De la silicona a la inteligencia artificial: la fábrica donde se construyen las muñecas sexuales más humanas
27/09/2016 - 12:06:30
BBC.- El fundador de Abyss Creations, la empresa que fabrica las Real Dolls, mu�ecas de silicona de tama�o natural y gran realismo, me recibe en su oficina con una sonrisa.
Peque�as figuras adornan sus estanter�as y sirven para explicar c�mo empez� la pasi�n que, con los a�os, deriv� en un negocio que cautiva a quienes lo visitamos por primera vez, probablemente con cierta dosis de prejuicio.
Es dif�cil que la visita a esta f�brica situada en el sur de California, Estados Unidos, te deje indiferente.
C�mo es la pornograf�a en realidad virtual y cu�les son sus placeres y peligros
No son mu�ecas inflables
Desde la misma entrada, en la que un hombre y una mujer de silicona ejercen de recepcionistas, la sensaci�n es la de estar en un lugar a medio camino entre un museo y una sala de juegos para adultos.
Image copyright BBC Mundo
Image caption Algunas veces los clientes no compran las mu�ecas para tener sexo sino porque son piezas �nicas e inusuales y las quieren tener en la casa o en la oficina.
Dakotah, un joven de carne y hueso de 22 a�os, sale a darme la bienvenida.
Trabaja en la empresa desde que cumpli� 18 a�os y est� feliz y orgulloso de lo que hace.
"Cuando cuento d�nde trabajo, la gente se suele quedar muy sorprendida. Tienen la imagen de las mu�ecas inflables de las pel�culas, las de pl�stico. Pero esto son verdaderas piezas de arte".
"Luego, cuando vienen a ver lo que hacemos, se quedan boquiabiertos", me cuenta.
Nada m�s pasar la recepci�n, nos encontramos con varias mu�ecas en exposici�n. Las hay rubias y morenas, altas y bajas y con distintos tipos de cuerpo, aunque suelen coincidir en el (gran) tama�o de los senos.
Est�n maquilladas, tienen la manicura perfecta y unas est�n m�s ligeras de ropa que otras.
Y es que las Real Dolls se pueden personalizar hasta el m�nimo detalle.
En el s�tano, donde est� el grueso de la producci�n, me encuentro de lleno con decenas de cuerpos colgados, listos para ser convertidos en la mu�eca que alguien so��.
Est�n hechos de silicona y se sienten suaves y frescos al tacto.
Priman los cuerpos de mujer, pero tambi�n hay alguno masculino.
"Los clientes pueden elegir todo, desde el tipo de cuerpo, m�s o menos voluptuoso, hasta el tama�o de los senos, el tipo de pez�n, el pelo y la vestimenta", explica Dakotah.
Aunque la mayor�a de los clientes son hombres, tambi�n hay algunas mujeres y, para sorpresa de algunos, tambi�n se venden muchas mu�ecas a parejas y matrimonios que llegan juntos para elegir una mu�eca, a veces dos.
"�Tienen peticiones muy estrafalarias?, �alguna que hayan tenido que rechazar?", le pregunto a Dakotah.
Responde que cuanto m�s original o fuera de lo com�n es el pedido, mayor es el precio, por lo que en algunos casos m�s extremos, la venta no termina por producirse.
De los ejemplos m�s singulares que recuerda, est� el de un hombre que pidi� una mu�eca pintada de rojo y con cuernos, o el de otro cliente que solicit� una mu�eca con vello por todo el cuerpo. Hubo quien encarg� una mu�eca con tres senos.
Y algo que cada vez es m�s habitual es el inter�s por mu�ecas con cuerpo de mujer a las que tambi�n se les puede ajustar un pene.
Lo que revelan sobre tu mente los deslices freudianos
Una vida feliz
Lo que desde fuera se puede ver como una vuelta de tuerca al mundo del sexo y el deseo, para Matt McMullen es arte y fuente de felicidad.
