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Por qué le ofrecí mi amistad al hombre que me estafó prometiéndome falso amor por internet




20/10/2016 - 11:31:12
BBC.- Cuando Mar�a Grette, una mujer sueca de 62 a�os, descubri� que el hombre dan�s de 58 a�os del que se hab�a enamorado en internet era en realidad un joven nigeriano de 24, sinti� un enorme desconsuelo.

Pero sus sentimientos pronto cambiaron.

"Lo m�s terrible no fue que me enga��, sino que hab�a perdido su inocencia", cuenta Mar�a.

La mujer dice que experiment� "una profunda necesidad de cambiar la situaci�n de la gente en Nigeria".

La relaci�n de Mar�a con su estafador (a quien damos el nombre ficticio de "Johnny") comenz� tras una divertida tarde con sus amigas, quienes quisieron crearle un perfil en un sitio para encontrar pareja en internet.

El juego de encontrar pareja en internet

Unos a�os antes, hab�a experimentado un traum�tico divorcio y sus amigas bromeaban con ella para que se animara a comenzar una nueva relaci�n.

Al principio, Mar�a, quien es pintora y profesora de arte, no se mostr� muy activa en el sitio web.

"Recib�a mensajes de personas que me ped�an que les escribiera, pero nunca les hac�a caso", explica.

Hasta que un d�a lo hizo.

Ten�a una forma de ser y una dulzura que nunca antes hab�a visto en un hombre

"No s� por qu�. Fue como un impulso repentino que no pod�a frenar".

El mensaje era de un hombre que se describi� como un ingeniero civil dan�s que hab�a crecido en Carolina del Sur, EE.UU., y que trabajaba en Inglaterra. Le dijo que era viudo y que su hijo estudiaba en la Universidad de Manchester, Reino Unido.

"Algo en sus palabras me cautiv�", explica Mar�a.
El pre�mbulo

Johnny:"Desear�a poder mirar a trav�s de tu ojos y ver lo que t� ves"

Mar�a:"Me gusta ver la verdad. Y, a menudo, la verdad es mejor y m�s bella de lo que la gente se atreve a comprender".

Johnny:"Hablas en par�bolas. Tengo muchas ganas de verte".

Mar�a:"No comprendo c�mo eres tan sensible hacia m�, si nunca me has conocido. Eso me asusta".

"Estuvimos un tiempo escribi�ndonos y un d�a me llam� desde un n�mero ingl�s".

A Mar�a, quien ha vivido en diferentes pa�ses europeos, le sorprendi� no ser capaz de reconocer su acento. Se lo mencion�, pero �l le rest� importancia.

�l le cont� sus planes de jubilaci�n; hab�a pensado irse a vivir a Suecia. Sus padres le dejaron en herencia una casa en Dinamarca, pero se la quer�a entregar a su hijo, Nick, porque �ste se hab�a encari�ado mucho con ella.

"Quer�a conocerle porque me gust�. Ten�a una forma de ser y una dulzura que nunca antes hab�a visto en un hombre. Y su inocencia me sorprendi�", cuenta Mar�a.


Luego de tres meses hablando, el hombre qued� en ir a visitarla a Suecia. Pero, antes, �l y su hijo ten�an que hacer un breve viaje a Nigeria para una entrevista de trabajo.

Johnny le llam� para decirle que estaba en el aeropuerto de Heathrow (Londres, Reino Unido). Y luego, de nuevo, para decirle que hab�a aterrizado en Nigeria. Tambi�n le dej� hablar con su hijo.

Pero en la siguiente llamada, le dijo que estaba en un hospital de Lagos, (la capital del pa�s).

El holand�s que estuvo 10 d�as en un aeropuerto de China esperando a una mujer que conoci� en internet y acab� en el hospital

Le hab�an asaltado y disparado a su hijo en la cabeza. Y ahora no ten�an ni papeles. ni dinero.

Por desgracia, su banco no ten�a ninguna sucursal en �frica, le cont�. Y el hospital le ped�a m�s de US$1.0000 para llevar a cabo el tratamiento.
La petici�n

Amor, estoy en el hospital ahora mismo usando la computadora del m�dico para enviarte este mensaje y que puedas conocer mi situaci�n. Cari�o, si Nick muere, morir� yo con �l. He estado llorando. Ojal� nunca hubiera venido aqu�. Nunca me perdonar� por haberle tra�do conmigo.


