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El drama de los agricultores que conviven con la plaga




27/02/2017 - 06:43:21
PAGINA SIETE.- Sus diminutos ojos s�lo tienen tres d�as de haber visto la luz natural, y aunque son incapaces de volar hasta que se conviertan en adultas, ya devoraron la mayor parte de los cultivos de ma�z, sorgo, yuca y pasto del ganado. Las hojas de ma�z, son testigos mudos de la ferocidad de la plaga, que se instal� y migr� por todo el municipio de Cabezas, en el departamento de Santa Cruz. No hay un solo agricultor o ganadero que no lamente sus p�rdidas. La presencia indeseable de las ninfas (langostas en etapa de inmadurez) podr�a multiplicarse si no se acelera la estrategia para exterminarlas a tiempo.

Eduardo Bello Ahosima, de 27 a�os, es uno de los ganaderos y agricultores m�s j�venes. Seg�n dijo, a �l no le alcanzar�a la edad para explicar la impresi�n que le dej� la plaga que acab� en 48 horas con 10 hect�reas de pasto que tanto protegi�. Sus jornadas comienzan a las cinco de la madrugada; "trabajo no falta�, dice mientras camina rumbo a sus potreros. No quisiera m�s sorpresas, expresa, y acelera el paso porque la plaga invasora sobrevuela a su alrededor. "Todo est� perdido, las langostas se comieron el forraje del pasto, alimento principal del ganado, y lo peor es que reci�n me estaba recuperando de la sequ�a�, lamenta. Ahora est� enfrentando a la plaga, pero pronto (tal vez en junio) vendr� la helada, remarc� preocupado por sus p�rdidas.

El emprendimiento de este peque�o ganadero est� perdido; coloca las manos en su cabeza y visiblemente consternado pide ayuda a las autoridades. A su propiedad Campo Bello, poblaci�n de Abap�, no lleg� ninguna colaboraci�n.

Escucha, dijo, el ruido de una avioneta pero el sobrevuelo no fue hasta sus predios. "Lo �nico que descubr� es que las langostas no toleran el ruido, desde entonces me encargo con mis vaqueros de generarles el mayor ruido posible, utilizando petardos para espantarlas, pero es espor�dico�, se�ala y no quiere imaginar la cantidad de langostas inquilinas e invasoras que habitan en su propiedad y los huevos que habr�n depositado las langostas adultas.

La nueva reproducci�n de los �ltimos d�as trajo consigo diminutas langostas de menos de dos cent�metros, que est�n lapidando y perforando todos los cultivos.

Luis Monta�o es otro ganadero y peque�o agricultor. A sus 59 a�os y al borde de llegar a la tercera edad, habla fuerte, no pierde el humor, a�n cuando su rostro refleja su tristeza porque est� viviendo el inicio de una tragedia econ�mica. Y es que el pasto, alimento de su ganado, desapareci� en la boca de las langostas. "Mire c�mo comen�, apunta mientras la plaga avanza sin piedad. El insecto abre su aparato bucal para masticar con sus filosos dientes, utilizando sus antenas y ojos para explorar el terreno.

Monta�o no termina de salir del asombro cuando similar a un enjambre de abejas las ninfas con aspecto de insectos adultos en miniatura aparecen, una m�s devoradora que otra.

En la estancia de los Monta�o hay una cercan�a entre todos los nuevos afectados; su silencio y expresi�n denotan solidaridad entre ellos. Es casi mediod�a, bajo una temperatura de 34 grados, don Luis narra que est� desanimado. "He visto en la televisi�n que el Gobierno destin� m�s de cinco millones de bolivianos para combatir a la plaga, yo soy un afectado y nadie me est� ayudando. No dudo de la preocupaci�n del presidente Evo Morales que estuvo con t�cnicos extranjeros y toda una comitiva, pero esa ayuda debe llegar donde corresponde�, puntualiz�.
�Si lograra hablar con el Presidente, que le manifestar�a?

"Que se fiscalice el desembolso para combatir la plaga, s�lo el verdadero afectado es el que siente�, se�al�.

Do�a Marcelina de Monta�o, una de las m�s longevas en el municipio de Cabezas, derram� l�grimas cuando lleg� la plaga y se visibiliz� el problema a fines del pasado mes de enero. Le cuesta mucho aceptar que la tierra generosa y f�rtil que vio nacer los mejores cultivos que alimentaron a cuatro de sus generaciones, ahora sea testigo del nacimiento de plagas, las langostas que dejan sus huevos escondidos a 10 cent�metros de la tierra.

Se reproducen cada dos semanas y cada langosta hembra aporta con 100 a 120 huevos, protegi�ndolos con una espuma especial de color blanco, casi como el algod�n. Su tama�o es similar a un arroz. Convivir con estas langostas ha permitido a la poblaci�n interiorizarse cada d�a de las caracter�sticas de esta plaga depredadora y ayudar en el combate, que se est� desarrollando por cielo y tierra.

Si bien la poblaci�n est� consciente de que no ser� f�cil, el resultado puede cambiar seg�n el ganadero y agricultor, si se atiende la emergencia en su justa dimensi�n, afirman.

El Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad (Senasag) coordina las acciones, las cuales se han desarrollado en las poblaciones de Mora, Yatirenda, Ca�uelas, San Vicente y otras �reas, en el municipio de Cabezas, que tiene una poblaci�n aproximada de 30.000 habitantes.
Por ahora, Monta�o ve lejos la fumigaci�n a�rea, pero destaca el trabajo de los soldados del Regimiento de Infanter�a 7 Marzana, porque est�n trabajando en jornadas extenuantes, removiendo la tierra tomada por la plaga de insectos depredadores donde est�n los huevos que dar�n vida a nuevas langostas.

Esta plaga en menos de dos meses del a�o ha destruido y dejado en una fragilidad e incertidumbre la econom�a de miles de familias, donde la agricultura y ganader�a, era su �nico sustento. Esperemos, dicen los pobladores aferrados a su fe "que esta plaga no termine en una cat�strofe alimentaria�. Las plagas de langostas siempre han sido temidas y respetadas a lo largo de la historia, causan estragos en varios pa�ses y Bolivia no es la excepci�n.

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