Martes 23 de abril 2024 Contacto

¿Qué tenía el trabajo universitario que provocó una alerta de seguridad porque equivalía a exportar armas nucleares




20/03/2017 - 08:08:35
BBC.- Era una escena poco com�n: usualmente, los estudiantes mismos se ba�aban en la gloria tras sus esfuerzos. Y eso era lo que hab�an querido hacer, hasta hac�a un par de d�as. Pero sus familias los convencieron de que no val�a la pena arriesgarse.

Unas semanas antes, estos investigadores de la Universidad de Stanford hab�an recibido una carta perturbadora de una oscura agencia del gobierno de Estados Unidos (m�s sobre esto adelante).

Dec�a que si hablaban de las conclusiones de su investigaci�n en p�blico, lo considerar�an como el equivalente legal a exportar armas nucleares a un gobierno extranjero hostil.

El abogado de Stanford hab�a dicho que pod�a defender cualquier caso de ese tipo, citando la protecci�n a la libertad de expresi�n consagrada en la Primera Enmienda de la Constituci�n.

Pero la universidad s�lo pod�a pagar los costos de la batalla legal de profesores, por eso las familias de los estudiantes los persuadieron de que se quedaran callados.

�Por qu� los esp�as estadounidenses consideraban que la informaci�n que ten�an era tan peligrosa?

�Iban a leer en voz alta el c�digo gen�tico de la viruela o a revelar una escandalosa conspiraci�n que involucraba al presidente?

No: lo que planeaban era presentar en el Simposio Internacional de Teor�a de la Informaci�n una actualizaci�n sobre su trabajo en criptograf�a asim�trica.
Gran inc�gnita

El a�o era 1977. Si la agencia gubernamental hubiera logrado silenciar a los cript�grafos acad�micos, podr�an haber evitado que tuvi�ramos la web como la conocemos.

Para ser justos, eso no era lo que estaban tratando de hacer. Faltaban varios a�os para que Tim Berners-Lee inventara la World Wide Web.

Lo que pasaba era que el director de la agencia, el almirante Bobby Ray Inman, estaba genuinamente desconcertado respecto a la motivaci�n de los acad�micos.

En su experiencia, la criptograf�a -el estudio del env�o de mensajes secretos- s�lo ten�a un uso pr�ctico para esp�as y delincuentes.

Tres d�cadas atr�s, otros acad�micos brillantes hab�an ayudado a ganar la guerra descifrando el c�digo Enigma, permiti�ndole a los Aliados a leer comunicaciones secretas de los nazis.

Ahora, los investigadores de Stanford estaban diseminando informaci�n que podr�a ayudar a sus adversarios en guerras futuras a codificar sus mensajes de maneras que EE.UU. no podr�a descifrar.

Para Inman, eso era perverso.

Itkhn Bdrzq (Julio C�sar)

Su preocupaci�n era razonable.

A lo largo de la historia, el desarrollo de la criptograf�a efectivamente hab�a sido impulsada por el conflicto.

Hace 2000 a�os. Julio Cesar enviaba mensajes codificados a lejanos puestos avanzados del Imperio romano, habiendo acordado con anterioridad con quienes los iban a recibir que deb�an cambiar el alfabeto seg�n un n�mero predeterminado.

Por ejemplo, Jowbebm Knmcqdr significaba Invadan Londres, si sustituyes todas las letras con las que est�n antes de ellas en el alfabeto.

Por supuesto, los c�digos se han vuelto m�s sofisticados: la criptograf�a de hoy en d�a es t�picamente num�rica.

Primero conviertes las letras en n�meros y luego les aplicas algo de matem�tica complicada. Pero todav�a el receptor necesita saber c�mo desenredar los n�meros que le enviaste aplicando la misma matem�tica en reversa.

Eso es lo que se conoce como codificaci�n sim�trica: es como ponerle un candado a la informaci�n habi�ndole dado la llave a quien la va a recibir.

Los investigadores de Stanford estaban interesados en saber si la codificaci�n pod�a ser asim�trica.

�Habr�a una forma de enviarle un mensaje codificado a alguien a quien nunca hubieras conocido sabiendo que esa persona -s�lo ella- podr�a descifrarlo?

Suena imposible y, antes de 1976 la mayor�a de los expertos dec�an que lo era, hasta la publicaci�n de un trabajo pionero de Whitfield Diffie y Martin Hellman.

Fue Hellman quien, un a�o despu�s, desafi� la amenaza de la agencia estadounidense presentando el trabajo de sus alumnos.

Ese mismo a�o, tres investigadores de MIT -Ron Rivest, Adi Shamir y Leonard Adleman- tornaron la teor�a de Diffie-Hellman en una t�cnica pr�ctica.

Se llama criptograf�a RSA, por las siglas de sus apellidos.


Lo que esos acad�micos notaron fue que algunas operaciones matem�ticas son m�s f�ciles de realizar en una direcci�n que en la otra.