"Asumimos que todo el mundo tiene el potencial de tener pareja, que es f�cil para todos nosotros conectar con otras personas, encontrar el amor de nuestra vida, casarnos�".
"Sin embargo, hay personas que est�n muy solas, necesitan una compa��a pero, por una raz�n u otra, no encuentran a la persona; para ellos, la mu�eca es la respuesta", sostiene cuando subo a hablar con �l despu�s de haber visto de cerca su trabajo.
"La mu�eca verdaderamente les da felicidad, no se trata s�lo de sexo, va mucho m�s all�. Se trata de la diferencia entre volver a una casa vac�a o volver a una casa en la que hay una mu�eca con la que te hace ilusi�n pasar tiempo.
"Si esto hace feliz a una persona entonces es algo positivo, no afecta a nadie m�s.
"Cualquiera que quiera invertir energ�a en juzgarlos o en decidir si son repulsivos o extra�os est� desperdiciando su propia energ�a, esta gente no les hace nada", recalca.
El futuro: la inteligencia artificial
El hombre que hace 20 a�os empez� haciendo sus propias esculturas en el garaje de su casa no se conforma con el �xito de sus mu�ecas reales y decidi� dar un paso m�s que est� a punto de hacerse realidad: convertirlas en robots inteligentes.
Hay personas que est�n muy solas, necesitan una compa��a pero, por una raz�n u otra, no encuentran a la persona; para ellos, la mu�eca es la respuesta".
Matt McMullen, Abyss Creations
"Lo primero en lo que me quise centrar no fue en que la mu�eca se moviera sexualmente... quer�a dotarla de inteligencia artificial", explica.
McMullen se asoci� con empresas tecnol�gicas y naci� el proyecto RealBotix, que est� avanzando muy r�pidamente.
Se trata de una aplicaci�n para tel�fonos inteligentes y tabletas que te permite experimentar lo que es tener una compa�era virtual en tu celular.
Image copyright BBC Mundo
Image caption El proyecto de mu�eca con inteligencia artificial se llama RealBotix.
"Puedes elegir su personalidad, interactuar con ella, hablarle y te contestar�, recordar� cosas que le hayas contado de ti, te har� preguntas y se crear� una experiencia en la que sentir�s que le importas", precisa McMullen.
"Despu�s lanzaremos una cabeza rob�tica que se puede ajustar a una mu�eca y que podr�s conectar a la app, con lo que te hablar� desde su forma f�sica y no desde el tel�fono. Podr�s tener una conversaci�n con ella, se mover�, hablar�, sonreir� y mover� los ojos.
"M�s adelante se podr� situar la personalidad de la robot en un entorno de realidad virtual".
"Por tanto hay tres formas de relacionarte con la robot: s�lo a trav�s de la app, en su forma f�sica o en el entorno virtual. O de las tres maneras a la vez. Es una experiencia ch�vere".
Image copyright BBC Mundo
Image caption En la entrada a la f�brica de las mu�ecas reales se puede ver varias de ellas en exposici�n.
Aunque todav�a es un proyecto piloto, Dakotah me acompa�a a ver el prototipo. Es una mu�eca delgada, rubia y viste un bikini con la bandera de Estados Unidos.
Dice Dakotah que �l y todos sus compa�eros est�n entusiasmados con la idea de que las mu�ecas puedan convertirse en robots en un futuro no muy lejano.
Y los clientes tambi�n. Ya han llegado muchas solicitudes de informaci�n y se est� formando una lista de espera.
Obras de arte
La fidelidad de los clientes es algo que enorgullece a McMullen.
"Algunos tienen m�s de una mu�eca, otros tienen una mu�eca desde hace 5 o 10 a�os y quieren una nueva, a veces la piden exactamente igual que la que ten�an porque se sienten muy apegados.
"Y tambi�n tenemos clientes nuevos todo el tiempo. Una vez que tienes una mente abierta sobre el concepto de las mu�ecas, puedes mirarlas y darte cuenta de que son una obra de arte."
