por supuesto, habr� incentivos, porque, repiten los funcionarios, "si el gobierno no interviene es imposible que se logren los objetivos".

El mundo rural es el otro gran desaf�o interno y el espacio de otra transformaci�n radical respecto del pa�s que imagin� el gran timonel Mao. Ah� radica no s�lo la mayor pobreza. Tambi�n la ineficacia productiva. De nuevo suena el gong para Am�rica latina, y particularmente para la Argentina. El objetivo es ampliar las unidades productivas hoy repartidas en minifundios sin futuro. En el corto plazo, una oportunidad para los argentinos: la necesidad de tecnolog�a agroindustrial es obvia. En el largo plazo, un llamado de atenci�n o una amenaza si la Argentina no modifica su dependencia de la exportaci�n de materias primas agr�colas.

Los mensajes que pasan los funcionarios son claros sobre lo que se viene en el sector, y si las palabras no alcanzan, lo refuerzan con una visita a la provincia norte�a de Jilin para ver las vastas extensiones de ma�ces de casi 2,5 metros de alto y contundentes espigas, o a un frigor�fico que es parte de una cadena de producci�n que va desde la cr�a del ganado hasta la elaboraci�n de comprimidos de calcio y prote�nas para consumo humano, pasando por la elaboraci�n de prendas de cuero.

Se entiende, entonces, por qu� advierten que Am�rica latina debe mejorar la competitividad de sus productos si quiere mejorar el saldo de la balanza comercial. "El super�vit a favor de China no es algo buscado. Se da naturalmente", dice Yue Yue, como si se tratara de un designio. Pero suaviza: "Somos una opci�n de desarrollo, porque somos complementarios. Por eso, queremos relaciones permanentes y despejar las dificultades temporales". Subraya, entonces, las multimillonarias inversiones chinas que siguen previstas para la regi�n. Y a los argentinos nos recuerda que el presidente Xi Jinping estuvo ya dos veces con Macri, desde que el presidente argentino asumi� hace s�lo diez meses.

Nada es casual. Para el final, una visita de v�rtigo a la cosmopolita y gal�ctica Shanghai, apenas dos d�as porque la ciudad est� saturada de invitados del Estado. El gong ac� suena tanto o m�s fuerte. La transformaci�n que empez� antes que en ning�n lado parece no tener l�mites y se extiende al mundo del conocimiento, tanto que varias de las m�s reconocidas universidades del mundo est�n haciendo pie ac�. Pero por si el saber no es visible, en Pudong se est� a punto de inaugurar el edificio m�s alto de China y el segundo del mundo, con 632 metros de altura y un espectacular dise�o en espiral que parece reflejar el movimiento constante hacia arriba de este pa�s, que sigue modificando el planeta.

�Cu�l es el l�mite? Una pregunta demasiado dif�cil. No le faltan desaf�os, pero los antecedentes, la decisi�n pol�tica, la planificaci�n y el volumen de su econom�a juegan a favor. La reconfiguraci�n del mundo es hoy una moneda en el aire, a�n demasiado contaminado, de este pa�s. Mientras tanto, m�s vale no deso�r los sonidos del gong.

LA NACION
http://www.lanacion.com.ar/1940896-transformacion-china-se-sumerge-en-una-nueva-era-de-reformas

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