Cari�o, me alegro de saber de ti. Sigo en el hospital. El m�dico me ha dicho que tuvimos suerte de que no nos secuestraran. El banco no tiene sucursal en �frica as� que llevar� tiempo enviar el dinero y me piden 1.000 euros (m�s de US$1.000) para llevar a cabo el tratamiento.

Nick es todo lo que tengo y nunca me lo perdonar�a si algo malo le sucediera. Estoy confundido y no s� a qui�n recurrir en este momento.

"Nunca me olvidar� de c�mo corr� hacia la oficina de Western Union, temblando, mientras hac�a la transferencia", dice Mar�a.

"S�lo pod�a pensar en sacar a esas dos personas en Nigeria fuera de peligro".

Pero las complicaciones m�dicas requer�an m�s dinero y los m�dicos exig�an cuotas por adelantado.

Varios miles de euros m�s tarde, en lo que ella describe como"recobrar su sentido com�n", Mar�a se dio cuenta de que algo andaba mal.

Tras tres semanas de silencio, la llam� y le confes� que no era quien ella cre�a.

"Le dije que ya lo sab�a y le ped� que me revelara su verdadera identidad. Y lo hizo".

Era un hombre nigeriano de 24 a�os: un "estafador 419" (as� es como se conoce a este tipo de timos, muy populares en el pa�s).

Dijo que hab�a terminado la universidad hac�a dos a�os, pero no ten�a trabajo. Y, m�s adelante, se describi� como un "diablo" que hab�a hecho da�o a una "mujer maravillosa".

"Dijo que nunca antes hab�a conocido a alguien como yo y que hab�a luchado contra sus sentimientos durante mucho tiempo", explica Mar�a.

"Me cont� que otros estafadores le hab�an advertido que no se enamorara de su "clienta", pero les hab�a ignorado porque confiaba en m� y no quer�a perder contacto conmigo".
La confesi�n

A partir de ese momento, su comunicaci�n con �l dio un giro. Ya no hubo m�s peticiones de dinero.

"Comenc� a sentirme atra�da hacia la persona que se estaba descubriendo ante m�. Segu�a siendo �l, pero con un nombre, edad y circunstancias diferentes", dice Mar�a.

Cuando le vi por primera vez en el aeropuerto, las l�grimas cayeron sobre su rostro y supe que le conoc�a de verdad

Johnny le envi� una fotograf�a de s� mismo, pero Mar�a no se sinti� satisfecha con eso. Quer�a conocerle en persona.

Y como no pudo conseguirle un visado para que viajara a Suecia, viaj� hasta Nigeria, en octubre de 2009.

"Cuando le vi por primera vez en el aeropuerto de Abuja, las l�grimas cayeron sobre su rostro y supe que le conoc�a de verdad".

Mar�a describe sus dos semanas en Nigeria como una bendici�n, y un tiempo durante el cual ella y Johnny transformaron sus sentimientos rom�nticos en una bonita amistad.

Conoci� a sus amigos, muchos de los cuales eran tambi�n estafadores. Y comenz� a reflexionar sobre c�mo pod�a cambiar la situaci�n del pa�s.

Durante los �ltimos seis a�os, Mar�a, quien ahora tiene 69, ha estado trabajando en ayudar a artistas africanos, gestionando sus visitas a Europa para exposiciones, conferencias, talleres y concursos.

Les ayuda a buscar becas internacionales y otras formas para financiar su trabajo. Tambi�n ha visitado Uganda para hablar sobre arte. Y a finales de este a�o volver� a Nigeria.

"Johnny me dio m�s de lo que me rob�, Sin �l, nunca habr�a conocido �frica".
Image copyright Maria Grette
Image caption Mar�a tambi�n viaj� a Uganda para conocer a artistas africanos.

Gracias a ella, Johnny dej� Nigeria para estudiar en Estados Unidos. Y, aunque no volvieron a verse, ella continu� ayud�ndole econ�micamente hasta que �l complet� sus estudios y encontr� trabajo en la industria petrolera estadounidense.

Siguen estando en contacto y el a�o pasado �l le compr� una de sus pinturas.

"Es muy amoroso conmigo. Me ha pedido muchas veces que le perdone, pero yo le digo que lo m�s importante es que primero se perdone a s� mismo".

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