¿Sabes qué es la economía de las superestrellas y cómo el gramófono marcó el tono?
10/04/2017 - 09:52:14
BBC.- �Qui�n es el cantante mejor pagado del mundo?
En 2015, seg�n Forbes, era probablemente Elton John, cuyas ganancias fueron US$100 millones. U2 gan� el doble, pero ellos son cuatro.
Si hubi�ramos hecho esa pregunta hace 215 a�os, la respuesta habr�a sido: la se�ora Bullington.
Elizabeth Billington era, seg�n los conocedores de la �poca, la m�s grande soprano inglesa de la historia.
Sir Joshua Reynolds, el primer presidente de la Real Academia de Arte, la pint� escuchando un coro de �ngeles cantar.
Para el compositor Joseph Haydn el retrato era injusto: los �ngeles, dijo el m�sico, deb�an estar escuchando a Mrs. Billington cantar.
Elizabeth Billington tambi�n era una sensaci�n fuera del escenario.
Todas las copias de una burda biograf�a sobre ella se vendieron en un s�lo d�a. El libro conten�a lo que supuestamente eran copias de cartas �ntimas de sus famosos amantes, entre ellos -aseguraban- el pr�ncipe de Gales.
En un homenaje m�s digno de su fama, cuando se recuper� de una enfermedad que la tuvo en cama durante seis semanas durante su tour de Italia, la Opera de Venecia estuvo iluminada en su honor durante tres d�as.
Tal era la fama de Elizabeth Billington -algunos usar�an m�s bien la palabra notoriedad- que sus presentaciones disparaban guerras de pujas.
Los administradores de los que en ese entonces eran los dos principales teatros de opera de Londres, Covent Garden y Drury Lane, batallaban tan desesperadamente para que apareciera en sus escenarios que ella terminaba cantando en las dos sedes, alternando y ganando sumas de dinero que, hasta trat�ndose de ella, eran excepcionales.
En la temporada de 1801 le pagaron al menos US$13.000, una cantidad asombrosa para la �poca.
Sin embargo, traducido a la actualidad, es apenas un mill�n de d�lares; 1% de las ganancias de Elton John.
�C�mo se explica la diferencia? �Por qu� Elton John vale 100 veces m�s que Elizabeth Billington?
Los l�mites de la voz
Casi 60 a�os despu�s de la muerte de Elizabeth Billington, el gran economista Alfred Marshal analiz� el impacto del tel�grafo el�ctrico.
En ese entonces conectaba a Estados Unidos, Reino Unido, India y hasta Australia.
Gracias a esas comunicaciones modernas, escribi�, "hombres que antes alcanzaban posiciones destacadas pueden usar su genio constructivo o especulativo en empresas m�s vastas y extenderse por �reas m�s amplias que nunca antes".
Los industrialistas m�s grandes del mundo se estaban enriqueciendo m�s y m�s r�pido.
La brecha entre ellos y los empresarios menos notables estaba creciendo.
Pero no todos los mejores y los m�s brillantes de todas las profesiones se pod�an beneficiar de la misma manera, apunt� Marshall.
Para contrastar escogi� las artes esc�nicas. El "n�mero de personas a las que puede alcanzar una voz humana", observ�, "es estrictamente limitado", y por ende, tambi�n lo era la capacidad de aumentar los ingresos de los vocalistas.
Del c�digo Morse a los surcos
Dos a�os despu�s de que Alfred Marshall escribiera esas palabras, el d�a de Navidad de 1877, Thomas Edison solicit� una patente para el fon�grafo, la primera m�quina capaz de grabar y reproducir el sonido de la voz humana.
Nadie parec�a entender bien qu� hacer con el nuevo aparato.
Un editor franc�s llamado �douard-L�on Scott de Martinville ya hab�a inventado algo llamado fonoaut�grafo, un artilugio para proveer un registro visual del sonido de la voz humana, parecido a los sismogramas que registran los terremotos. Pero no se le hab�a ocurrido tratar de convertir la grabaci�n en sonido.
Poco despu�s, la funci�n de esa nueva tecnolog�a se hizo evidente: pod�as grabar a los mejores cantantes del mundo y vender las grabaciones.
Del barril al disco
Al principio, hacer una grabaci�n era un poco como hacer copias a carb�n en una m�quina de escribir: una canci�n s�lo pod�a capturarse en tres o cuatro fon�grafos al tiempo.
En la d�cada de 1890, hab�a una gran demanda por una de las canciones del cantante afroamericano George W. Johnson; para satisfacerla, Johnson pas� d�a tras d�a cantando la misma canci�n hasta que su voz ya no aguantaba... entonarla 50 veces al d�a s�lo produc�a 200 grabaciones.
