5 preguntas para saber si el cerebro humano es en realidad tan especial
23/11/2016 - 13:50:53
ACTUALIDAD.- El argumento que queremos explicar puede ilustrarse con un ejemplo en una latitud remota: la fila de unos visitantes muy especiales a una galer�a de Brisbane, en Australia.
La fila no la integraban asiduos a los museos. De hecho, y aunque sin duda ser�a dif�cil comprobarlo, ninguno hab�a visto una pintura en toda su vida.
Sin embargo, con tan solo un poco de entrenamiento lograron desarrollar un genuino gusto por el arte. A su paso por las distintas salas, mostraban una clara preferencia por las construcciones cristalinas de Picasso o las im�genes on�ricas de Monet.
Los misteriosos "nuevos" vasos sangu�neos de nuestro cerebro
El incre�ble hallazgo de 97 zonas que no se conoc�an del cerebro
El evento que les describo gener� un gran alboroto entre la comunidad cient�fica. Y es que, aunque mostraron un enorme talento, sus cerebros eran m�s peque�os que la cabeza de un alfiler.
Me refiero al experimento con abejas entrenadas para encontrar sirope detr�s de los cuadros de algunos artistas.
Lo m�s interesante de ellas es que, m�s all� de ser unas inesperadas cr�ticas de arte, tambi�n son capaces de contar hasta cuatro, leer se�ales complejas, aprender a partir de la observaci�n e incluso hablar entre ellas utilizando un c�digo secreto (el famoso "baile del bamboleo").
�Son m�s inteligentes que los seres humanos?
Las abejas pueden evaluar las distancias entre diferentes flores y planear complejas rutas para recoger el mayor volumen de n�ctar, con el menor esfuerzo.
Cuando se encuentran en la colmena tienen responsabilidades espec�ficas, que van desde labores de limpieza hasta hacer las veces de sistema de aire acondicionado, soltando gotas de agua sobre los panales cuando el clima se torna muy caliente.
Y a pesar de que los humanos cuentan con un n�mero de neuronas 100.000 veces mayor al de las abejas, los rudimentos de muchos de los comportamientos a los que damos m�s importancia pueden apreciarse tambi�n en el contexto de la compleja vida de la colmena.
�As� que cu�l es la diferencia entre nuestra materia gris y la de estos insectos y otros animales?
�Son los cerebros grandes un desperdicio de espacio?
Empecemos por decir que cerca de una quinta parte de lo que comes es utilizado como energ�a en la comunicaci�n de los 100.000 millones de c�lulas grises de tu cerebro.
Si con esa enorme masa no tenemos una ventaja frente a otros animales diminutos, entonces podr�amos concluir que s� se trata de un gran desperdicio.
Por ejemplo, si las abejas tienen que monitorear una zona para encontrar flores, van revisando objeto por objeto, mientras que los animales m�s grandes tienen cerebros con mayor capacidad para procesar informaci�n sobre todos los objetos en forma simult�nea. Es decir, somos multi-tasking.
Los cerebros grandes tambi�n poseen una mayor capacidad para recordar: las abejas solo pueden retener pocas asociaciones de informaci�n en el momento, antes de que comiencen a confundirse.
Muy bien, podemos recordar muchas cosas. �Qu� m�s?
Charles Darwin describi� estas distinciones como "diferencias de grado, no de especie".
Tomando en cuenta la historia de la civilizaci�n humana y todo lo que ha logrado, tiene que ser cierto que los seres humanos tenemos una habilidades especiales que no poseen los dem�s animales. �Correcto?
La cultura, la tecnolog�a, el altruismo y muchos otros rasgos han sido considerados como se�ales claras de la grandeza del hombre. No obstante, mientras m�s eval�as estas demostraciones de ingenio, se hace m�s evidente que la diferencia con otros animales no est�n grande.
Tomemos el caso de los macacos. Desde hace mucho se sabe que pueden utilizar piedras para romper nueces. Por su parte, los cuervos de Nueva Caledonia son capaces de convertir una rama rota en un gancho para agarrar comida.