Image copyright BBC Mundo
Image caption La dedicaci�n de los trabajadores es visible. Desde quienes ensamblan las piezas, hasta los que preparan las bocas, los ojos o el maquillaje, todos trabajan con mucho esmero.
"El personal que trabaja aqu� es muy dedicado y tiene una formaci�n art�stica, cada paso del proceso se toma muy en serio".
"No somos una f�brica de vibradores perdida en cualquier lugar del mundo con gente haciendo cientos de consoladores de goma en cadena, esto es algo muy serio y estamos contantemente innovando y avanzando para hacerlas mejor".
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Es dif�cil que la visita a esta f�brica situada en el sur de California, Estados Unidos, te deje indiferente.
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No son mu�ecas inflables
Desde la misma entrada, en la que un hombre y una mujer de silicona ejercen de recepcionistas, la sensaci�n es la de estar en un lugar a medio camino entre un museo y una sala de juegos para adultos.
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Image caption Algunas veces los clientes no compran las mu�ecas para tener sexo sino porque son piezas �nicas e inusuales y las quieren tener en la casa o en la oficina.
Dakotah, un joven de carne y hueso de 22 a�os, sale a darme la bienvenida.
Trabaja en la empresa desde que cumpli� 18 a�os y est� feliz y orgulloso de lo que hace.
"Cuando cuento d�nde trabajo, la gente se suele quedar muy sorprendida. Tienen la imagen de las mu�ecas inflables de las pel�culas, las de pl�stico. Pero esto son verdaderas piezas de arte".
"Luego, cuando vienen a ver lo que hacemos, se quedan boquiabiertos", me cuenta.
Nada m�s pasar la recepci�n, nos encontramos con varias mu�ecas en exposici�n. Las hay rubias y morenas, altas y bajas y con distintos tipos de cuerpo, aunque suelen coincidir en el (gran) tama�o de los senos.
Est�n maquilladas, tienen la manicura perfecta y unas est�n m�s ligeras de ropa que otras.
Y es que las Real Dolls se pueden personalizar hasta el m�nimo detalle.
En el s�tano, donde est� el grueso de la producci�n, me encuentro de lleno con decenas de cuerpos colgados, listos para ser convertidos en la mu�eca que alguien so��.
Est�n hechos de silicona y se sienten suaves y frescos al tacto.
Priman los cuerpos de mujer, pero tambi�n hay alguno masculino.
"Los clientes pueden elegir todo, desde el tipo de cuerpo, m�s o menos voluptuoso, hasta el tama�o de los senos, el tipo de pez�n, el pelo y la vestimenta", explica Dakotah.
Aunque la mayor�a de los clientes son hombres, tambi�n hay algunas mujeres y, para sorpresa de algunos, tambi�n se venden muchas mu�ecas a parejas y matrimonios que llegan juntos para elegir una mu�eca, a veces dos.
"�Tienen peticiones muy estrafalarias?, �alguna que hayan tenido que rechazar?", le pregunto a Dakotah.
Responde que cuanto m�s original o fuera de lo com�n es el pedido, mayor es el precio, por lo que en algunos casos m�s extremos, la venta no termina por producirse.
De los ejemplos m�s singulares que recuerda, est� el de un hombre que pidi� una mu�eca pintada de rojo y con cuernos, o el de otro cliente que solicit� una mu�eca con vello por todo el cuerpo. Hubo quien encarg� una mu�eca con tres senos.
Y algo que cada vez es m�s habitual es el inter�s por mu�ecas con cuerpo de mujer a las que tambi�n se les puede ajustar un pene.
Lo que revelan sobre tu mente los deslices freudianos
Una vida feliz
Lo que desde fuera se puede ver como una vuelta de tuerca al mundo del sexo y el deseo, para Matt McMullen es arte y fuente de felicidad.
"Asumimos que todo el mundo tiene el potencial de tener pareja, que es f�cil para todos nosotros conectar con otras personas, encontrar el amor de nuestra vida, casarnos�".