Si tomas un n�mero primo muy largo -de los que no son divisibles por ninguno que no sea 1 o �l mismo-, y luego tomas otro y los multiplicas, es sencillo.

El resultado es un n�mero semiprimo o biprimo muy largo, o sea, un n�mero que s�lo es divisible por dos n�meros primos.

Ahora, reta a alguien a que, partiendo de ese n�mero semiprimo, descubra cu�les n�meros primos fueron multiplicados para producirlo.

Resulta que eso es excepcionalmente dif�cil.

La criptograf�a asim�trica funciona aprovechando esa dificultad.
C�mo

Lo que sucede es que un individuo publica su n�mero semiprimo -su llave p�blica- y todo el mundo la puede ver.

El algoritmo RSA le permite a otros codificar mensajes con ese n�mero, de tal manera que puedan ser decodificados solamente por alguien que sepa cu�les fueron los dos n�meros primos que lo produjeron.

Es como si pudieras distribuir candados abiertos para que todos los que quieran enviarte un mensaje los use, candados que s�lo t� puedes abrir.

Los otros no necesitan tener tu llave privada para proteger el mensaje y mand�rtelo; s�lo tienen que ponerle uno de tus candados.

No es que sea imposible, pero s� poco probable

En teor�a es posible que otra persona fuerce tu candado encontrando la combinaci�n correcta de n�meros primos, pero para ello se necesitan cantidades inviables de potencia de c�lculo.

En la primera d�cada de este siglo, los Laboratorios RSA publicaron algunos semiprimos y ofrecieron premios a quienes lograran determinar cu�les primos los hab�an producido.

Alguien se gan� un premio de US$20.000, pero s�lo despu�s de poner 80 computadoras a trabajar sin cesar durante 5 meses en uno de los n�meros.

Como dec�a, no sorprende que al almirante Inman le inquietara que estos conocimientos llegaran a manos de los enemigos de EE.UU.

Pero el profesor Hellman hab�a entendido algo que el jefe de los esp�as no comprend�a a�n: el mundo estaba cambiando. La comunicaci�n electr�nica iba a ser m�s importante y muchas de las transacciones del sector privado ser�an imposibles si los ciudadanos no pod�an comunicarse en un sistema seguro.

Hellman ten�a raz�n, y t� lo demuestras cada vez que env�as un email confidencial en el trabajo, compras algo online o visitas cualquier sitio web cuya direcci�n empiece con "https".

Sin la criptograf�a asim�trica, cualquiera podr�a leer tus mensajes, ver tus contrase�a y copiar los detalles de tu tarjeta de cr�dito.

La criptograf�a asim�trica tambi�n le permite a los sitios web probar su autenticidad: sin eso, habr�a muchos m�s fraudes de phishing o suplantaci�n de identidad.

Sin ella, internet ser�a muy diferente y mucho menos �til econ�micamente.
El almirante tambi�n ten�a raz�n

Al almirante Inman hay que reconocerle que pronto se dio cuenta que el profesor ten�a raz�n y no cumpli� con su amenaza de llevarlo ante la justicia. De hecho, se volvieron amigos.

Y es que, de cierta forma, el almirante tambi�n ten�a raz�n: la criptograf�a asim�trica iba a complicar su trabajo.

La codificaci�n es tan �til para los traficantes de drogas, los porn�grafos de menores y los violentos que para el resto del mundo.

Desde la perspectiva de un gobierno, quiz�s la situaci�n ideal ser�a que la criptograf�a fuera dif�cil de decodificar para amigos y enemigos pero que sus agentes pudieran vigilar todo lo que est� pasando.

La agencia que Inman dirig�a se llamaba la Agencia de Seguridad Nacional, o NSA.

En 2013, Edward Snowden revel� documentos secretos que mostraban c�mo la NSA estaba dedicada a hacer precisamente eso.
Mientras debaten...

El debate sobre lo que hizo Snowden sigue vivo: si no podemos hacer que la codificaci�n s�lo proteja a "los buenos", �que poder debe tener el Estado para espiar y con cu�les salvaguardias?

Entre tanto, otro avance tecnol�gico amenaza con hacer que la criptograf�a asim�trica se vuelva in�til.

Se trata de la computaci�n cu�ntica, que explota las maneras extra�as en las que se comporta la materia a nivel cu�ntico y potencialmente permitir� que las computadoras hagan c�lculos de un orden de magnitud mucho m�s alto que las que conocemos.

Uno de esos c�lculos es tomar un semiprimo enorme y encontrar cu�les fueron los dos n�meros primos que multiplicaron para producirlo.

Estimados lectores: recuerden que estas noticias las pueden encontrar en nuestro Canal de Whastapp al momento de su publicación.

Sigue el canal de Hoybolivia.com en WhatsApp:
whatsapp.com/channel/0029Va8B7PQ3GJOyC41B2Q1a

Noticias Recientes de Especiales

Copyright © Hoybolivia.com Reservados. 2000- 2024