Lo mismo ocurre con invertebrados. Los pulpos van recogiendo c�scaras de coco, y arrastr�ndolas por el suelo marino para utilizarlas posteriormente como refugio.
No olvidemos al mono de Zambia, que ha sido visto utilizando un atractivo mech�n de grama sobre su oreja, porque al parecer lo hace ver bien. Para muchos investigadores, este comportamiento puede interpretarse como una forma de expresi�n cultural.
Y as� como el uso de un adorno revela un sentido de la moda, tambi�n hay ejemplos que revelan una empat�a por otro animal, que sugiere una riqueza emocional.
Eso explicar�a por qu� una ballena jorobada fue recientemente vista cuando salvaba a una foca del ataque mortal de una orca. Con esto quedar�a demostrado que no somos los �nicos animales con una actitud caritativa.
�Qu� me dices de la conciencia?
Quiz�s la diferencia entre ellos y nosotros radique en el "sentido del ser", es decir, en la habilidad que tiene una criatura para reconocerse como un individuo.
De todas las distintas cualidades que nos pueden hacer �nicos, el nivel de conciencia es el m�s dif�cil de medir con certeza.
Una prueba muy com�n es hacer una mancha con pintura sobre un animal, y colocarlo frente a un espejo. Si nota la mancha y trata de quit�rsela, podemos asumir que se reconoce y ha desarrollado un cierto concepto sobre s� mismo.
Los humanos no desarrollan esa capacidad hasta que alcanzan los 18 meses de nacidos, pero la misma habilidad se ha observado en monos, orangutanes, gorilas, urracas, delfines y orcas.
Entonces, �no somos especiales?
Puede que haya un par de habilidades mentales que sean nuestras exclusivamente, las cuales pueden ser comprendidas m�s f�cilmente si nos imaginamos la conversaci�n de una familia durante una cena.
La primera de ella es que podemos hablar. No importa lo que haya pasado en tu d�a, cuando regresas a casa encuentras palabras para describir y contar todas tus vivencias a tu gente.
Ninguna otra criatura se puede comunicar con tanta libertad. Cuando las abejas se bambolean pueden informar sobre la localizaci�n de una flor o prevenir de un peligro, pero no pueden expresar todo lo que est�n viviendo. Se limitan a comunicar pocos hechos que tienen consecuencias inmediatas.
En contraste, el habla humana es infinita. Utilizando palabras a trav�s de un sinf�n de combinaciones, podemos expresar nuestros pensamientos m�s profundos o explicar las leyes de la f�sica.
Y si no existe la palabra, la inventamos.
M�s interesante es el hecho que esas conversaciones no solo se refieren al presente, sino que evocan el pasado o abordan el futuro, lo cual no lleva a un segundo rasgo que nos define: la capacidad de revivir eventos del pasado, recre�ndolos con detalles multisensoriales.
Esa es la diferencia entre saber que Par�s es la capital de Francia, y ser capaz de recordar los lugares y sonidos de tu primer viaje al Museo del Louvre.
Esa habilidad para pensar en el pasado nos permite pensar en el futuro, dado que utilizamos experiencias previas para predecir escenarios que vendr�n m�s adelante.
Ning�n otro animal parece tener esa capacidad para elaborar recuerdos personales, y combinarlo con todo un plan de acciones por realizar.
Incluso las abejas, con su compleja organizaci�n dentro de la colmena, solo parecen responder a situaciones b�sicas que tienen en el presente.
Sus pensamientos no van m�s all� de la siguiente flor que deben visitar o del invasor del cual se deben defender. No van a rememorar su vida cuando eran una larva.
Con el lenguaje y nuestra capacidad mental para "viajar en el tiempo", podemos compartir experiencias y esperanzas con otras personas, construyendo redes que definen un conocimiento, el cual crece de generaci�n en generaci�n.
La ciencia, arquitectura, tecnolog�a, escritura, en fin, nada ser�a posible sin esto.