"Sin embargo, hay personas que est�n muy solas, necesitan una compa��a pero, por una raz�n u otra, no encuentran a la persona; para ellos, la mu�eca es la respuesta", sostiene cuando subo a hablar con �l despu�s de haber visto de cerca su trabajo.
"La mu�eca verdaderamente les da felicidad, no se trata s�lo de sexo, va mucho m�s all�. Se trata de la diferencia entre volver a una casa vac�a o volver a una casa en la que hay una mu�eca con la que te hace ilusi�n pasar tiempo.
"Si esto hace feliz a una persona entonces es algo positivo, no afecta a nadie m�s.
"Cualquiera que quiera invertir energ�a en juzgarlos o en decidir si son repulsivos o extra�os est� desperdiciando su propia energ�a, esta gente no les hace nada", recalca.
El futuro: la inteligencia artificial
El hombre que hace 20 a�os empez� haciendo sus propias esculturas en el garaje de su casa no se conforma con el �xito de sus mu�ecas reales y decidi� dar un paso m�s que est� a punto de hacerse realidad: convertirlas en robots inteligentes.
Hay personas que est�n muy solas, necesitan una compa��a pero, por una raz�n u otra, no encuentran a la persona; para ellos, la mu�eca es la respuesta".
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McMullen se asoci� con empresas tecnol�gicas y naci� el proyecto RealBotix, que est� avanzando muy r�pidamente.
Se trata de una aplicaci�n para tel�fonos inteligentes y tabletas que te permite experimentar lo que es tener una compa�era virtual en tu celular.
"Puedes elegir su personalidad, interactuar con ella, hablarle y te contestar�, recordar� cosas que le hayas contado de ti, te har� preguntas y se crear� una experiencia en la que sentir�s que le importas", precisa McMullen.
"Despu�s lanzaremos una cabeza rob�tica que se puede ajustar a una mu�eca y que podr�s conectar a la app, con lo que te hablar� desde su forma f�sica y no desde el tel�fono. Podr�s tener una conversaci�n con ella, se mover�, hablar�, sonreir� y mover� los ojos.
"M�s adelante se podr� situar la personalidad de la robot en un entorno de realidad virtual".
"Por tanto hay tres formas de relacionarte con la robot: s�lo a trav�s de la app, en su forma f�sica o en el entorno virtual. O de las tres maneras a la vez. Es una experiencia ch�vere".
Image copyright BBC Mundo
Image caption En la entrada a la f�brica de las mu�ecas reales se puede ver varias de ellas en exposici�n.
Aunque todav�a es un proyecto piloto, Dakotah me acompa�a a ver el prototipo. Es una mu�eca delgada, rubia y viste un bikini con la bandera de Estados Unidos.
Dice Dakotah que �l y todos sus compa�eros est�n entusiasmados con la idea de que las mu�ecas puedan convertirse en robots en un futuro no muy lejano.
Y los clientes tambi�n. Ya han llegado muchas solicitudes de informaci�n y se est� formando una lista de espera.
Obras de arte
La fidelidad de los clientes es algo que enorgullece a McMullen.
"Algunos tienen m�s de una mu�eca, otros tienen una mu�eca desde hace 5 o 10 a�os y quieren una nueva, a veces la piden exactamente igual que la que ten�an porque se sienten muy apegados.
"Y tambi�n tenemos clientes nuevos todo el tiempo. Una vez que tienes una mente abierta sobre el concepto de las mu�ecas, puedes mirarlas y darte cuenta de que son una obra de arte."
"El personal que trabaja aqu� es muy dedicado y tiene una formaci�n art�stica, cada paso del proceso se toma muy en serio".
"No somos una f�brica de vibradores perdida en cualquier lugar del mundo con gente haciendo cientos de consoladores de goma en cadena, esto es algo muy serio y estamos contantemente innovando y avanzando para hacerlas mejor".