Cuando Emile Berliner introdujo grabaciones en un disco, en vez del barril que hab�a ideado Edison, abri� el camino a la producci�n en masa.
Despu�s lleg� el radio y el cine.
Artistas como Charlie Chaplin pod�an llegar a todas las esquinas del mundo con tanta facilidad como los industriales de los que Alfred Marshall hab�a hablado.
Para los Charlie Chaplins y Elton Johns del mundo, las nuevas tecnolog�as implicaron la multiplicaci�n de su fama y dinero.
No obstante, para cantantes a sueldo, fue un desastre. En la �poca de Elizabeth Billington, muchos cantantes medio buenos pod�an vivir con lo que ganaban present�ndose en auditorios, despu�s de todo, Mrs Billington no pod�a estar en todas partes.
Pero cuando tienes la posibilidad de escuchar a los mejores cantantes del mundo en tu casa, �por qu� pagar por o�r a alguien no tan bueno en persona?
"El ganador se queda con todo"
El fon�grafo de Edison marc� el camino de la industria art�stica hacia esa din�mica que responde a la m�xima "el ganador se queda con todo".
Los mejores actos pasaron de ganar lo que Mrs. Billington a ganar como Elton John, mientras que los un-poco-menos-buenos pasaron de ganar lo suficiente para tener una vida c�moda a no poder pagar las cuentas del mes.
Peque�as brechas en calidad se convirtieron en vastas brechas en ganancias.
En 1981, el economista Sherwin Rosen llam� a este fen�meno "la econom�a de superestrellas".
Imag�nate -dijo- la fortuna que habr�a amasado Mrs. Billington si hubieran existido fon�grafos en 1801.
Las innovaciones tecnol�gicas han creado la econom�a de superestrellas en otros sectores tambi�n.
La televisi�n satelital, por ejemplo, ha sido para los futbolistas lo que el gram�fono fue para los m�sicos o el tel�grafo en el siglo XIX para los industriales.
Si eras el mejor futbolista del mundo hace unas d�cadas, s�lo un estadio lleno de fans habr�a podido verte jugar cada semana. Hoy, cientos de millones de personas en todos los continentes observan cada uno de tus movimientos.
A medida que se fue expandiendo el mercado del f�tbol, se ha profundizado la diferencia entre los sueldos de los mejores con los muy buenos.
En los 80, los futbolistas de los equipos ingleses de la m�xima divisi�n ganaban el doble que los de la tercera categor�a. Ahora el promedio de los sueldos de la Premier League es 25 veces m�s que el de los jugadores dos divisiones m�s abajo.
S�bitamente
Los avances tecnol�gicos pueden cambiar dram�ticamente qui�n recibe qu�.
Y, a veces, son desgarradores pues pueden ser muy s�bitos: las personas afectadas tienen las mismas habilidades que antes pero de repente no pueden ganar lo mismo.
A lo largo del siglo XX, innovaciones como el casete, el CD, el DVD mantuvieron el modelo econ�mico creado por el gram�fono.
Pero al final del siglo lleg� el formato MP3 y las conexiones r�pidas en internet.
De repente, ya no necesitabas gastar varios d�lares para comprarte un disco de pl�stico con el que pod�as deleitarte con tu m�sica favorita... la pod�as encontrar online, gratis.
En 2002 David Bowie le advirti� a sus colegas que se estaban enfrentando a un futuro muy distinto.
La m�sica ser� como el agua corriente o la electricidad. Prep�rense para hacer muchas giras pues ser� la �nica opci�n"
David Bowie, cantante, compositor y actor (1947 - 2016)
Bowie acert�.
Los artistas dejaron de usar los conciertos para vender �lbumes y pasaron a usar los �lbumes para vender tiquetes para los conciertos.
Pero no hemos retornado a los d�as de Mrs. Billington: la amplificaci�n, los estadios, las giras globales y las promociones hacen que los m�sicos m�s admirados todav�a se lucren de sus vastas audiencias.
La desigualdad sigue sana y salva: el 1% de los artistas en el zenit ganan m�s de 5 veces m�s por sus conciertos que el 95% de todos los que est�n en el nadir juntos.
El gram�fono puede ser una tecnolog�a anticuada, pero la habilidad de la tecnolog�a para cambiar el panorama de ganadores y perdedores no ha perdido su modernidad.
Este art�culo es una adaptaci�n de la serie de la BBC "50 cosas que hicieron la econom�a moderna". Abajo encontrar�s otros episodios de la serie.
